El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, realizó una visita a Ucrania en la cual, en nombre de su gobierno, aseguró la entrega de un nuevo paquete de ayuda militar por valor de 175 millones de dólares. Además, anunció que el Pentágono tiene previsto enviar municiones con uranio empobrecido.
El Departamento de Defensa estadounidense se adelantó formalmente a este anuncio y publicó un comunicado el 6 de septiembre con el encabezado que dice: «Liberación inmediata. La administración Biden anuncia asistencia de seguridad adicional para Ucrania». En dicho documento se especifica que este es el cuadragésimo sexto lote de equipos entregado por Joe Biden desde 2021. Este inventario incluye equipos de apoyo para los sistemas de defensa ucranianos, municiones adicionales para cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS), proyectiles de artillería de 155 mm y 105 mm, sistemas y proyectiles de mortero de 81 mm, munición de tanque de uranio empobrecido de 120 mm para tanques Abrams, misiles guiados por cable con seguimiento óptico y lanzados por tubos (TOW), sistema antiblindaje Javelin y AT-4, más de 3 millones de cartuchos de munición para armas pequeñas, sistemas tácticos de navegación aérea, sistemas tácticos de comunicaciones seguras y equipos de apoyo, así como municiones de demolición para despejar obstáculos. También se especifica la disponibilidad de repuestos y mantenimiento para otros equipos de campo.
El Reino Unido fue el primero en realizar este tipo de envíos a Ucrania, y aunque fue cuestionado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), no retrocedió en su decisión de utilizar estas armas nucleares. El envío estadounidense representa una escalada en el conflicto bélico y plantea preocupaciones en cuanto a su impacto medioambiental. Esto ha sido calificado como un reflejo del desprecio por parte del viceministro de Asuntos Exteriores, Serguei Riabkov.
Rusia considera que, en medio del conflicto, el gobierno estadounidense muestra una total indiferencia hacia la vida de civiles debido a la radiación que se esparce cuando se utiliza este tipo de munición. Esto expone a las personas a la contaminación y enfermedades, incluyendo a los propios soldados. En guerras anteriores, hubo denuncias de soldados que padecieron cáncer debido a la exposición a esta radiación. Las potencias occidentales, en su afán por apoyar a su socio Ucrania, no solo le han proporcionado equipos obsoletos y armas de alto calibre, sino que también están abriendo una nueva y peligrosa puerta hacia la expansión del uso de armas biológicas.
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Correo del Alba