La ultraderecha en el Ecuador, con sus corifeas massmediáticas, engrasa sus misiles de subversión político ideológica en contra del binomio progresista de la alianza Unión por la Esperanza (UNES), Andrés Arauz y Carlos Rabascall.
Ahora golpean las puertas de los cuarteles militares, agitando las bayonetas, que han vuelto a despertar el traumático y nefasto golpismo en contra de la democracia de los años 70, que significa una laceración y conculcación de la voluntad soberana de nuestro pueblo, expresada en las urnas el pasado 7 de febrero.
Los militares son garantes de la custodia de las urnas electorales, pero no son árbitros o veedores electorales.
El imperialismo norteamericano agita la cabeza de su águila calva, para desgarrar el sueño y esperanza de sembrar de futuro con dignidad y derechos al Ecuador.
No cesan los ataques estratégicamente planificados por sus tanques de pensamiento. Les causa temor, y mucho pánico, que los derechos fundamentales tengan improntas de justicia social para millones de ecuatorianos y ecuatorianas.
En riesgo el espíritu constitucional de Montecristi: “El Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico».
Cómo les duele que los hijos e hijas del pueblo vuelvan a tener salud, educación, políticas públicas más allá de la voluntad política, sino sustentada en la voluntad soberana del pueblo ecuatoriano.
Hoy, Carlos Pérez Guartambel («Yaku», soy agua), excandidato presidencial, de actor político se ha convertido en el operador político de los intereses imperialistas, con amplia cobertura de la estructura mediática corporativa, y continúa atacando a Andrés Arauz, sigue un manual y libreto construido en la embajada norteamericana de Quito. No hay que olvidar que el Imperialismo norteamericano invierte mucho dinero en las ONG, para desde allí enfilar el ataque al progresismo, encubriéndose en el ecologismo, cuando en la realidad concreta es econeoliberalismo.
En nombre de la modernidad y la deconstrucción se convierte en el pequeño equs andiun (caballo andino), pero muy incisivo en el ataque, mientras nos distrae, con 20 mil 50 mil actas con presuntas inconsistencias electorales, se reúne con Ángel Torres Juez del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), en el edificio donde este vive y le denomina asesoramiento. “Yaku salió de allí y se fue en un patrullero de la PNE”, de conformidad a la denuncia de una revista digital.
En Código de la Democracia, según contempla su articulado, indica que cuando existe inconformidad respecto a lo actuado por Consejo Nacional Electoral (CNE), se puede apelar al TCE, con el debido sustento, es decir, como está determinado, un procedimiento apegado a derecho y en derecho. Pero no contempla reuniones particulares, personalizadas, supuestamente para realizar consulta, como han expresado tanto Yaku como dirigentes de Pachakutik.
Un poco de memoria e historia nos devela y desnuda que, en los 11 días de resistencia popular de octubre del 2019, Yaku apareció esporádicamente, e intentó abanderarse de la lucha en contra del paquete de las medidas neoliberales decretada e impuestas por el cerebro y operador central oligárquico proimperialista de Carondelet, Moreno, con el nefasto y lamentable saldo de 11 asesinados, heridos/as, pérdida de glóbulos oculares, más de mil aprehensiones arbitrarias, persecuciones políticas selectivas que configuraron violaciones de Derechos Humanos, como expresión del excesivo uso de la fuerza, por la fuerza pública, como concluyó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH ) en su informe. Jamás fue llamado por la Fiscalía General del Estado (FGE) y Contraloría General del Estado, jamás realizó algún examen, porque allí fungía como prefecto de la Provincia del Azuay. Fue el interlocutor entre el Gobierno, para que la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y el Movimiento de Indígenas y Campesinos de Cotopaxi (MICC) acudan a la forjada mesa de diálogo del Ejecutivo, con la participación del representante de Naciones Unidas en el Ecuador, en calidad de facilitador.
Yaku cumplió un papel estratégico porque terminó enfriando la lucha de los pueblos indígenas. Por el contrario, fueron llamados por la FGE, Jaime Vargas, presidente de la Conaie, y Leonidas Iza, presidente del MICC Cotopaxi.
Es sorprendente que entre gallos y media noche y de un plumazo, sin que la estructura de Conaie proceda con sus bases a elegir democráticamente a su candidato a la presidencia, Pachakutik, el brazo político de la Confederación, en un abrir y cerrar de ojos decidiera que Yaku fuera el candidato.
Muy hábilmente construye un plan de gobierno utilizando el ecosocialismo y pachamamismo, pero vaciándole su filosofía política, por el contrario, termina fragmentando más a la Confederación.
Es importante mencionar que la Conaie y el movimiento indígena rompen con el paradigma de la homogeneidad cultural, antropocentrista, ya que es heterogénea, así como sus 14 nacionalidades y 18 pueblos.
Sin ser indígena, pero si mestizo, y con un lenguaje subliminal, utilizando algunos elementos de las cosmovisiones de los pueblos originarios, saberes, símbolos e imaginarios socioculturales de ese gran eco mundo indígena, logró convertirse en candidato de Pachakutik, pero no de la Conaie.
