Este 4 de septiembre de 2022 se realizará en Chile el Plebiscito Nacional para aprobar o rechazar el proyecto de Nueva Constitución. El pueblo chileno podrá decidir acabar con la Constitución de Pinochet para dar paso a una Nueva Constitución que permita la construcción de un nuevo Chile.
Desde la Revuelta Popular al proyecto de Nueva Constitución
La Revuelta Popular del pueblo chileno, iniciada el 18 de octubre de 2019, abrió un nuevo periodo político en el país, cuestionando profundamente al modelo neoliberal, que presenta graves muestras de agotamiento, y también a la democracia restringida que caracteriza al régimen político.
En un intento por contener las movilizaciones populares, las élites políticas impulsaron el “Acuerdo por la Nueva Constitución y por la Paz”, el cual dispuso un itinerario para cambiar la Constitución de Pinochet.
El primer hito electoral fue el plebiscito de entrada, celebrado el 25 de octubre de 2020, en el cual con más de un 78% de apoyo popular triunfó la opción “Apruebo” cambiar la Constitución de Pinochet y que el órgano constituyente fuera una Convención Constitucional integrada por convencionales constituyentes elegidos con el único objetivo de redactar el proyecto de Nueva Constitución. La opción de que el órgano constituyente estuviese integrada por parlamentarios y personas electas sufrió un rotundo fracaso.
El segundo hito electoral consistió en la elección de las y los 155 convencionales constituyentes. Las predicciones electorales auguraban una composición similar a la de la Cámara de Diputados y Diputadas, donde las fuerzas de la exConcertación y la derecha tenían más de dos tercios de sus integrantes, sin embargo, el resultado fue completamente distinto. La derecha, en conjunto al núcleo más conservador de la exConcertación, no lograron elegir ni a un tercio de la Convención Constitucional. Mientras que los sectores populares, quienes compitieron a través de listas de independientes, pudieron alcanzar más de un tercio de los escaños y en conjunto a los convencionales constituyentes de Apruebo Dignidad (Partido Comunista y Frente Amplio) llegaron a constituir más de la mitad de los integrantes del órgano constituyente.
La Convención Constitucional, instalada el 4 de julio de 2021, realizó un maratónico trabajo para entregar en el plazo de un año un proyecto de Nueva Constitución que define a Chile como un Estado Social y Democrático de Derecho, Ecológico, Regional, Plurinacional e Intercultural. Este proyecto de Nueva Constitución es un paso adelante para dejar atrás el legado de la dictadura, avanzando en la conquista de derechos sociales para toda la población; avanzando en la protección de la naturaleza y en el reconocimiento de los derechos de los pueblos y naciones indígenas; avanzando también hacia una democracia participativa y paritaria, con un importante protagonismo de las mujeres y los sectores populares.
Este proyecto de Nueva Constitución fue entregado al Presidente de la República, Gabriel Boric, el 4 de julio de 2022. Este proyecto será votado en el Plebiscito Nacional de Salida, el cual tiene dos opciones: Aprobar o Rechazar la Nueva Constitución.
La campaña política por el Apruebo y el Rechazo
Las fuerzas políticas de la derecha y de las élites económicas se han inclinado por el Rechazo a la Nueva Constitución. Su campaña ha comenzado desde el día en que se instaló la Convención Constitucional. Al saber que sus votos no eran suficientes para bloquear la redacción de la Nueva Constitución, han invertido millones de dólares en una campaña de desprestigio al proceso constituyente. Primero fue hacia el órgano constituyente, para luego pasar al texto constitucional, con un énfasis en generar mentiras sobre el alcance de las normas constitucionales.
Por su parte, el Apruebo ha desplegado una campaña demostrando los avances del nuevo texto constitucional en los ejes ya mencionados: derechos sociales, protección de la naturaleza, más democracia, más poder a las regiones y la posibilidad cierta de dejar atrás toda la herencia de la dictadura.
Prácticamente la totalidad de las encuestas dan por triunfadora a la opción del Rechazo, en promedio, por unos 10 puntos. No obstante, en las últimas elecciones las empresas encuestadoras están sumamente desprestigiadas, ya que en elecciones como la del plebiscito de entrada algunas daban empates técnicos entre ambas opciones, a pesar que el Apruebo se impuso por una mayoría cercana al 80% de los votos. Estos últimos días serán fundamentales para cambiar la correlación de fuerzas y permitir un triunfo del Apruebo.
Para este plebiscito están convocadas a votar 15 millones de personas en Chile y 50 mil electores en el extranjero. El segmento con mayor cantidad de votantes es el de 30 a 39 años, con dos millones 906 mil 152 electores, mientras que la población electora entre 18 a 29 años suman un total de tres millones 138 mil 299 personas. Territorialmente, el 40% del padrón electoral se concentra en la Región Metropolitana, lo cual ha sido fundamental para el triunfo en elecciones anteriores, como la segunda vuelta presidencial entre Gabriel Boric y José Kast, inclinándose con posiciones mucho más progresistas respecto a las regiones del sur del país. Este puede ser un factor fundamental para que triunfe el Apruebo.
Escenarios postplebiscito
Si gana el Apruebo se debe comenzar a implementar la Nueva Constitución, cuyas normas transitorias nos dan una orientación respecto a cuáles serán las materias más inmediatas versus aquellas que deberán esperar adecuaciones normativas en el Congreso.
Por su parte, si gana el Rechazo el escenario de incertidumbre es mayor. La Constitución señala que en caso de que se imponga esta opción sigue vigente la Constitución de 1980. No obstante, la mayor parte de los sectores políticos del Rechazo, con la excepción del partido de José Kast, han manifestado una posición de cambiar la Constitución, pero con un proceso mucho más controlado por ellos.
En cuanto al presidente Gabriel Boric, ha señalado que en caso de triunfar el Rechazo debe convocarse a una nueva elección de convencionales constituyentes. Aunque ello requiere una habilitación por parte del Congreso, que tendrá el control institucional sobre el nuevo itinerario constitucional.
Por ahora, lo único claro es que este 4 de septiembre el pueblo de Chile tiene la posibilidad histórica de dejar atrás el legado constitucional de la dictadura para abrirse a la construcción de un nuevo Chile.
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Javier Pineda Olcay Chileno, abogado