Cuba es vida, solidaridad y revolución en el umbral del siglo XXI

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Ni la parafernalia de la gran estructura massmediática y corporativa del imperialismo estadounidense, convertida en punta bifacial de los gobiernos –sean estos demócrata o republicano–, podrá destruir la Revolución cubana.

Alguna vez el general Simón Bolívar manifestó que “los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar de miseria América en nombre de la libertad”. No se equivocó, profetizó, como lo hicieron Martí, Fidel, el Che, y que ha sido resignificado por Hugo Chávez Frías.

¿Qué tiene Cuba que no puede con ella el imperialismo estadounidense, el sionismo que no ha dejado de exterminar y cometer genocidio de lesa humanidad en contra del pueblo de Palestina?

Más allá de las cifras, se está cometiendo genocidio del más demencial en contra de la niñez y las mujeres.

El capitalismo salvaje se está muriendo de terrorismo mientras el alcaloide, opioides y fentanilo destruyen la vida de millones de adolescentes y jóvenes en la aldea global.

Cuba huele a sal y aire yodado del mar Caribe, a un cielo azul que se disemina por la gasa de las nubes que abrazan el vuelo del turpial cubano, del halcón, de gaviotas y fragatas que emprenden el vuelo en busca de un cardumen.

Huele a galeones que naufragaron en la Bahía de Mariel, que saqueaban en pleno renacimiento artefactos culturales de oro, plata y cobre que dieron oxígeno a la naciente acumulación originaria del capital.

Hoy el capitalismo salvaje, preñado de una sistémica crisis estructural, continúa con su subversión política e ideológica para destruir la identidad y espíritu de defensa de una Revolución que le pertenece al pueblo de Cuba y a nuestra América, como diría el Padre y Apóstol de la hermana mayor de las Antillas, José Julián Martí: “Patria es Humanidad”, porque ama la vida en abundancia, porque está tejida de luchas y resistencias, porque tiene un pueblo que jamás claudicará y que se abraza en permanente solidaridad. Bien lo expresó el Che: “la solidaridad es la ternura de los pueblos”. Son más de 60 años de un infame, injusto, insensible e inhumano bloqueo, que no puede, que no ha podido ni podrá arrancar del corazón de varias generaciones de cubanos y cubanas el permanente amor por ¡Patria o Muerte Venceremos!

En las calles de La Habana se respira libertad, el amor plasmado no solo en la defensa del legado de Carlos Manuel de Céspedes, Martí, Fidel, y ahora en las manos del Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) y presidente, Miguel Díaz-Canel.

La cocodrilera de Miami agitó a sus chacales mercenarios y en Santiago de Cuba pretendieron subvertir y volver por su nefasto y neofascista intento desestabilizador mediante las redes sociales, la dictadura perversa del algoritmo, los laboratorios de inteligencia, tanques de pensamiento del imperialismo, así como la generala Laura Richardson, comandante en Jefe del Comando Sur, se frotan las manos para destruir a un pueblo que jamás va a claudicar.

Hay un pueblo consciente que tiene la atención del gobierno revolucionario, que entiende que la perversidad del neoliberalismo tiene un fin en mente como lo es la destrucción no solo de un patrimonio histórico y cultural sembrado en la Habana Vieja, sino también la memoria histórica, revolucionaria y cultural que no se podrá extirpar, porque el pueblo es el germen y corazón de la Revolución cubana. Ello no significa que no existan problemas, generados por el capitalismo salvaje orquestado desde Washington, el establecimiento y su modelo de democracia de injusticia social, que desnuda constante metástasis del capitalismo ahora convertido en digital.

Hay un silencio cómplice en la comunidad internacional en el exterminio y genocidio que se viene cometiendo en Gaza y todos los territorios en donde el pueblo palestino lucha y resiste y se aferra a la vida.

¿Hasta cuando el imperialismo estadounidense, todas sus variantes y formas de guerra cercena la vida mediante drones y el perverso instrumento de colonización de la mente de la niñez como es la Inteligencia Artificial?

Cuba no está sola, el sistema internacional de la Organización de Naciones Unidas (ONU) por más de dos décadas viene resolviendo el levantamiento del bloqueo, al que acompaña las medidas coercitivas unilaterales, el enlistamiento como país patrocinador del terrorismo.

Hablemos claro, los Estados Unidos son el más grande terrorista y gendarme de la Humanidad.

Cuba ama la vida, la solidaridad, y ello es lo que le ha permitido luchar, avanzar, resistir y construir un rostro revolucionario; sobre todo, no deja de llevar solidaridad al mundo a pesar de las carencias materiales, pero tiene un inmenso morral lleno de batalla cultural y de las ideas, el legado de Martí y Fidel y el presidente Miguel.

Cuba va, vive porque “Patria es Humanidad”.

Parafraseando al Che, «en el imperialismo norteamericano no creo un tantito así, o sea nada”.

¡Patria o Muerte Venceremos!

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Luis Ernesto Guerra Ecuatoriano, analista político y activista de Derechos Humanos

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