Ecuador: Noboa es la continuidad del proyecto neoliberal y una construcción del anticorreísmo

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El ajedrez electoral

 El 15-O fue un triunfo del anticorreísmo hoy más que nunca repotenciado, reconfigurado, reactivado con todo su andamiaje sostenido por influencers, bots, bulos, trollcenters, redes sociales, la voz parlante y amplificada de la gran estructura corporativa massmediática, tanto nacional como internacional, no de los símbolos de la avena quaker y muñecos de cartón del electo millennial presidente Daniel Noboa Azin. Estos massmedia jamás contrastan y verifican la información, porque pertenecen al  grupo de poder hegemónico que se encargó de diseminar y difundir un libreto de geopolítica y estratégicamente construido para denostar a la Revolución Ciudadana y a su líder histórico, el expresidente Rafael Correa, al que se la han endosado  y atribuido acusaciones perversas, demenciales, injuriosas, calumniosas, que han generado daño a la honra, sumada la proscripción política, que no tienen ningún sustento jurídico y elementos de convicción que además han  violentando el debido proceso, connotando fraudes procesales que han sido denunciados en cortes internacionales. Persecución política selectiva  que ha permitido forjar líbelos de conformidad  a las lógicas y dialécticas oligárquicas del consenso y establecimiento estadounidense que tutela al régimen del presidente saliente Guillermo Lasso, configurando la recurrente agenda del lawfare y fakenews de larga data en Latinoamérica.

Por todo ello mencionamos algunas expresiones que calaron profundamente en la psiquis del electorado como: “corrupto”, “narco”, “perteneciente a un gobierno asesino” del candidato presidencial Fernando Villavicencio. Nada más perverso y atroz, a fin de sostener el modelo neoliberal que al parecer pretende permanecer por mucho tiempo si no se piensa y construye un gran acuerdo nacional  incluyente liderado por la Revolución Ciudadana.

A manera de hipótesis pudo derivar en miedo cognitivo, odio y  repudio a un proyecto político  como RC5 que le disputó al bloque de poder hegemónico el electorado, que durante una década  le permitió cambiar la matriz de injusticia social por una Constitución garantista de derechos fundamentales y humanos mediante el modelo de Estado de Bienestar en beneficio de la gente, con una economía social y solidaria centrada en seres humanos, es decir, una economía redistributiva al servicio del mejoramiento de la calidad de vida del pueblo ecuatoriano frente al  modelo oligárquico-empresarial salpicado de cierta dosis de antipolítica, odio político a los logros de la Revolución Ciudadana.

Es muy aventurado pensar y  pretender que se tiene  la razón  mediante una  lectura apresurada, sesgada, malintencionada, prejuiciada como la realizada por pseudoanalistas que han atribuido el triunfo de Noboa al voto indígena. Nada más absurdo, sin un análisis pormenorizado y aterrizado en el contexto sociocultural, popular, urbano y rural, que se expresó de manera distinta. Más aún si está inundada de conjeturas o proviene desde una agenda con narrativa  del neoliberalismo descontextualizado de la arena política-electoral, concomitante que atribuye errores o falencias al liderazgo del expresidente  Correa, cuando desde hace más de seis años  el bloque de poder hoy anclado en Carondelet es el responsable de la marea neoliberal que pretende extirpar derechos y  el que va permitir en próximas semanas la asunción presidencial durante 18 meses de Daniel Noboa Azin, que lo vemos como un producto político nuevo conceptualmente, pero en la real politik otro miembro de la  gran familia neoliberal que acelera la desinstitucionalización del Estado, que tiene activada la persecución política selectiva iniciada por Moreno y ejecutada por Lasso que, a propósito en materia de política internacional, viene cumpliendo un desastroso e injerencista papel de sumisión y subordinación de cerrar los ojos ante el  alevoso, nefasto delito y crimen de lesa humanidad que viene cometiendo Israel en contra de la niñez, adolescencia y mujeres de Palestina, en donde la Franja de Gaza está salpicada no solo de lágrimas, sino de militares sionistas, de bombardeo que sigue apagando la vida de un niño cada 15 minutos. El infanticidio y exterminio lo censuramos y  condenamos, porque viola el Derecho Internacional, el Derecho Humanitario Internacional (DHI), que impide llegar con asistencia humanitaria.

“Dato mata relato”, expresa un refrán muy popular

Las rupturas ideológicas dentro del movimiento indígena se plasman en la votación: la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) e Iza tienen más fuerza en la Sierra, donde la votación para Luisa González de RC5 es mayor; mientras que Pachakutik y sus líderes (Marlon Santi, Salvador Quishpe) llamaron a votar por Daniel Noboa  Azin en la Amazonía, lo cual se ve reflejado en los números.

