Francia veía con recelo el escenario que se daba en el norte de África. Teniendo varias colonias en ese continente, y con ánimos caldeados en Argelia, no podían permitir que las tribus locales se sintieran envalentonadas con las acciones de Abd el-Krim y se unieran y dieran fin al colonialismo galo.
En 1924, con gran parte de las zonas controladas por los españoles viéndose reducidas, Francia entra en el juego ocupando puestos militares fronterizos con los reductos controlados por España.
La entrada de los franceses para ocupar ese territorio significó el fin de la independencia de varias tribus, que no tardaron en pedir ayuda a las fuerzas rifeñas.
Al mando de las tropas colonialistas francesas estaba el veterano de guerra, mariscal Louis Hubert Lyautey, quien también se desempeñó brevemente como ministro de Guerra durante la Primera Guerra Mundial y que, tras dimitir de este cargo, se estableció en Marruecos, controlando el área con las fuerzas de su país.
Los rifeños no podían permitir la intervención y la conquista de sus territorios por los franceses, por lo que en 1925 sus soldados lanzaron una gran ofensiva para asaltar Fez. Hecho que tomó por sorpresa a Francia.
Quien comandaba las tropas rifeñas en esa misión era el hermano de Muhammad, Mhamed Abd el-Krim, al mando de ocho mil soldados.
Se iban a enfrentar a las tropas colonialistas francesas, entre las que figuraba ya la famosa Legión Extranjera, con un número de 20 mil hombres con armamento moderno, incluidos aviones de guerra.
Las tácticas militares de Mhamed Abd el-Krim lo dejan como un gran estratega que logró vencer al mariscal francés Lyautey.
Los rifeños cortaron las líneas comerciales y de comunicaciones de los franceses, que unían el protectorado de Marruecos con Argelia. Atacaron cábilas e hicieron flaquear a las posiciones defensivas del anciano Mariscal.
Para el 20 de julio, los franceses cargaban con dos mil muertos y tres mil 710 heridos. El 20% de las fuerzas colonialistas francesas quedaron en el juego: de las 66 posiciones que habían en ese territorio, Mhamed Abd el-Krim logró conquistar 48.
El escritor español Lorenzo Silva diría sobre Mhamed: «Aquel antiguo alumno de preparatorio en la Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid se reveló en numerosas ocasiones como un estratega y un táctico muy superior a los generales españoles».
Y es que debido a su educación en España Mhamed conocía a la perfección los puntos débiles de la defensa española, y usó ese conocimiento estratégico para poder derrotar y hacer retroceder a los franceses.
Esta serie de victorias proporcionaron a los rifeños los arsenales franceses, con los que podían por fin equipar un ejército con buen poder de fuego. Se conocen los datos de recuperación de un gran arsenal.
Las fuerzas del Rif estaban a menos de 30km de Fez.
En ese mismo año, en 1925, la famosa revista Time ocupa el rostro de Abd el-Krim como portada.
Francia y España, ambos con dos derrotas decisivas frente a los pocos hombres del Rif, habrían sufrido una humillación que hizo eco en Europa.
Las potencias coloniales se unieron para darle fin al deseo anticolonialista de los rifeños.
En España había problemas, y gran parte de la población quería terminar con el colonialismo en el norte de África. Incluso la dictadura que impuso Miguel Primo de Rivera tenía como objetivo acabar con la guerra en África, cosa que no cumplió al llegar al poder.
En Francia, en cambio, los sectores de la derecha y la izquierda, junto con los dueños de bancos y empresas, apoyaban el colonialismo. La población veía con buenos ojos los esfuerzos bélicos para mantener las colonias.
Cuando el gobierno francés decidió quitar de en medio a Louis Hubert Lyautey, de 71 años, quien había actuado con altura en su mandato como “primer residente general” en las colonias y el protectorado marroquí, fundando escuelas, desarrollando las ciudades y la creación del instituto de Estudios Avanzados de Marruecos y el Instituto Científico Jerifiano, el propio Mariscal optó por renunciar a su cargo en 1925. En cambio, pondrían en su lugar a un militar de gran fama en Europa, llamado “el vencedor de Verdún” o “el León de Verdún”: el mariscal Philippe Pétain. Conocido más tarde como el jefe de Estado del gobierno títere de los nazis, la Francia de Vichy.
Pétain, de 69 años, fue puesto al mando de 100 mil hombres para poder derrotar a Abd el-Krim.
Los opositores de Lyautey, en su mayoría banqueros, colonos e izquierdistas, se aseguraron que no recibiese ningún reconocimiento oficial debido a su renuncia.
David Woolman diría: “Lyautey se hallaba atrapado entre dos fuegos; era un aristócrata, pero no quería que se explotase a los marroquíes”.
Con la llegada de Pétain todo esto cambiaba. La ofensiva francesa fue feroz y ayudaron militarmente, y planificaron junto a España, lo que sería el famoso desembarco de Alhucemas.
El 8 de septiembre de 1925 las fuerzas unidas del Reino de España y la República francesa, con un contingente inicial de 13 mil soldados, más toda la fuerza de esas potencias europeas, se combinaron para destruir a la joven República del Rif. Este se considera como el primer desembarco aeronaval de la historia.
Los colonialistas llevaban 24 piezas de artillería, 17 tanques, tres acorazados, seis cruceros, un portahidroaviones, 36 navíos, 58 transportes, 18 hidroaviones y 144 aviones cargados con su carta trampa: una infinidad de suministro de gases tóxicos.
Iban con todo en contra de los habitantes rifeños.
Continuará.
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Sebastián López Cineasta chileno
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