El actual escenario geopolítico global ha llevado a muchos países a pensar en la necesidad de nuevos medios de pago en el comercio internacional
Las condiciones de la economía global han puesto al dólar como el principal medio de pago y acumulación de parte de casi todos los paises del mundo, por no decir de la totalidad de estos. El nuevo escenario ha empujado de manera más potente a pensar en la necesidad de cambiar o dejar de usar el dólar como como medio de pago.
Ya antes del inicio de la guerra de Ucrania y las sanciones impuestas por los Estados Unidos y la Unión Europea a Rusia, se hablaba de la necesidad de bajar la dependencia de la divisa, no sólo porque dicha moneda se usa como un arma de guerra, sino porque el respaldo real del dólar como moneda de pago está en duda desde hace mucho tiempo. Con la crisis financiera del 2008 se puso cuestionó la fortaleza del dólar y en muchos casos se comenzó a trabajar en mecanismos que hacían necesario una nueva arquitectura financiera asociada al fortalecimiento de monedas locales y el desarrollo de sistemas de compensación que se echaron a andar y funcionaron de manera parcial.
El uso de divisas alternativas se ha incrementado, principalmente entre los países que han sufrido las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos como Irán, Turquía, China, Rusia o Venezuela entre las economías más importantes castigadas con esa medida.
Las reservas internacionales en dólares han ido bajando y, por otra parte, han aumentado las reservas en oro y en algunos casos, como en Venezuela, se ha monetizado a través de Criptomonedas, el valor de sus reservas de recursos naturales.
Los acuerdos de integración, al margen de los tradicionales, evitan incluir a las potencias económicas de Occidente o a Estados Unidos precisamente para ver otras opciones que son de mayor interés de muchos paises como es el caso de los Brics, o la Comunidad Económica Euroasiática o en el caso de América Latina y el Caribe la Celac.
La implementación de monedas digitales, en muchos casos exentas de controles financieros por parte de los estados y sus mecanismos reguladores, también es otro fenómeno que contribuye a creciente desinterés en el dólar.
La desdolarización es un proceso gradual que puede llevar mucho tiempo y dependerá de decisiones políticas y de la situación de la economía a nivel global. Sin embargo, el proceso ya ha comenzado.
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Ramiro Lizondo Díaz, economista boliviano