En exclusiva para Correo del Alba, en días pasados entrevistamos al presidente de la Cámara de Diputados de la Asamblea Plurinacional del Estado Plurinacional de Bolivia, Freddy Mamani.
Con gran calidez y carisma, este importante dirigente político, digno representante de la nación aymara, se definió como un «hombre águila» de la provincia de Pacajes, porque –como sus ancestro– es indomable y vuela con altura. Cursó estudios superiores porque su madre analfabeta y su padre dirigente le inculcaron la importancia del estudio. Es de formación maestro y antes de llegar a ser diputado, cargo que no imaginó ocupar, ni menos ser el presidente de la Cámara Baja, lo que asume con humildad y arduo trabajo, ya contaba con una vasta trayectoria dirigencial de base y sindical. Para conocer más de él, les presentamos este diálogo en profundidad, en que se tocaron tópicos políticos y personales.
Usted es un hombre del Altiplano y en su pueblo Achiri se identifica al ser humano a partir de una cosmovisión nueva para Occidente, como son los hombres y las mujeres águilas. ¿Qué es lo que más lo vincula con esas concepciones de sus orígenes?
Nosotros tenemos una identidad con nuestro apellido y con el lugar de donde vinimos: Pacajes. Traducido es “los Pacas”, y en castellano lo denominamos como “los hombres águilas”. Cuando llega la colonización Pacajes resiste, no somos colonizados plenamente. Hubo una lucha y eso nos identifica como hombres indomables. Han hecho todo un esfuerzo por hacernos desaparecer. Cuenta la historia que hasta han tenido que inventar la Guerra del Chaco, por ejemplo, para liquidar a los hombres rebeldes que son los aymaras. Hay una historia muy triste que se narra: que los disparos no han sido de los soldados de Paraguay, sino que por detrás disparaban los hombres de nuestro país, y eso no se ha relatado. Por eso, de nuestros abuelos que han retornado de la guerra no tenemos inválidos, sin brazo u ojo perdido, por ejemplo. Pero, a pesar de todo, continuamos.
La diversidad de nuestra razón está resumida en esta lucha permanente de sobrevivencia en su momento, pero ahora avanzamos para ser reconocidos, y por eso el tema de la plurinacionalidad no es un regalo, sino que es producto de una lucha permanente que hemos venido trabajando para hacer prevalecer nuestros saberes y conocimientos, con los que se han vivido miles de años.
¿Cómo se define? ¿Quién es Freddy Mamani?
Freddy Mamani es un aymara. Vengo de esa cultura milenaria, y lo de Mamani es lo que me caracteriza mucho más como hombre aymara, como hombre indomable. He nacido en la provincia de Pacajes, en una comunidad muy pequeña que se llama Laramcota, allá he estudiado y estado toda mi adolescencia; egresé y me vine a prestar el servicio militar obligatorio, cuando era una gran aspiración en aquel entonces, hasta ahí llegábamos. Uno prestaba el servicio militar y de ahí podía hacerse su vida, pero muy pocos lográbamos continuar con estudios.
Mi padre ha sido un gran revolucionario, perseguido por la dictadura de Banzer, me ha marcado la vida porque decía que yo debía estudiar para continuar con la lucha que había emprendido. Él no me dijo qué estudiar, pero todos los días me decía que debía hacerlo. Yo veía a mi madre que no sabía leer, que solo escribía su nombre. Mientras que mi padre en la dirigencia había aprendido a escribir, se había superado bastante, la necesidad lo obligó y por eso me identifico como ese aymara indomable, revolucionario.
Desde muy niño he estado al lado de mi padre en estas luchas permanentes y ahora tengo identificado claramente cuáles son los objetivos, qué es lo que perseguimos y cómo debemos hacer.
“Hemos venido trabajando para hacer prevalecer nuestros saberes y conocimientos, con los que se han vivido miles de años”
¿Qué significa para Ud. el concepto de “plurinacionalidad”?
Tenemos que entender la plurinacionalidad como la convivencia de la diversidad de naciones. En Bolivia tenemos contabilizadas 36 naciones con sus territorios, con sus costumbres, con sus saberes, conocimientos y con su lengua. Pero, bueno, hay algunas naciones que van desapareciendo, y hay otras que han aparecido recién, que habían quedado en el olvido y que no están constitucionalizadas. Ahora vamos a trabajar en una normativa para incorporar a estas naciones.
