Daniel Devita, también conocido como “el rapero del pueblo”, es uno de los artistas más relevantes de la música política en habla hispana. Durante los meses de marzo y abril estuvo presentando su último álbum Patria Grande en la isla de Cuba y en el país bolivariano, exponiendo en el coloquio «Patria» de La Habana y participando de la Cumbre Internacional Contra el Fascismo de Caracas. Ya de vuelta en Argentina estrenó su primer sencillo de 2022, sintetizando la experiencia: «Epopeya».
Sobre este viaje, su música y también sobre los momentos compartidos con los presidentes Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel le preguntamos al cantante en esta entrevista exclusiva para Correo del Alba.
¿Qué te has encontrado en Cuba y en Venezuela? ¿Qué lograste percibir tanto como artista de la realidad social en ambos países?
Fueron realmente dos experiencias maravillosas, en un momento muy particular para los pueblos hermanos. En ambos casos el cariño y el respeto fue increíble. No solo por parte de aquellos que vienen consumiendo nuestra música hace años, sino también de mucha gente que nos fue descubriendo en plena visita. Tuvimos el privilegio de tocar en la Casa de las Américas en Cuba, en el Teatro Teresa Carreño de Venezuela, pero además en barrios populares, recorrer las calles, conversar con los laburantes. Fue una experiencia completa.
Cuba está sufriendo una de las embestidas más feroces por parte del imperio norteamericano y muchas veces nos cuesta tomar dimensión de aquello, porque hace 63 años que la isla está bloqueada. Pero las más de 200 nuevas sanciones en plena pandemia, las maniobras de Washington para detener cualquier envío de remesas y los impedimentos criminales para sabotear la compra de alimentos y medicinas son una violación sistemática a los Derechos Humanos del pueblo cubano. Ante esta enorme adversidad, ver la hidalguía del pueblo, la creatividad y la conciencia del lugar que ocupan en la historia y en el mundo es algo conmovedor. Cuba no se detiene, construye, se ocupa, visitamos universidades, hospitales, polos tecnológicos, es admirable todo lo que pueden hacer. Si les quitaran el bloqueo el paradigma ante el mundo sería un golpe mortal para el neoliberalismo.
En el caso de Venezuela veníamos hace unos meses escuchando de su recuperación económica, pero verlo es algo realmente muy impactante. El bloqueo sigue fuertísimo y comparar a nuestra ciudad de Buenos Aires, llena de indigentes durmiendo en las calles, con la realidad de Caracas, es una demostración muy poderosa de la enorme manipulación mediática a la que nos someten. Todo esto que comento está documentado y en mis redes sociales pueden encontrar cantidad de videos, fotos y testimonios que recolectamos para que puedan ver la otra cara, todo lo que no te cuentan ni te muestran en los medios.
¿Cómo puede ser que Cuba tenga esos niveles de salud, educación, baja mortalidad infantil y cinco candidatos vacunales para el Covid en plena guerra económica? ¿Cómo puede ser que Venezuela siendo una potencia petrolera impedida de vender y comerciar con sus recursos logre abastecer de alimentos a su población y aquellos que vivimos en países sin estos sitios medievales no lo logremos?
VIDEO │ «Venezuela» (Videoclip oficial)
Sabemos que ambas visitas han despertado mucho interés y no solo de tus seguidores, sino también por parte de algunos medios contrarrevolucionarios de Miami y la agencia Infobae. ¿Cómo se viven esos ataques?
Ataques recibimos siempre, pero es revelador constatar cómo al acercarse uno físicamente al epicentro del país bloqueado, las agresiones se intensificaron de manera brutal. Si uno tiene los pies sobre la tierra es conciente que no es el blanco de los ataques, sino un medio para seguir golpeando a esos pueblos rebeldes y aguerridos. Naturalmente que hay descontento, vivir un bloqueo no es fácil y ese malestar se orienta claramente con matrices de opinión prefabricadas y repetidas hasta el cansancio para que los incautos las hagan propias. Son poquitos, pero intensos y con mucho financiamiento. Desde Miami fue clara la construcción del relato: decir una y otra vez que uno apoya a la Revolución cubana para recibir beneficios turísticos y que cada situación que uno se encuentra en Cuba fue maquillada y guionada por el Gobierno. Todo el material que registramos y que está publicado echa por tierra con estas patrañas y ahí lo único que les queda es insultarte hasta más no poder.
En el caso de Venezuela Infobae se encargó de pintarme como «el rapero que le canta a los dictadores y fustiga a los colegas que defienden la democracia». No hace falta que me extienda demasiado en la línea editorial de Infobae, alineada a los dos países que más violan los Derechos Humanos en el mundo y que fueron facilitadores directos de un golpe como el de Bolivia.
Después de cantarle al presidente Maduro en televisión nacional, no solo que nadie en la calle me insultó, me agredió ni nada similar; no podía caminar por todos los abrazos y demostraciones de afecto que la gente me expresaba.
Háblanos sobre el encuentro con el presidente cubano en el Palacio de la Revolución y cuéntanos qué se siente rapear a pedido del presidente de Venezuela en Miraflores.
