La paz como puerto, recompensa y esperanza de Venezuela

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En mayo en Venezuela se conmemora el mes Nacional para la Promoción de la Paz, la Convivencia y la Lucha contra la Intolerancia, tal como lo señala el Artículo 10 de la Ley Contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia. Esta norma se enmarca el modelo de Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, prevista en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela del año 1999, que propugna como valores superiores la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los Derecho Humanos.

Igualmente, el preámbulo de nuestra Carta Magna recoge en un proclama filosófica y poética los principios que rigen al Estado, los ideales y valores más sentidos como la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones. Lo que deja clara la aspiración constitucional de establecer el respeto mutuo de los derechos de todos para establecer una sociedad de la paz como un valor transversal.

En este contexto de promoción de la Paz, la Convivencia y la lucha contra la Intolerancia el 13 de mayo del presente año la Asamblea Nacional aprobó un acuerdo contra la discriminación, estigmatización, violencia y negación de derechos a las personas por razón de su orientación sexual o su identidad o expresión de género, particularmente en los ámbitos educativo, laboral, de salud, de vivienda y de seguridad personal, siguiendo los lineamientos de los organismos internacionales.

Es importante entender que la lucha que se realiza en cualquier ámbito por la Convivencia Pacífica, respeto mutuo y contra el odio, no es por los afrodescendientes, por las mujeres o por los movimientos de sexo diversidad, cuando se defiende los Derechos Humanos se está defendiendo los derechos de todos y todas, los Derechos Humanos no se pueden segmentar en parcelas son un todo. Los activistas indiferentemente de la bandera o del movimiento que representen o militen deben luchar por las reivindicaciones de todos los seres humanos desde la visión crítica de los Derechos Humanos.

La diversidad cultural, étnica, religiosa y de pensamiento son parte de la riqueza humana. La aceptación más que la tolerancia de la existencia de los pensamientos diversos es fundamental para la convivencia de cualquier familia o sociedad y es muestra inequívoca del nivel elevado de conciencia de sus integrantes. La diferencia entre tolerar y aceptar tiene una gran importancia en las relaciones humanas porque el hecho que toleremos a alguien y no lo aceptemos actúa como un filtro sobre lo que percibimos de esa persona y por lo tanto tacha nuestra percepción de la realidad.

Es evidente que el odio ha sido la causa de muchos de los problemas del mundo y hasta la fecha no ha solucionado ninguno tal, como lo indicó el activista por los derechos civiles Martin Luther King Jr. El mes de mayo se cumple igualmente otro año del acto más atroz por razones de odio vivido en Venezuela, como fue el incendiar vivo al joven Orlando Figuera y causarle la muerte, donde el Sistema de Justicia Venezolana realizaron todo lo pertinente para castigar ese hecho, pero las instituciones españolas fueron cómplices de la impunidad. Este evento debe llevarnos a la reflexión si se quiere la paz o queremos más muestras de odio para el país.

La norma antes señalada que establece mayo como mes nacional para la Promoción de la Paz y la Convivencia, igualmente establece la creación de la Comisión para la Convivencia Pacífica, pero hasta el día de hoy estamos en mora con la conformación de la comisión creadora de políticas publica de esta materia. Asimismo, dicha ley indica el deber de realizar acciones educativas para la promoción de la cultura de la paz, la tolerancia, la igualdad y el respeto. Por lo que sería oportuno que las universidades y centros de estudios trabajaran esta área, como lo hicieron en la Universidad Lateranense de Roma, con la creación de Ciencias de la Paz donde nuestro beato José Gregorio Hernández fue nombrado Copatrono de dicha cátedra.

La paz es más que un concepto meramente antibélico, es también social, de unidad nacional para la convivencia con sus diferencias pluriculturales, multiétnicas, político y de cultos religiosos. Indiferentemente el nombre que asumamos para el Gran Arquitecto del Universo, en las distintas expresiones religiosas, debemos recordar la importancia de la fraternidad, el respeto y la afirmación de la “no discriminación” como un pilar fundamental del Derecho Internacional.

Garantizar la Convivencia Pacífica, defender y promover los derechos de la humanidad es una labor constante que no solo depende de instituciones, ya que es una corresponsabilidad con los ciudadanos, los medios de comunicación, el sistema educativo y las organizaciones. La paz es una recompensa del respeto mutuo de los derechos de todos. Como lo señalo uno de los principales activista y referentes de la lucha por Derechos Humanos en Venezuela, el padre Juan Vives Suriá: «Si quieres la Paz, trabaja por la Justicia».

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Yonder Canchica Abogado

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