Con el propósito de profundizar respecto a la coyuntura política en Haití entrevistamos al periodista haitiano residente en la Argentina, Jackson Jean, para quien la crisis en curso tiene raíces históricas que se remontan a la injerencia estadounidense, que se ha enquistado en lo más rancio de la burguesía local, así como en el racismo sistémico.
Jean brinda un análisis desde su vivencia y experiencia política. Siendo comunicador señala que hay estereotipos manejados desde las corporaciones mediáticas y la propaganda desde la cual se ha tratado de propiciar un desinterés de la opinión pública internacional respecto a los destinos de la isla caribeña y criminalizar la resistencia interna.
¿Qué está pasando en Haití?
El país está atravesando una situación donde la resistencia del pueblo empieza a fisurar las estructuras que había puesto en marcha la burguesía estadounidense. Tenemos una especie de anexo de la burguesía norteamericana en Haití, y esta empezó a perder su hegemonía a causa de distintos movimientos sociales y resistencias de parte del pueblo.
No hay una crisis política social, hay una consecuencia político social; la crisis en Haití es del sistema en sí, impuesto por el establishment hegemónico. No podemos entender la crisis haitiana sin pensarla desde una perspectiva étnico racial, ya que es el principal país negro de toda América Latina y el Caribe, con un 95% de afrodescendientes. El 2% de blancos lo compone la burguesía, y no son haitianos sino estadounidenses, franceses, entre otros, quienes adquieren la nacionalidad para obtener franquicias y beneficios, careciendo de un sentido de patriotismo.
Entonces la crisis que hay es producto del racismo de la llamada comunidad internacional, de su injerencia en los asuntos internos del país, en la intromisión y el no respeto de la autodeterminación del pueblo haitiano. Las problemáticas político sociales de Haití son solamente un efecto de esa infiltración y arrogancia de parte del establishment estadounidense, que quiere controlar al 100% los asuntos internos de Haití.
Hay muchas especulaciones en torno a la situación, las que van desde que las pandillas son las que controlan la Nación hasta que se sufre una crisis humanitaria y hay canibalismo. ¿Qué reportes tiene desde Haití?
Lo de las pandillas es una prolongación de la época de François Duvalier y los Tonton Macoute, es decir, son una herramienta estratégica del Gobierno, que obviamente está sometido a los Estados Unidos, para controlar los recursos naturales.
Si uno mira cómo se repartieron las bandas armadas notará que están ubicadas en zonas estratégicas donde hay minas, petróleo, etcétera, y además son desplegadas para impedir que los pueblos que están en los barrios populares salgan a manifestarse. Las bandas armadas están federadas, y esa estructura ha sido defendida incluso por la oficina del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Las pandillas tienen tres misiones: primero, controlar los recursos naturales; segundo, controlar al pueblo cuando haya elecciones para sembrar el terror e impedir que la gente vote u obligarla a que voten por ciertas personas; y tercero, reemplazar la fuerza de seguridad nacional, porque tenemos un Ejército caducado por los Estados Unidos en los años 90, y una Policía que tiene barcos y armas para pelear contra las bandas armadas, pero los Estados Unidos están proveyendo actualmente armamento de guerra a las pandillas.
La crisis humanitaria es consecuencia de esa injerencia de la comunidad internacional, hoy constituida como un sindicato llamado Corp Group y que está encabezado por los Estados Unidos.
En cuanto al vídeo del canibalismo, es justamente la propaganda de los medios occidentales y hegemónicos de la Región, que siempre muestran a Haití con golpes de Estado, brotes de cólera, terremotos, intervenciones militares. Están vendiendo sensaciones para ganar más likes, tener más view, obtener más ganancia a través de YouTube y de sus redes sociales.
Quién empezó con esa publicación fue Elon Musk, quien ha participado de una forma u otra en la desestabilización de la Región, por ejemplo, en el golpe de Estado en Bolivia. Y no hablemos de su intención por establecer una red de comunicación en la isla. Así que la situación caótica de Haití, sobre todo cuando no tenemos presidente populares o con inclinaciones hacia la izquierda, está a favor suyo.
«No podemos entender la crisis haitiana sin pensarla desde una perspectiva étnico racial, ya que es el principal país negro de toda América Latina y el Caribe, con un 95% de afrodescendientes»
¿Cree que hay una criminalización de la sociedad haitiana en general?
