A principios de julio de este año, el Centro de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, publicó un estudio científico en la revista internacional Vaccines, en el que certifica que la vacuna rusa es “eficaz contra las nuevas cepas de coronavirus”.
El Gamaleya detalla en su estudio que: “La vacunación con este preparado produce títulos de anticuerpos neutralizantes protectores contra las nuevas cepas, incluyendo Alfa B.1.1.7 (identificada por primera vez en el Reino Unido), Beta B.1.351 (identificada por primera vez en Sudáfrica), Gamma P.1 (identificada por primera vez en Brasil), Delta B.1.617.2 y B.1.617.3 (identificada por primera vez en India) y las variantes B.1.1.141 y B.1.1.317 con mutaciones en el dominio llamado RBD, según sus siglas en inglés, identificadas en Moscú”.
Sputnik V es la primera vacuna que se registró a nivel mundial y que está siendo aplicada con éxito en más de 67 países, con una eficacia demostrada de más del 90%, aplicable en dos dosis que generan los anticuerpos neutralizantes luego de 28 días de estar inmunizadas las personas y la respuesta “inmunitaria celular a la proteína S del SARS-CoV-2 se induce ya en décimo día” en quienes reciben sus dosis.
Ya en 2020, se realizaron los ensayos clínicos de la fase tres en diferentes países, sin registro de contraindicaciones, ni efectos adversos, como lo han reflejado dos vacunas aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la Janssen, de Johnson & Johnson, que se vincula actualmente a la posibilidad de sufrir el síndrome de Guillain Barré o la AstraZeneca que ha sido prohibida en varios países porque ha llegado incluso a causar la muerte, luego de padecer diferentes síntomas adversos.