La frase titular es del panameño Rubén Blades, al referirse al triunfo, con el 34% de los votos, del presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, quien durante toda su campaña contó con el fuerte respaldo del expresidente Ricardo Martinelli, con quien se comprometió, de resultar electo, terminar con sus problemas legales.
Pero Mulino, no la tiene fácil. Tendrá que buscar consensos ante la nueva configuración del Legislativo, donde se dio una de las mayores sorpresas de los comicios del domingo con la irrupción de los independientes.
Mulino, un exministro de Seguridad del pasado gobierno de Martinelli (2009-2014) y quien sustituyó al exmandatario en la boleta luego de que éste fue inhabilitado tras confirmarse una condena en su contra por blanqueo de capitales, ganó con una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo Ricardo Lombana, del Movimiento Otro Camino, que se convirtió en la segunda fuerza política en la nación centroamericana.
El mandatario electo, de 64 años, en su discurso de triunfo, enfatizó en la unidad nacional y prometió que en su gobierno -que debe iniciar el 1 de julio- no habría espacio para el revanchismo ni la persecución. Esto fue una clara referencia a querer allanar el camino para terminar con las denuncias que por años ha recibido Martinelli en su contra en medio de procesos judiciales por corrupción.
Martinelli, no pudo presentarse para optar a un segundo mandato por los partidos Realizando Metas y Alianza ya que se confirmó una condena en su contra por blanqueo de capitales. El expresidente, de 72 años, se refugió a inicios de febrero 2024 en la embajada de Nicaragua en Panamá y recibió asilo político. No obstante, este año tiene otro juicio en su contra por los sobornos de la gigante de la construcción brasileña Odebrecht.
“Basta ya de llevar la venganza como gestión de gobierno… de justicia amañada, se acabó», «Se acabó la persecución política, la manipulación del Ministerio Público, la manipulación de los jueces y los magistrados” dijo en su discurso el presidente electo, en clara referencia a ver superados los problemas legales por corrupción de Martinelli.
“Tendrán un presidente de conciliación respetuosa”, prometió. “Voy a hablar con todos, a extenderles una mano amiga para concertar, no con ánimo de confrontación. Pero hay que enrumbar la nación, sin temor, consolidando las fuerzas políticas que respeten al pueblo”. Mulino se asegura de cumplir lo prometido, durante la campaña, a Martinelli, que le ayudaría a salir de sus líos con la justicia.
Por lo que el insistente y enfático llamado a la unidad, da cuenta que está en una situación de desventaja frente a una Asamblea Legislativa unicameral, el ente más controvertido del país que ha protagonizado escándalos por los despilfarros a espaldas del pueblo sin contar con la mayoría. Ahora se renueva sin el partido oficialista a la cabeza.
Al respecto, el reconocido salsero panameño Rubén Blades escribió en sus redes sociales: «Como quiera que se trate de maquillar el asunto, un convicto, corrupto y prófugo de la justicia ha ganado la presidencia de nuestra república a través de su ungido testaferro, con el voto directo de un pueblo autocondenado por su irresponsabilidad”.
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Correo del Alba