Cuatro elementos fundamentan a la Nueva Trova Cubana:
el fuego en la ardiente rabia de Silvio Rodríguez;
el aire en las transparentes atmósferas de Noel Nicola;
el agua en la apasionante humedad de Pablo Milanés;
y la tierra en la firmeza tiernamente humana de Vicente Feliú.
Luis Eduardo Aute
Nos faltaba mucho por hacer, no sabíamos cuánto, pero lo presentíamos.
Ser invitados a cantar en Casa de las Américas
fue una señal de que el porvenir podía ser mejor de lo que parecía.
Silvio Rodríguez
Hace 55 años se marcaba un hito que, quizás sin saberlo sus protagonistas, marcaría el inicio de un camino de luz para miles en nuestra América y el mundo.
Muchos no habíamos nacido aún, pero crecimos escuchándolos, armándonos de ideas, de amor y belleza, de rabias y alegrías, llenando nuestro morral de esperanzas.
Pablo diría que fueron la semilla y hoy son esta vida, que arriesgaron su cuerda y arriesgaron su vida; Noel que ha sido un buen día, que las semillas están echadas al viento y qué maravilla la que sembraron y defienden; Silvio que hay 20 mil buenas semillas que dieron su vida y nos invita a andar matando el egoísmo, a creerle cuando diga futuro y a ser “un tilín mejores y mucho menos egoístas”; y Vicente nos pide que en la felicidad hay que abrir una trinchera de amor y canciones finas.
Un 18 de febrero de 1968, en la sala Che Guevara de Casa de las Américas, se realizó el primer concierto de lo que llegaría a ser la Nueva Trova Cubana… Pablo Milanés, Noel Nicola y Silvio Rodríguez, a los que al final se unieron desde el público Vicente Feliú, Eduardo Ramos y Martín Rojas, dieron ese primer paso.
VIDEO │ «Cuba va» (Pablo Milanés – Noel Nicola – Silvio Rodríguez)
Pablo cantó ese día Tú mi desengaño, Estás lejos, Catorce pelos y un día, Mis veintidós años, Yo vi la sangre de un niño brotar y Olga; Noel, Johnny no sabe por qué, Por la vida, Reza el cartel (El ser-gaveta), Lilian y De cierto modo; y Silvio, La era está pariendo un corazón, Fusil contra fusil, Buena mañana tenga febrero, Yo te invito a caminar conmigo, Viven muy felices, De qué valen mis razones, La leyenda del águila, Hay un grupo que dice y Los funerales del insecto.
Eduardo Ramos, Con la espada y con la cruz y La leyenda del caminante; Martín Rojas, En la orilla del mundo; y Vicente, Niñez, El mono gris, Solo entonces, No es fácil y Una canción necesaria.
Ellos fueron sol y sembraron un árbol, y se asombraron de los nuevos nacimientos en su jardín Augusto Blanca, Lázaro García y Sara González; Miriam Ramos, Amaury Pérez y Pedro Luis Ferrer; los trovadores de la herejía, Santi Feliú, Frank Delgado, Gerardo Alfonso y Carlitos Varela; Ireno, Liuba y Ángel; Polito, Inti, Israel, Yoel, Silvio Alejandro y tantos más…
Gracias y no olviden de alumbrar…
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Enrique Claros Boliviano, gestor cultural