Las autoridades bolivianas encabezadas por el presidente Luis Arce se enfrentan a una catástrofe natural que afecta a gran parte de América Latina. Los bomberos locales y el Ejército, con el apoyo de los países vecinos, están luchando contra los incendios a gran escala.
La batalla se libra tanto por tierra como por aire. Según el jefe del departamento de operaciones de la Fuerza Aérea, Omar Romero, se han realizado más de 200 salidas en el marco de la respuesta a la catástrofe natural, durante las cuales se han lanzado millones de litros de agua en las zonas devastadas por el fuego.
“(Tenemos) un total de vuelos efectuados de 232, con la cantidad de horas de vuelo, sumando más de las exploración y reconocimiento, que llegan a 620 horas de vuelo y, en todas las descargas efectuadas se ha cuantificado una cifra de por encima de los tres millones de litros (de agua) que han sido descargados en las diferentes zonas intervenidas”, informó.
El presidente Luis Arce ha ordenado que se haga todo lo posible para proteger las tierras bolivianas de los incendios. Para ello, pidió el ingreso de más personal, maquinaria y equipos para enfrentar con mayor eficacia al mortal peligro.
“Hoy en Santa Cruz visitamos el Centro Nacional de Monitoreo contra Incendios Forestales, donde evaluamos la situación de los incendios en el país. No podemos bajar la guardia, por lo que anunciamos la contratación de un segundo avión cisterna Tanker y más cajas ‘Guardián’ para redoblar nuestra lucha contra el fuego, además de reforzar el patrullaje en las carreteras para evitar que personas irresponsables inicien nuevos incendios”, dijo el líder nacional.
En las tareas de extinción participan cinco aeronaves, entre ellas un Hércules C-130, así como un segundo avión, el Electra Tanker, contratado por el Gobierno y con gran capacidad de carga. Su tripulación empezó a trabajar el martes, apenas llegaron a la república.
Según la organización no gubernamental Fundación Tierra, más de 10 millones de hectáreas de vegetación han sido destruidas en Bolivia en los últimos tres meses. De la superficie total afectada por el fuego, 5.8 millones de hectáreas (58%) son bosques. Las tierras más afectadas son las del departamento de Santa Cruz. Se trata de una rica región agrícola del este del país, fronteriza con Brasil, que concentra la mayor parte de los bosques bolivianos y que representa casi siete millones de hectáreas del total, seguido del vecino departamento de Beni, con tres millones de hectáreas quemadas este año.
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Fernando Quispe Ayala Boliviano