El pasado domingo, en medio de un clima político adverso a su Gobierno, el presidente del Ecuador Guillermo Lasso, promulgó una polémica Ley para el uso y tenencia de armas por parte de civiles para defensa propia. Algunos de los requisitos son: tener 25 años de edad cumplidos, se debe realizar un examen psicológico que determine que se es apto (a) y no tener antecedentes penales.
Desde hace más de un año, que los movimientos sociales se levantaron en protesta contra las malas decisiones tomadas por el Ejecutivo, se despertó la conciencia de las fuerzas de izquierda que solicitaron el inicio de un ipeachment que fue admitido por la Corte Constitucional de Ecuador. Por lo tanto, el presidente Lasso, se enfrentará a un juicio político.
Para ahondar en el tema, conversamos con el analista político internacional, Fernando Casado, quien nos dio a conocer sus apreciaciones respecto de la Ley que recién promulgó Lasso, y que ha levantado bastante suspicacia.
¿Se convertirá el país en un foco de violencia desenfrenado con esta medida?
La medida de Lasso, de permitir el porte de armas, tiene varias aristas. Es una forma de tratar de desviar la atención en un momento en el que está en desarrollo un juicio político en su contra. La Corte Constitucional ya dio el visto bueno a esa posibilidad y, en este momento, se está discutiendo dentro de la Asamblea Nacional, donde en principio sí se tendrían los 92 votos necesarios para la destitución del Presidente, por estar inmerso en corrupción por el caso Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec).
Ante esta situación, en la que toda la opinión pública está centrada en este tema, haber hecho algo tan altisonante es tratar de desviar la mirada, es una forma de patear el balón fuera. Es una situación desesperada de un Gobierno que, claramente, anda a la deriva en cuanto a la incapacidad de gestión propia y, al mismo tiempo, lo que se le viene encima. Y ha tenido éxito porque esta medida -populista altisonante- ha logrado, de cierta manera, desviar la atención. Las portadas nacionales e internacionales están pendientes de esta absurda medida.
¿Cuál es el significado de esta medida?
Hablando de la medida en sí, de su significado político, se pueden analizar varias cosas: primero, no va a entrar de inmediato en vigor y, por otro lado, la incapacidad de controlar la delincuencia. Tengamos en cuenta que en 2017 cuando Rafael Correa, ocupó la presidencia en su último año, la cifra de muerte por cada cien mil habitantes es la más baja, está entre las tres más bajas de América Latina, un 5,7% por cada cien mil habitantes. Sin embargo, en 2022 esta cifra se quintuplica y llega a ser 25,5% muertes por cada cien mil habitantes, catastrófica. No tiene parangón en los anales de la historia ecuatoriana.
Entonces, todo lo que ha intentado poner en práctica Guillermo Lasso, ha sido un auténtico fracaso, desde los estados de excepción, hasta el intento de sacar a los militares a la calle y toques de queda en los lugares más violentos.
¿Por qué Ecuador ha pasado a ser uno de los países más violentos de América Latina?
Tiene que ver con la incapacidad de crear políticas públicas que logren salvaguardar la seguridad y la vida de las y los ciudadanos, ha emulado el modelo estadounidense que ya hemos visto que no funciona. Lanza, Lasso, esta medida que es algo así como “sálvese quien pueda” porque implica que quien tenga armas, podrá usarlas en caso de defensa personal. Es uno de los requisitos de que se pueden usar en la supuesta defensa propia.
¿Quiénes tienen armas en el país?
Hoy en día en Ecuador el porte de armas, el uso del arma y su coste, únicamente lo tiene una élite. Entonces, es un guiño tonto a una clase social, minoría de la población las tiene, porque es costoso, no hay cultura de armamentos.
Al mismo tiempo, tiene un carácter simbólico que abre la puerta a esa especie de militarización privada que recaería en manos de la ciudadanía.
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Nahir González Correo del Alba
