Hoy estamos ante una nueva fecha del 11, 12, 13 y 14 que nos recuerda el abril de 2002, donde pareciera que nadie aprendió de esa lección. A pesar de que han transcurrido 22 años del golpe de Estado cuando la oposición, encabezada por Pedro Carmona Estanga, sacó brevemente al comandante Hugo Chávez del gobierno.
Carmona Estanga, conocido como Pedro el breve, con el apoyo de las cúpulas de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Fedecámaras, la Conferencia Episcopal Venezolana, un sector de la Fuerza Armada, partidos políticos de la derecha nacional, entre otros, derogaron por 48 horas la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Iniciando la más feroz persecución contra un pueblo que después de 40 años había logrado al fin, formar parte de una democracia participativa y protagónica, cuestión que no perdonaba la rancia oligarquía, representada por las familias de los grandes apellidos.
Qué buscaba esa sociedad civil, conformada por (gente de bien) y dueña de la riqueza del país, saqueada por más de 200 años: llevarnos a una guerra civil, donde los Machado, López, Capriles, Borges, entre otros, tuvieron como norte reasumir el control del país a través de un golpe de Estado. En un video sobre la biografía sobre su tío Oscar Machado Zuloaga, fundador de la Electricidad de Caracas, María Corina Machado, resalta que su tarea política en búsqueda del poder, era resarcir a su familia la recuperación de esa empresa la cual fue expropiada por el socialismo, el cual pretende enterrar formando una república liberal en Venezuela. Para ella, hay que privatizar las empresas públicas, entre ellas Pdvsa, y poner orden económico y solicitar financiamiento internacional, a través del Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que incluye la reducción del Estado, gracias a Dios esto no pasará por estar inhabilitada en su participación en las elecciones del 28 de julio.
Este nuevo 11 de abril, fecha fatídica para la historia universal de los pueblos, donde los venezolanos en el 2002 le dijimos NO, a quienes usufructuaron el poder por casi 48 horas, con un personaje gris que pasó a llamarse Pedro el breve, hoy huésped de la anacrónica Nueva Granada, cuna de tantas traiciones contra nuestro Libertador Simón Bolívar.
Este 11 de abril, son 22 años del golpe de Estado contra el Comandante Eterno de la Revolución, Hugo Chávez, donde los mismos protagonistas que están instalados en Estados Unidos, Colombia, España, Chile, Perú, Argentina, etc., se apropiaron indebidamente, con la aprobación del Imperio norteamericano, de nuestras riquezas, en respaldo al gobierno imaginario de Juanito Guaidó, producto de las maniobras y esquizofrénicos “jalabolismo” de una sociedad civil, representada por una oligarquía nacida en el Este de Caracas, una Fedecámaras, copia al carbón de la Compañía Guipuzcoana; una iglesia católica, enquistada en la Conferencia Episcopal Venezolana al mejor estilo del arzobispo Narciso Coll y Pratt, arengista del temible José Tomás Boves, una CTV que pretende revivir en la discusión de los sueldos y salarios de los venezolanos.
Son 22 años de aquel 11 de abril, donde la derecha venezolana produjo la mayor cantidad de muertos que aún esperan justicia. No como la que pretende aplicar la Corte Penal Internacional, a través del Fiscal Karim Khan, al servicio de la Corona inglesa desde 1995.
Hoy seguimos frente a un escenario, donde lo que queda de la Ultraderecha venezolana, con el apoyo directo del Imperio norteamericano, encabezado por Joe Biden, dicta decisiones de quién debe gobernar a Venezuela.
Anthony Blinken, actual Secretario de Estado de Estados Unidos, remedo de Henry Clay, enemigo acérrimo del Padre de la Patria, pero íntimo de Francisco de Paula Santander, llamado en esa época por James Monroe, el hermano menor de los Estados Unidos, ha dicho: “el bloqueo contra Venezuela continuará, a raíz de la inhabilitación de la Machado”.
Lo que sí es claro, es que los personajes que generaron el Golpe de Estado de abril de 2002, están allí, pidiendo más sanciones contra nuestro país. Ahora, el propio Biden dicta las órdenes directamente. Ha gastado demasiados dólares para salir de Nicolás Maduro, que el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado, decidieron que Julio Borges, Carlos Vecchio, David Smolanski, Gustavo Marcano, ex alcalde de Urbaneja y Leopoldo López, María Corina Machado, entre otros, con sus videoconferencias, sigan solicitando una intervención extranjera contra la Patria de Bolívar y Chávez.
Hoy a 22 años de ese Golpe de Estado, el reality show continúa, bajo un guion al mejor estilo de Leonardo Padrón y con una historia que se construye con el despojo del Esequibo, en una decisión de la Corte Internacional de Justicia, cuya presidenta es la gringa Joan Donoghue, presumiblemente, asalariada de la Exxon Mobil que garantice la explotación petrolera en la porción más rica de la Guayana Esequiba. Esta nueva metodología que se aplica en ambas Cortes Internacionales tiene como azimut derrocar a Nicolás Maduro, presidente legítimamente electo el 20 de mayo de 2018, quien será ratificado el 28 de julio en las elecciones presidenciales. Pero, lo que sí está claro es que no pasarán y ningún Imperio le pondrá las manos a nuestro país.
Honor y gloria a quienes frenaron la locura del 11, 12 y 13 de abril de 2002.
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William Gómez García Venezolano, periodista
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