Era muy loco estar ahí en ese sitio donde se tomaron tantas decisiones que cambiaron la historia de nuestra Región para siempre. Algunos payasos desde Miami me tildaron de esquizofrénico, pero reafirmo que era imposible dejar de sentir que Fidel estaba mirando todo. Para mí era fundamental conocer cuán posible era eso de tener al pueblo en el poder y lo que ocurrió es que el presidente Díaz-Canel se sentó y se tomó casi una hora para contarnos todos los problemas que tiene el pueblo de Cuba. No hizo propaganda, no se autoelogió en ningún momento, se dedicó a detallar las dificultades que afrontan y la coincidencia con lo que nos había expresado un taxista o un comerciante en la calle era completa y absoluta. Y no solo el diagnóstico, sino el detalle del trabajo arduo que realizan los cubanos, cada uno desde su lugar, para ir sorteando dificultad tras dificultad y pensar también a futuro. Y la cuestión humana fue impactante, da gracia ver las construcciones mediáticas que realizan sobre el Presidente y su familia, completamente alejadas de la realidad. Una familia humilde, amable, de trabajo y en plena sintonía con las vivencias de su pueblo. Los que sí hablan y se comportan como fieras inhumanas son aquellos que montan esas campañas de difamación.
A Venezuela nos tocó ir en una fecha tan especial como es la conmemoración del 13 de abril, con tantos puntos de contacto con el 17 de octubre para el pueblo argentino, y no quería perderme ningún detalle. Ver cómo lo viven los venezolanos en las calles es impactante y poder compartir con el Presidente y escuchar el relato de los acontecimientos directamente de su parte en Miraflores lo fue aún más.
Venezuela es impredecible, sospechaba que algo así podía pasar, pero no sabía que Nicolás me iba a pedir directamente que rapee. Para mí fue un privilegio poder compartir unos versos con el hombre más atacado por los Estados Unidos y la prensa basura a nivel mundial, tirarle a Guaidó y a los mercaderes del arte que se prestan a musicalizar el circo del imperialismo. La canción que interpreté a capela es un homenaje al pueblo venezolano que resiste tanta guerra económica y tanta estigmatización y el Presidente me permitió cantársela directamente a miles de hogares venezolanos a través de la pantalla.
VIDEO │ «Epopeya» (Videoclip oficial)
«Epopeya» es tu nuevo lanzamiento. En el videoclip hay mucho del detrás de escena de los conciertos y grabaciones en el viaje, pero la letra hace un recorrido muy interno y por momentos «rompe la cuarta pared». Es como si tomaras decisiones compositivas ahí frente al que escucha. ¿Cómo y dónde nace esta canción?
«Epopeya» es la tarea de ponerle palabras a una de las tantas noches de insomnio que padezco. Es una constante hace años ya que las mejores letras salgan luego de varias horas intentando dormir y dándome por vencido. Esa noche me acuerdo que me dije a mí mismo; «Ok, vamos otra vez, pero a narrar esta misma situación y ver a dónde nos lleva». Este álbum nuevo que vengo trabajando va a tener mucha experimentación y por eso mismo quise comenzarlo desde mi plena zona de confort, música oscura, letra bien larga. Lo de siempre, hecho como nunca. Los próximos sencillos van a estar muy lejos de lo que es «Epopeya».
Después el clip fue jugar al contraste, un viaje musical hacia adentro y un viaje visual hacia fuera de la Argentina. La canción cuenta como entro somnoliento a buscar frases en mi cabeza y el clip ya muestra cómo es llevar esa composición intimísima al público. Hay una carga simbólica enorme en las imágenes.
La parte que más me gusta y donde siento que ambos viajes se tocan a la perfección es cuando digo: «Siome decime a cuántas corporaciones les molestan tus canciones. Me eximen de todo comentario los auspicios de esas marcas y me criticás porque celebro el ‘No al ALCA'».
Todavía en el ambiente musical y sobre todo en el urbano se sigue viendo al Estado como el gran enemigo y a las corporaciones como algo natural que está ahí. Me resulta muy divertido cuando algún colega me llama «vendido» por reivindicar el rol de la política en la sociedad, auspiciado por cantidad de empresas que en algunos casos son mucho más poderosas que nuestros propios Estados. Clavar esa frase mientras en el video estoy expresando mis respetos ante los restos del comandante Hugo Chávez me eriza la piel cada vez que lo veo.
¿Cómo te ha cambiado está experiencia, si es que lo ha hecho, y qué podemos esperar de tus nuevos materiales?
Sin dudas el hecho de constatar el profundo nivel de realidad y vigencia de aquellas causas que defiendo hace tantos años, ver el esfuerzo colectivo de millones en pos de la soberanía y la dignidad es algo que le inyecta muchísima energía y contenido a lo que viene (tanto humana como profesionalmente). Me llevo también la alegría, el humor y el optimismo con el que se vive en el Caribe. El permiso para ser felices, el hecho de no necesitar un motivo particular para estar alegres, para sonreir. Siento que de alguna manera se me prendió muy fuerte. Es otra vibra en todos los niveles.
Musicalmente se vienen muchas cosas locas, distintas, van a conocer otras formas que tengo para componer y otro tipo de historias que quiero contar. En mi último álbum, Patria Grande, me di el lujo de recorrer varios estilos, de narrar muchas luchas y conjugar nuestro pasado histórico con el presente regional. La repercusión que ha tenido es muy grande y es una obra de la que estoy muy orgulloso. Por eso el desafío es expandir los horizontes haciendo algo muy diferente, sin repetir fórmulas y con el mismo nivel de arraigo con nuestras causas. No hay ninguna canción parecida a «Epopeya» en Patria Grande y así de impredecibles van a ir siendo las canciones que voy a estar publicando en los próximos meses.
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Alejo Brignole Argentino, analista internacional y escritor