No hay que olvidar que Yaku, al no pasar al balotaje electoral, repite el libreto de Carondelet interno y externo. Moreno y él son operadores políticos en contra de todo lo que en la arena política electoral, huela y tenga vestigio de la Revolución Ciudadana.
Esto no es más que una fallida operación antidemocrática al más inacabado estilo de tinte golpista.
Yaku jamás se ha presentado como un antiimperialista, anticolonialista, contrahegemonista, por el contrario, fustiga y ha sido implacable en atacar a los gobiernos progresistas como: Bolivia Plurinacional, Argentina, Venezuela Bolivariana, Nicaragua, Cuba, entre otros.
Actualmente, cabe puntualizar que Yaku no viene de representar al movimiento indígena, pero recibe el acompañamiento, que amenaza con un levantamiento y es recurrente en el uso del perverso discurso del banquero Lasso del 2017 de fraude electoral, que nada tiene que ver con las demandas concretas de los pueblos y nacionalidades indígenas. Así como la recuperación, revitalización y revalorización de sus saberes y cosmovisiones hoy profundamente erosionado, por salvajismos civilizantorios, homogeneizantes, que no son más que irreversibles procesos de aculturación, saturados de econeoliberalismo.
Jamás hemos escuchado una proclama antineoliberal y antihegemónica, durante la campaña electoral tocaba saxo en calzoncillo, con ritmos indígenas, se movilizaba en bicicleta, pero no habla quichwa, utiliza bien las redes sociales, incluido el Tik tok, tiene en sus filas a muchos millennials, como seguidores/as, está en contra de la minería metálica y no metálica, pero utiliza bicicleta, celular, saxo que es hecho de metal, pero no abandona su fundamentalismo y es muy hábil para mimetizarse en el discurso.
¿Están planificando un golpe blando o de Estado recurriendo al nefasto y sangriento manual dictatorial de Bolivia para estrangular la democracia al pueblo ecuatoriano? En ello contribuyen las narrativas y mediáticas de las grandes corporaciones de comunicación.
De conformidad a la Constitución y Código Orgánico de la Democracia, las únicas instituciones que tienen competencias en materia electoral son CNE y TCE.
Hay un solo ganador en las urnas, que es el binomio Arauz-Rabascall, porque el pueblo plasmó su decisión soberana el 7 de febrero, y en balotaje del 11 de abril se medirá ante el candidato representante de la banca, Guillermo Lasso.
Aprendan a respetar la voluntad soberana de nuestro pueblo. Respeten la dignidad y la pequeña estela de luz democrática que nos queda.
¿Yaku la punta de lanza para judicializar el proceso electoral y la democracia en el Ecuador?
¿Fraude electoral? No hay pruebas de las irresponsables y demenciales acusaciones. Una tremenda cortina de humo, una novela fallida de berrinches, que ni las heterogéneas organizaciones indígenas se creen. A propósito, la FGE ha receptado sus declaraciones, respecto su denuncia de presunto fraude electoral. Actas bajadas del propio sistema del CNE, como han expresado sus autoridades, que realizado el respectivo cotejamiento con la base de actas que tiene el CNE demuestra que son copias impresas. Es sorprendente que un Juez electoral se reúna de manera privada con el candidato Pérez.
¿Qué alcance tiene esa reunión y qué subyace a la misma?
Sigue el libreto de transparencia electoral, cuando el proceso electoral cuenta con delegados de las organizaciones políticas, de observadores y veedores nacionales e internacionales.
¡Alerta Ecuador y comunidad internacional!.
Allí subyacen las huellas del sistemático golpe al Estado de derechos y desinstitucionalización del Ecuador, ronda el fantasma pestilente del trujillato, de los tanques de pensamiento externos que siguen aplicando su manual de desestabilización político e ideológico para impedir al progresismo que en la disputa política electoral por llegar a Carondelet termine golpeado, para ello no es extraño que contribuyan algunos medios de comunicación que se convierten en agitadores y voz parlante de estos antidemocráticos y fácticos actos que torpedean el proceso electoral aplicando el perverso manual para estrangular la democracia en Ecuador.
¿Yaku y oscuros intereses filofascistas quieren apagar la democracia en Ecuador?.
En nombre de la postmodernidad y el profundo odio al binomio de la esperanza, excavan la tumba de la democracia con proclamas dictatoriales, de anular las elecciones, inundan de fake news, atizan el retorno al camino dictatorial militar y antidemocrático en el Ecuador.
Hoy más que nunca cabe parafrasear las expresiones populares, “menos armas y fusiles, menos gastos militares, más escuelas y hospitales, con soberanías: económica, alimentaria, productiva, para paliar las crisis de esta pandemia que lacera la democracia y derechos fundamentales».
Dejen que nuestro pueblo disfrute el derecho de vivir en paz, se abrace al futuro en democracia, a la construcción de justicia social, con pleno ejercicio de los Derechos Humanos.
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Luis Ernesto Guerra Analista político y activista de Derechos Humanos