¿Cómo evalúa su gestión al día de hoy?
Decir en estos momentos que lo estoy haciendo bien sería equivocarme, porque más bien me gustaría que se le consulte a la población el cómo lo estoy haciendo. Pero desde de mi persona, lo hago con todo amor; todos los pasos que tengo que dar los hago con enorme cariño por mi patria, por nuestra gente, por nuestros hermanos. Y si tengo equivocaciones –que puede ser–, nunca son intencionalmente. Tengo una conciencia totalmente tranquila. Tenemos un equipo de gente muy sabia que comenzamos a las seis de la mañana a trabajar.
¿En qué momento se produce la conexión con las bases?
Muchas autoridades vienen del interior, y para nosotros es una prioridad la atención. Aprovechamos nuestros viajes a los distintitos departamentos para reunirnos con las diferentes organizaciones. En este último mes estuvimos invitados al aniversario del departamento de Santa Cruz, pero, al mismo tiempo, como hay tanta solicitud de encuentros, habilitamos salones y allí escuchamos sus demandas, sus propuestas, sus recomendaciones y eso fortalece bastante. Si hay alguna observación, que nos jalen de la oreja; no solamente que nos esperen con las guirnaldas o con las mixturas, sino que deseamos que nos digan en qué estamos fallando para poder redireccionar inmediatamente.
¿Qué piensa que se puede hacer, como Legislativo, para instalar una nueva propuesta cultural que no solamente impacte al país, sino en toda la América? Ya de hecho Bolivia sienta un precedente, hay tres elementos que destaco: primero, lo de la plurinacionalidad, que se está discutiendo en otros Estados del continente, por una gran presión de los grupos de derecha o de poder para rechazar esta propuesta porque es peligrosa para sus intereses. El segundo elemento es la wiphala, que se ha convertido en una bandera de la resistencia popular en toda la Región; y en tercer lugar, la música y el baile, donde ha comenzado a fluir, por ejemplo, el tinku en las marchas en Chile, vehículo y acompañante de la protesta social de los jóvenes.
Para nosotros es un regalo y una lucha que tenemos muy presente, para reivindicar nuestra nación. Tenemos que fortalecernos acá y después irradiar en los otros países. Nosotros nos contactamos de forma permanente con los hermanos que viven en otros países. Yo soy de formación maestro y tengo contacto con mis colegas de Ecuador, Chile, Perú, Venezuela, entre otros. Recientemente hemos hecho un gran encuentro.

En Chile y Perú el tema de la plurinacionalidad está siendo visto como un gran impacto a nivel internacional, que puede opacar al modelo neoliberal. Antes el comunismo fue muy satanizado, y ahora, de la misma manera, el Estado Plurinacional, esto por todos los medios posibles a emplear por la derecha, porque lo “plurinacional” va en contraposición de esa gente que acumula riqueza; para ellos es un peligro para sus apetitos que persiguen.
En el tema de la wiphala, de verdad que, yo diría, el gobierno de facto llegó para poder fortalecernos mucho más. Tuvo lados muy negativos, pero de esos sacamos lo positivo. La wiphala fue considerada como un símbolo de los masistas, lo comprendieron de esa manera. Pero cuando se generó su quema, después que algunos policías la habían quitado de sus brazaletes y uniformes, inmediatamente se provocó una gran reacción en los pueblos originarios, y de ese momento se fortalece al decir: “La wiphala acá no se toca”. La wiphala es un símbolo sagrado de lucha. Lo único que nosotros no podemos permitir es que sea despreciada.
Según su análisis, ¿cuál es la situación política actual de Bolivia?
Tenemos un presidente que se está fortaleciendo bastante, porque ha comprendido perfectamente la reivindicación de nuestros pueblos originarios, y que, además, nuestro Gobierno es el gobierno del pueblo, que nos debemos al pueblo y tenemos que rendir cuentas al pueblo.
¿Cómo resuelven la conflictividad social con distintas organizaciones que reclaman al Estado o que son antisistémicas?
Algunas dirigencias están siendo cooptadas, seguramente, por intereses muy particulares, por esa derecha que busca dividir, someternos; pero el pueblo, las bases, están muy claras en sus pensamientos, en sus aspiraciones y sus objetivos.
