Hoy 11 de marzo se cumplen 100 años del nacimiento de Astor Piazzolla, un músico argentino que revolucionó la historia del tango convirtiéndose en uno de los compositores latinoamericanos más influyentes a nivel mundial. Nació en Mar del Plata pero creció en Nueva York , donde transcurrió su adolescencia. Allí entró en contacto con la canción americana de los musicales, con el jazz, con la canción italiana que resuena en las calles de la “Pequeña Italia”, las melodías yiddish que escuchaba en las sinagogas cercanas y con Bach, que oye tocar a un vecino pianista que era alumno de Rachmaninov.
Su primer instrumento será el bandoneón y el tango, los cuales están inexorablemente unidos. En 1937 Piazzolla regresó a Argentina y desde Mar del Plata la familia se trasladó a Buenos Aires, donde su padre abrió un bar. Astor tenía 17 años, ya tocaba el bandoneón en la orquesta de Aníbal Troilo pero al mismo tiempo estudiaba composición e instrumentación con Alberto Ginastera. Su maestro lo convenció en 1944 para que presentara la obra la «Sinfonía Buenos Aires» en un concurso de radio. Aquí se abren oficialmente las polémicas, a los puristas tangueros no les gusta Piazzolla.
En 1954 obtiene una beca para estudiar con la importante compositora Nadia Boulanger de quien Astor años más tarde diría: “Fue mi segunda madre: gracias a ella soy Piazzolla”. Para 1957 nuevamente retornó a Argentina y fundó “El Octeto de Buenos Aires”, iniciando verdaderamente cambios profundos en su música, recorriendo un camino que lo llevó a Estados Unidos y Europa obteniendo un éxito a nivel mundial.
Desde sus primeros años su objetivo fue innovar el arte del tango, rechazaba considerarlo solo música de baile. Por eso decide ir más allá de la tradición, dando vida a lo que la crítica musical llama “Tango nuevo”, en el que se engloban todas las influencias que había adquirido a lo largo de los años. Transforma este género musical dejando de ser solo para ser bailado, y lo convierte en música para ser escuchada e interpretada.
Una música que une
La magia de la música de Piazzolla es que logra reunir a públicos de todos los estratos sociales, músicos de jazz o sinfónicos, amas de casa, aficionados al rock y amantes del tango, jóvenes y mayores. Cada quien reconoce en Piazzolla algo que le es familiar y que se refleja en sus obras. Es una nueva música que no deja de perder su carácter tradicional, pero que a su vez es producto de una hibridación pero con una coherencia e inimitabilidad excepcionales. Además de tener una característica, que sin ser simple y a pesar de la dificultad musical puede permanecer en la mente del oyente, un elemento de comunicabilidad que también es determinante en el éxito de la música de Astor.
Nacionalismo latinoamericano
Piazzolla forma parte de un significativo grupo de compositores latinoamericanos que durante el siglo XX alcanzaron el reconocimiento internacional ante lo que se denominó el “nacionalismo latinoamericano”. Entre ellos podemos mencionar en Argentina a Alberto Ginastera, Carlos Guatavino y Astor Piazzolla; en Brasil, Heitor Villalobos, Lorenzo Fernandez y Camargo Guarnieri; en Venezuela, Modesta Bor Antonio Estévez, Inocente Carreño; en México, Manuel Ponce, Carlos Chávez y Silvestre Revueltas, entre muchos otros. Estos compositores son una muestra de la sinergia de creación y el mestizaje de la música latinoamericana. Sin obviar que esta ha sido fuente de inspiración para grandes compositores del siglo XX como Igor Stravinsky, Leonard Bernstein, Aaron Copland, Darius Milhaud o Xavier Montsalvatge. Los compositores nacionalistas utilizan materiales musicales que pueden del folklore o la música popular;esto incluye ritmos, polirritmias, sistemas particulares de escalas, incorporación de instrumentos musicales populares o autóctonos, entre otros.
Una revolución musical
La obra de Piazzolla se puede ubicar en este grupo de compositores nacionalistas pero tiene unas características que le otorgan sus propias particularidades. Por una parte, está sistemáticamente escrita; sin embargo, muchas veces lo que se encuentra en la partitura no corresponde exactamente con lo que se interpreta. Los ritmos escritos de una manera, deben sonar de otra forma. Para un músico que provenga únicamente de la tradición escolástica esto puede representar un serio problema, porque es necesario un bagaje que tiene sus raíces sobre todo en la tradición jazzística y en general de la música popular. Allí encontramos la primera fusión, Piazzolla al mezclar lo sinfónico y popular, da origen a un nuevo y original lenguaje musical. En sus piezas encontramos un desarrollo melódico, que tiene sus raíces en la música italiana, pero que alcanza su cenit en el tango, el cual adquiere una frescura y novedad por su particular técnica compositiva. Usa armonías que podemos denominar tardo románticas, entrelazadas con encadenamientos jazzísticos (progresiones que van desde II-V ó II-V-I), superposiciones de triadas conformando “acordes Cluster” propios del jazz en los cuales también se observa una influencia de Ginastera, Bartòk e inclusive Stravinski. Aunque armónicamente se observa esta riqueza, a nivel de contrapunto mantiene una línea casi “escolástica”, pero con la incorporación de un “rubato” que tiene su derivación del tango. Inicialmente a nivel instrumental Piazzolla no es demasiado osado, posteriormente introduce el órgano Hammond, la flauta, la marimba, el bajo eléctrico, la guitarra eléctrica y otros instrumentos que en Argentina nadie había utilizado para tocar el tango.
Los años finales
Hacia los años años 80 ya la fama de Piazzolla era conocida en casi todo el planeta, hace conciertos y colaboraciones con importantes orquestas sinfónicas de Colonia, Zúrich, la Radio Suiza, Lyon y Toulouse, entre otras. Para el año 1990 debía realizar su más ambicioso proyecto, una obra dedicada al tanguero por excelencia, Carlos Gardel. Pero en agosto de ese año, en París, Piazzolla sufrió una trombosis cerebral de la que no se recuperó. Murió en Buenos Aires en la noche del 4 al 5 de julio de 1992. El mundo le había inscrito entre los grandes, más allá de la crítica purista, le sobrevive ahora y siempre el más importante legado de un artista: su música.
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia
AUDIO │ «Sinfonía Buenos Aires»