Este 19 de abril ya son 214 años de aquel hecho que se venía gestando producto de las luchas de clases, situación que en el transcurrir del tiempo no ha cambiado. Ahora algunos oligarcas llaman a los de su propia clase como “gente de bien” y a la mayoría del pueblo como “malvivientes”. Son los mismos elementos que llegaron a nuestra América hace 532 años, y que se consolidó con la Real Compañía Guipuzcoana surgida como una figura jurídico-mercantil establecida por el rey Felipe V, fundada en Caracas en 1728.
La Guipuzcoana dio cabida a que un grupo de vascos conformaran un gobierno empresarial, para el control absoluto de la economía venezolana. Allí tienen trascendencia los apellidos Machado, Zuloaga, López, Capriles, entre otros. Ellos, los ancestros de Leopoldo López, María Corina Machado y Henrique Capriles: Juan José Mendoza y Nicómedes Zuloaga eran los herederos y patriarcas de grandes negocios y privilegios, bajo las directrices de la Compañía Guipuzcoana hasta el latifundio de la época. Ellos reclaman para sí el proceso electoral del 28 de julio, y donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) está en la obligación de restituirles, según ellos, sus derechos políticos, para hacerse elegir presidenta de la República, en clara violación a nuestra Constitución.
Lo que sí está claro es que el 19 de abril de 1810 el pueblo ejerció su derecho para desechar la autoridad de Vicente Emparan como capitán general de Venezuela. Hace 214 años, Francisco Salias, Juan Germán Roscio y el sacerdote canónigo chileno José Cortés Madariaga organizaron lo que se convirtió en la primera consulta popular realizada en América Latina. Allí el pueblo reunidos en la Plaza Mayor de Caracas, frente a la Catedral, desconocieron el mandato del capitán general Emparan, máximo representante de la Corona española.
Lo que debe escudriñarse es si exactamente la gente estaba en sintonía con los cambios del momento. En todo caso, los hechos que sacudieron a Venezuela el 19 de abril de 1810 se pueden considerar como un referendo revocatorio, porque el pueblo manifestó su voluntad como un hecho natural que demuestra que tenemos un pueblo aguerrido. Ese es un detalle histórico que no debemos olvidar.
Venezuela tiene, en esta etapa del siglo XXI, en atención al Artículo 130 de la Constitución que no somos chantajeables, ni somos una colonia adherida a las directrices del Imperio norteamericano para cumplir su mandato. Estamos en el deber de honrar y defender a la patria, sus símbolos y valores culturales; resguardar y proteger la soberanía, la nacionalidad, la integridad territorial, la autodeterminación y los intereses de la nación. En estos 214 años de la proclamación de nuestra Independencia somos más bolivarianos.
El 19 de abril de 1810 es un hecho producto de las luchas de clases, donde el Imperio español sometió a las colonias americanas. Esa voz la levantó Simón Bolívar con una visión que estaba naciendo otro imperio, el gringo, que atentaría contra el sistema democrático de los pueblos de Centro y Sudamérica. El peor castigo para el emperador Joe Biden es que su protegida no será nunca jamás candidata presidencial. No volveremos a ser el patio trasero del colonialismo cuáquero.
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William Gómez García Venezolano, periodista