La heterogeneidad del movimiento indígena expresa inclinaciones tanto a la derecha e izquierda. Sin embargo, cabe mencionar que no presentaron candidatura presidencial debido a las disputas internas por captar al brazo político que es Pachakutik, que tan solo tuvo candidaturas a asambleístas. En 2021 lograron tener un bloque de 21 asambleístas. Hoy únicamente consiguieron cinco.

El voto ideológico agitado por las denominadas izquierdas radicales, determinado sindicalismo ortodoxo que apoyaron a Lasso, va perdiendo arena social, política y electoral. No fue tan decisivo como en las elecciones presidenciales de 2021, que sellaron el triunfo del neoliberal Guillermo Lasso, hoy presidente saliente.

Porqué triunfa Noboa

Desde nuestro punto de vista  fue un pésimo candidato, con una estrategia de márquetin político que no tiene estructura partidaria, ni un  proyecto político, pero cuenta con apoyo.

El fin en mente es exterminar al correísmo y si no se analiza con autocrítica el neoliberalismo radical seguirá anclado en Carondelet por mucho tiempo.

¿Se vienen las privatizaciones de las empresas estratégicas? Existen muchas dudas e incertidumbres al respecto, ya que en la visita del presidente electo al presidente saliente estuvo presente el exvicepresidente Alberto Dahik, un economista calificado de  neoliberal ortodoxo y radical que fue el que abrió el camino para las privatizaciones de la institucionalidad estratégica del Ecuador.

La gente no votó por propuestas, sino por el manejo demagógico y clientelar.

Noboa gana por el discurso demagógico, endeble, pésimo. Se ha considerado lo aparentemente nuevo. Durante el debate con Luisa González confrontó, cuestionó la tabla de drogas, que la  Constitución considera que las adicciones son un problema de salud pública, endosando todo el problema de inseguridad; acusó a un  exministro del correísmo de narcotráfico.

Al correísmo le falta hacer trabajo político, se debe dejar de hacer márquetin y TikTok.

Volvió a ganar una gran estructura corporativa massmediática descorreízante a la que se deberá abonar e incluir el márquetin de los zapatos rojos y los muñecos de cartón.

Se viene construyendo el enemigo político del anticorreísmo. El espectáculo ha ganado.

Empero, no hay que caer en el marco analítico de la derecha, sin temor a equivocarnos la neoderecha un tanto híbrida  trazó la cancha y agenda electoral que la contaminó de fake news y mitomanías massmediáticas.

Se requiere desanclarse de esa agenda trazada por el neoliberalismo mediante una propuesta incluyente de unidad en la diversidad, de un  acuerdo país, en donde converjan todos los progresismos con elementos de autocrítica.

A pesar de que compitieron por separado en la primera vuelta electoral, en el balotaje de segunda vuelta se juntaron en defensa de sus intereses, mediante fuerte difusión y utilización de las redes sociales. Hay que desmarcarse de lo banal y apuntar al quehacer político, recuperar la política y el debate en los territorios, con la gente y desde la gente. Es decir, desde una mirada política centrada en la batalla de las ideas y un programa de gobierno para fortalecer la organización política que sea orgánica, deliberante, autocrítica y no  que se active en cada proceso electoral.

La campaña sucia sigue funcionando durante más de seis años, que ha terminado anulado la política.

Las izquierdas y la  Revolución Ciudadana no tienen poder de sostenibilidad por sí solas, no funciona. Las militancias demandan un funcionamiento orgánico, de cuadros, en territorios, y la articulación con organizaciones sociales y populares, feminismos, ecologismos, ambientalismos, animalismos, diversidades sexogenéricas.

El país sigue dividido en dos, no ha sido tan fuerte y poderoso el triunfo de la derecha en el país.

Después del proceso electoral habló la excandidata vicepresidencial del movimiento Construye y manifestó que fueron apresuradas las declaraciones de Christian Zurita, excandidato presidencial que reemplazó al asesinado Villavicencio. Similarmente lo hizo el electo asambleísta nacional Patricio Carrillo, que utilizó políticamente la inculpación al correísmo del magnicidio, con el objetivo de favorecer una votación anticorreísta.

Sigue el regionalismo anclado en la violencia, inseguridad, clasicismo, xenofobia, machismo, misoginia, queda más posicionada que Andrés Arauz. Hay que salir de los marcos neoliberales de análisis.

