El 3 de julio de 2025, en Argentina, se celebró la LXVI Cumbre de presidentes del Mercado Común del Sur (Mercosur). Al evento asistieron los mandatarios Javier Milei (Argentina), Luis Alberto Arce Catacora (Bolivia), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Santiago Peña Palacios (Paraguay) y Yamandú Orsi (Uruguay).
En la cita el Presidente brasileño recibió la Presidencia Pro Tempore del organismo y señaló la necesidad de construir una arquitectura financiera soberana, autónoma y con reducción de la dependencia del dólar para las transacciones digitales y el fortalecimiento del comercio intrarregional. En este sentido, Lula retomó la propuesta del Sistema de Pagos en Monedas Locales (SML) y la planteó en la LXVI Cumbre.
Cabe recordar que el SML se creó en 2007, en plena crisis financiera, y se constituye como un sistema de pagos transfronterizo para el comercio entre los Estados Parte del Mercosur. Las condiciones de operación de este sistema de carácter facultativo se definieron a través de convenios bilaterales entre los bancos centrales de los respectivos países. Además, se decidió que su utilización fuera voluntaria, optativa y complementaria a los sistemas de pagos ya existentes en el comercio internacional. El objetivo del SML ha sido fortalecer la utilización de las monedas locales, promover la estabilidad cambiaria, así como facilitar la incorporación de las pequeñas y medianas empresas en el comercio intrarregional e incidir en la reducción de los costos financieros del intercambio comercial.
En 2008 Argentina y Brasil suscribieron el Convenio del SML, el cual admite operaciones de cualquier naturaleza en las que pueden participar personas físicas o jurídicas, residentes, domiciliadas o con sede en Argentina o Brasil, aunque se aclara que el Reglamento tiene la potestad de limitar la utilización del Sistema a operaciones de determinada naturaleza (sin especificar cuáles). Fue hasta 2015 cuando Brasil y Uruguay concretaron el acuerdo bilateral, aunque el uso del SML entre ambos países ha sido marginal con un promedio mensual aproximado de cuatro operaciones. Por su parte, Paraguay y Uruguay suscribieron también el acuerdo en 2015. Entre Argentina y Uruguay el SML se encuentra vigente desde 2017. El acuerdo comprende, además de las transacciones de comercio de mercancías y servicios, gastos de jubilaciones, pensiones y remesas. Paraguay y Argentina suscribieron el convenio en 2019. Ese mismo año Argentina y Brasil firmaron un nuevo reglamento operacional para efectuar la remisión de recursos, entre ellos a través del Sistema, con lo cual se anularían los contratos de cambio y se reducen los costos de dichas transacciones.
Desde su puesta en marcha la priorización de las políticas nacionales y la falta de consensos en cuanto al régimen cambiario han limitado su avance. Mientras el número de operaciones canalizadas a través del SML representa, por ejemplo, aproximadamente el 5% del comercio bilateral entre Argentina y Brasil, las dos economías más grandes del organismo. Asimismo, el SML se limitó a establecer acuerdos bilaterales entre los países miembros, sin lograr su ampliación en el ámbito regional ni converger en los objetivos de coordinación macroeconómica que limitó, entre otros aspectos, la creación de instancias supranacionales.
El esfuerzo del Mercosur por avanzar en el SML se orientó a dos aspectos que van en correspondencia a un propósito de autonomía financiera (aunque no era su propósito): el primero para fortalecer el ahorro de divisas en las transacciones comerciales a través de una menor utilización del dólar; y el segundo para facilitar el empleo de las monedas locales que a su vez tendería a fortalecer el intercambio comercial del bloque. De ahí la importancia de retomar la propuesta planteada por el presidente Lula en la reciente reunión del organismo. Por supuesto que esta iniciativa implicaría definir una visión más amplia que contemple el proyecto de una arquitectura monetaria y financiera regional autónoma y soberana, cuyos beneficios pueden redundar principalmente en los países con menores ventajas económicas, reducir vulnerabilidades, asimetrías y condiciones más justas.
El SML se suma a otros esfuerzos que en materia de cooperación monetaria y financiera se han desarrollado en los distintos espacios de integración en la Región, los cuales han puesto sobre la mesa la urgencia de construir una política monetaria autónoma dada la inoperancia de la divisa estadounidense como eje del sistema monetario internacional y considerando, entre otros aspectos, las tensiones geopolíticas y la volatilidad cambiaria.
Actualmente la membresía Mercosur la componen Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia. Venezuela fue suspendida en el año 2017, con el “argumento” de ruptura del orden democrático y el incumplimiento del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático en el Mercosur. Mercosur cuenta con el estatus de Estados Asociados donde se incorporó a Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Panamá, Perú y Surinam.
El SML es un mecanismo que aún está vigente y continúa representando una importante experiencia estratégica para que Latinoamérica y el Caribe puedan concretar una reestructuración del Sistema Financiero Mundial, así como la creación de un Sistema Monetario y Financiero regional que hoy, como horizonte, se encuentra prácticamente estancado y que bajo la presión de los socios de ultraderecha sus posibilidades son casi nulas.
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Ximena Roncal Vattuone Mexicana, doctora en Economía Política del Desarrollo
