El anuncio por parte del gobierno de la realización de la Cumbre para la Reconstrucción Económica y Productiva del país con la Central Obrera Boliviana es una medida histórica y fundamental para la recuperación económica, porque extiende la participación del trabajo en el conjunto de la economía a la esfera estratégica de la definición de políticas públicas desde el Estado. ¿Quién sabe mejor que el mismo pueblo sobre sus necesidades y las posibles vías para solucionar los problemas económicos?
La pandemia, ha puesto de manifiesto los problemas más graves que enfrentamos, nos ha sacudido para que pensemos en la necesidad de valorar la vida, la salud, el trabajo, las relaciones, la comunidad, la educación, cosas que a veces quedaron relegadas o soslayadas por un estilo de vida mercantilizado.
El neoliberalismo a nivel mundial es inviable, aún maquillado y amparado en políticas keynesianas más estatalistas, es históricamente inviable. La crisis, la desocupación, la quiebra productiva de las economías de occidente son elementos irrefutables de su caducidad. Por otra parte, en Bolivia, también los sectores de la oligarquía han demostrado la inviabilidad nacional de su proyecto liberal o neoliberal como un fracaso histórico de desarrollo con serias consecuencias para el pueblo.
La única posibilidad histórica para un desarrollo armonioso y efectivo del país que genere bienestar al pueblo, se dio, se da y se dará mediante el proyecto histórico de los sectores sociales, justamente porque estos tienen el horizonte fijado en el bienestar general, mientras que la oligarquía y su modelo neoliberal apuntan, desde su interés singular, al entreguismo bajo el pretexto de que no podemos vivir sin la supuesta protección del imperialismo yanqui, que generó absoluta pobreza para las grandes mayorías y dependencia de las economías del pueblo boliviano y latinoamericano.
La recuperación ancestral de la organización económica que todavía pervive y aporta de manera significativa a la vida del país, no en términos monetarios o de valor, sino en términos de la producción y reproducción social de la vida; la modernización del país, pero en armonía con la Madre Tierra. La convivencia y el mejoramiento de las condiciones de vida solamente son viables mediante un proyecto histórico social, mientras que el neoliberalismo es un discurso que trata de disimular la entrega de la Patria al capital corporativo transnacional y el despojo de toda riqueza en las naciones bolivianas. Otros retos que enfrenta el mundo del trabajo, son: a) la economía comunitaria que debe ser conceptualizada también desde el mundo del trabajo, b) la diversidad de sujetos en el mundo del trabajo con sus particularidades; c) la autogestión obrera basada en emprendimientos propios o mediante la Ley N.º 1055 de empresas sociales; d) la profundización de un proyecto económico mediante una industrialización estratégica en el marco de la estructura de la economía plural y de una economía mundial competitiva. Son temas que se van impulsando en América Latina desde gobiernos comprometidos con las necesidades de los pueblos y que apuntan a la recuperación económica desde el secreto guardado en las propias entrañas de los pueblos: el trabajo.
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Gonzalo Gosalvez Economista boliviano y activista social comprometido con la economía de los pueblos