La brecha se cerró y Luisa  González queda muy bien posicionada.

La defensa de las clases trabajadoras está de lado del correísmo, es importante recuperar ese espacio y arena política.

Es fundamental sentarse a reflexionar y analizar el voto de las provincias más golpeadas por la violencia e inseguridad.

¿Cómo entender la alta votación en Sierra Central? ¿Por qué la Sierra se volvió anticorreísta? No se puede desconocer la existencia de liderazgos indígenas derechizados. La Conaie disputa Pachakutik; es pertinente  mencionar que el movimiento indígena siempre ha tenido una corriente de derecha e izquierda, debido a su composición étnica y sociocultural diversa, integrada por pueblos y nacionalidades que tienen un matiz político e ideológico diverso.

La población indígena en Chimborazo y otras provincias de la Sierra no fue la dirimente, como lo demuestran los datos. Sin embargo, existe un marco de derechización muy fuerte. No importa las características del candidato, si es carismático, empático con la gente, sino lo fundamental que  sea anticorreísta.

Falta cultura política, las jerarquías no respetan a la otredad cultural, a la diferencia. Donde la élite minoritaria blanco-mestiza está erigida desde arriba en la cúspide de las clases sociales, que por cierto su lucha es más evidente con una estructura ideológica que tiene rezagos del propia del sistema hacendario tradicional. Lo cual es muy  tenaz y que raya en comportamientos de xenofobia, discriminación y racismo.

 Persiste la defensa de las jerarquías sociales. En la Costa es notoria una posición más contestataria a las oligarquías, debido a un sinnúmero de procesos de emancipación, entre ellas las montoneras alfaristas del siglo XX articuladas al presidente general Eloy Alfaro.

El correísmo tiene un sentido democratizador y en ese andarivel es rechazado el socialismo, la libre determinación de los pueblos y en la campaña fueron recurrentes en atacar a Cuba, Nicaragua y Venezuela, el progresismo y la segunda oleada de diferente matiz político e ideológico, que además atacaron al socialismo del siglo XXI.

Continuidad de la política neoliberal

Por ello triunfa en la Sierra Centro la derecha.  El anticorreísmo hoy es más fuerte que en 2021, está muy posicionado.

La demagogia de Noboa representa la política neoliberal.  Al parecer esto va a significar mayor precarización de los sectores populares.

Por ahora vemos que el bloque de poder con Noboa y todo el andamiaje de la antipolítica seguirá en Carondelet.

En Ecuador tenemos un nuevo presidente neoliberal electo. Hay que descolonizar el discurso del bloque de poder.

Van a tratar de aislar a la Revolución Ciudadana. Tienen consignas claras: favorecer sus negocios y dejar en la impunidad lo cometido por Moreno y Lasso.

Lo nuevo  no es necesariamente bueno, es uno de los elementos centrales del capitalismo.

La novedad del mercado vender lo mismo con TikTok, a través de lo que fue Alianza País 35, convertida en Movimiento Verde Mover35, lo más viejo que existe en Ecuador es la oligarquía familiar.

No define el márquetin, el TikTok, sino la política.

Es ideológico decir que el correísmo es lo viejo; Revolución Ciudadana es la organización política  más fuerte del Ecuador presente en las dos lides electorales de 2021 y 2023.

La única certeza del electo presidente Daniel Noboa Azin es la consulta popular y que en el pueblo es notorio un hartazgo de constantes elecciones y consultas populares.

La derecha  está presente con una fuerte posición ideológica de ultraderecha vinculada al morenismo, lassismo y el anticorreísmo. Que representa el más rampante modelo neoliberal convertido en bloque de poder que continúa anclado en Carondelet.

Evitar el retorno del correísmo les está funcionando a los neoliberales. Ha triunfado el proyecto neoliberal de Moreno, Lasso y de los laboratorios y tanques de pensamiento del imperialismo norteamericano e internacional a  través de Noboa.

Los neoliberales celebran la derrota electoral al correísmo y continúa la agenda del neoliberalismo. El Ecuador está polarizado desde 2021.

Por ahora hay que dejar de creer en el marco de la derecha y se debe construir el debate a través de análisis contextualizados en la construcción y sostenibilidad  política con actores y sujetos del pueblos que deberán seguir conquistado mediante la movilización social y popular tejida de diversidades la defensa de derechos fundamentales y humanos.

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Luis Ernesto Guerra Ecuatoriano, analista político y activista de Derechos Humanos

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

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