Eso es un hecho histórico. Criminalizaron a los que fueron esclavizados llamándoles “bandidos” cuando empezaron a rebelarse contra el colonialismo. Criminalizaron a los rebeldes que resistieron la ocupación estadounidense desde 1915 hasta 1934. Lo mismo a quienes protestaron y se opusieron a Duvalier, quienes fueron llamados “camoque” (comunistas) y empezaron a matarlos. Lo que ocurre hoy es eso: si no estás sometido al imperialismo norteamericano eres bandido, criminal o comunista.
¿Cuál es el panorama después de Ariel Henry? La Comunidad del Caribe (Caricom) planteó la posibilidad de un Consejo Presidencial Transitorio.
Yo lo veo dentro de la misma lógica racista. Este debate empezó con el viaje de Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, a Caricom, donde invitó solamente a personas que no eran haitianas para resolver nuestros problemas. Es la “salvación blanca”, el “salvador blanco”, quien crea el caos, pero tiene la solución, entonces los haitianos no pueden ser parte.
Sin embargo, hubo soluciones propuestas desde 2021, tras el asesinato del expresidente Juvenel Moïse, pero los Estados Unidos no quisieron llevarlas a cabo, al punto que su embajador, Daniel Foote, dimitió y dijo que no le interesaba a su país una solución de los haitianos para los haitianos. Luego vino una especie de consejo en el que habría siete personas de distintas inclinaciones políticas; no sé qué chantaje hicieron ni qué presiones recibieron, pero tengo el presentimiento que esto es para ganar más tiempo, al igual que la dimisión de Ariel Henry.
¿Cree que habrá una intervención política o militar internacional?
Ya estuvimos bajo ocupaciones e intervención militar, solamente que no lo habían dicho de forma clara. La presencia de los militares estadounidenses en Haití se dio en una isla que se llama La Navaza, un territorio que controlan.
Igualmente, siempre estuvo la presencia de sus Fuerzas Armadas o de sus militares en el Aeropuerto; actualmente la hay, lo que no quieren mostrarse públicamente. Siempre están buscando una resolución o una intervención como la ocurrida en 2004 con la Misión de Estabilización en Haití (Minustah), organizada por las Naciones Unidas y en la que intervino Brasil, Chile, Uruguay y Argentina, cuando fue derrocado Jean Bertrand Aristide.
Hay algo muy importante que quiero precisar: las fuerzas militares extranjeras tienen solamente una misión como es la de proteger las estructuras y los intereses de estos países. En 2004 resguardaron al presidente que había ganado de forma fraudulenta la elección.
Las bandas armadas siguen masacrando a la gente, cometiendo un genocidio, mientras que países como la República Dominicana están cerrando sus fronteras y no quieren dar refugio, a pesar de las propuestas de la Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur); Bahamas está expulsando a la gente de Haití, a pesar de que el país está ocupado 90% por bandas armadas. Estados Unidos empezó a discutir la posibilidad de mandar a esa gente a México, ya que dice que no pueden recibir más refugiados. Haití actualmente es la Palestina del Caribe; no estamos hoy en día en una prisión, sino en un cementerio a cielo abierto.
¿Cuál ha sido la respuesta social hacia el pueblo haitiano desde América Latina?
Hay una indiferencia, como si fuese normal lo que ocurre. Países como Argentina, Colombia y Brasil sostienen un discurso, pero sin acciones reales. Uno puede ver cómo estos actúan para resolver el problema de Ucrania o el de otros países, pero no les interesa lo de Haití, al igual que no les interesa lo que pasa en el Congo, en Libia y en otras partes donde hay mayoría de personas afrodescendientes. Si la causa palestina les importa no es porque son sensibles a ella, sino porque tienen intereses geopolíticos y están intentando capitalizar lo que está pasando. No es porque haya consciencia social.
Los únicos países que siempre han estado con el pueblo haitiano son Nicaragua, Cuba y Venezuela. Esta última canceló la deuda que tuvo Haití, a pesar de que en los gobiernos de Moïse y Martelly desaparecieron, sin ninguna explicación, más de 13 mil millones de dólares.
Haití está bajo una ocupación diplomática, ningún presidente puede hacer una cosa sin que la Embajada estadounidense lo apruebe. Es presa de la trampa racista del establishment del Norte Global, de países anglosajones como los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea (UE). Haití está atrapada por políticos sometidos corruptos, por personas implicadas en drogas, usadas por los Estados Unido a partir de chantajes, forcejeos y presiones.
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Nahir González Correo del Alba