Tenemos que fortalecer más a esa población para que, mediante el diálogo, puedan ser resueltas todas las diferencias. Claro, no vamos a decir que en Bolivia vivimos en una tranquilidad plena, no es una taza de leche, hay dificultades, pero debemos resolverlas de esa manera, dialogando. Mucha gente lo comprende, pero hay dirigentes que se prestan a la radicalidad y eso no está nada bien.
¿Cómo ve a la derecha boliviana?
La derecha boliviana ha quedado minimizada, porque tenían la oportunidad cuando entraron al gobierno, por más que fuera por golpe de Estado. Ahí han tenido la opción de demostrar que de otra manera es posible gobernar y que eso podría dar resultados en nuestro país; pero eso no ocurrió, solamente se dedicaron a robar, a perseguir a nuestros hermanos, a encarcelar, inclusive a torturar.
¿Qué ofrece la oposición al pueblo? Yo diría que casi nada. No tienen un proyecto de gobierno, no tienen un plan de gobierno alternativo al que nosotros hemos construido no con especialistas ni con entendidos extranjeros, sino con el concurso y la participación de las organizaciones sociales.
“Tenemos un equipo de gente muy sabia que comenzamos a las seis de la mañana a trabajar”
Se ha hablado de la creación de un Frente Amplio, eso como respuesta a cierta conflictividad que existiría al interior del Movimiento Al Socialismo (MAS), ¿esto es cierto? ¿Hay una escisión que pueda desembocar en la creación de una nueva organización y un nuevo pacto?
Muchos compañeros están un poco confundidos, porque nuestro Instrumento Político no tiene un dueño en particular, sino que su dueño son las organizaciones sociales en las diferentes regiones. El hecho de que existan algunas diferencias entre nuestros líderes no significa que haya una ruptura, aunque ese es el gran deseo del que vive la derecha. Los medios de comunicación están reforzando que esta ruptura pueda ser un hecho, pero en momentos que he sido parte de las reuniones de alto nivel se ha decidido con claridad la necesidad unitaria; la derecha va a quedarse con esos sueños de que el MAS se divida.
En el MAS necesitamos de hermanos y hermanas que ya han abierto este camino y de la gente joven con capacidad, para que siga trabajando en esa misma ruta que ya se ha diseñado, y ninguno de los líderes que tenemos está planteando una nueva forma de gobernar, una nueva forma de tener otro modelo, sino siempre de continuar. Eso va a ser resuelto internamente, de eso estoy totalmente seguro. De lo que no estoy seguro es que no sé cuántos traidores tendremos, y eso no es de ahora. Tupaj Katari fue un hermano nuestro al que lo han traicionado, entonces los traidores, que siempre los habrá, van a quedar al margen de este proyecto político que tenemos.
Quien esté queriendo dividir va a ser un traidor que seguramente se alejará. Pero los que continuamos pensamos que el proyecto político tiene que avanzar alimentándose de las distintas organizaciones sociales.
Usted hizo una propuesta para reunir al mundo indígena en el Encuentro Reconstruyendo la América Plurinacional ¿puede hablarnos de ello?
Vamos a avanzar para poder hacer que este proyecto pueda ser ya tomado en los diferentes países. Estamos con un plan para que el 12 de octubre, día de la llegada de los españoles que tiene que ver con la colonización en nuestro territorio en nuestra Abya Yala, pueda ser justamente la fecha en que tengamos que reivindicar la plurinacionalidad para toda América.
Finalmente, ¿cuál es su libro de cabecera?
La revolución india, de Fausto Reinaga.
¿Cuál es su música preferida?
Kala Marka, los Kjarkas y Awatiñas.
¿Cuál es para Ud. el mejor lugar del mundo? ¿Dónde se siente relajado y feliz?
En las provincias tengo dos lugares que amo. Donde yo nací, donde pasté mis ganados que todavía tengo, mi madre quedó allá, es en Achiri. Y tengo otro espacio que también robó mi corazón, que es el espacio de mi esposa, eso está en las orillas del lago Titicaca.
Una palabra o concepto que lo define.
Compromiso.
Peor defecto.
Hacer llorar a la derecha, porque no les caigo bien.
¿Cuál es su sueño para Bolivia, proyectándolo para el mundo en los próximos 100 años?
Quisiera ver a mi país y a mi gente joven con la capacidad de poder transformar los recursos naturales que tenemos; con universidades que puedan estar a esa atura. Porque en Bolivia somos un país bendecido y disponemos de todos los recursos, y solo requerimos, para poder tecnificarlos, de hombres y mujeres preparadas.
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Cris González Directora