Crisis, conflictos y guerras: ¿qué nos dejó el 2020?

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Por María Elena Álvarez Acosta

En el año 2020, la propagación y mortalidad causada por el coronavirus reflejaron la incapacidad de la mayoría de los regímenes de salud para enfrentar la pandemia, mientras a nivel internacional la falta de solidaridad y apoyo de unos hacia otros, sobre todo de los países poderosos como Estados Unidos, aumentaron los riesgos de infección y muerte. La crisis del sistema capitalista se evidenciaba una vez más. En ese contexto, el panorama mundial se caracterizó por el surgimiento, continuación y reaparición de crisis, conflictos y guerras.

Los conflictos, en un contexto de pandemia, crisis económica y aumento de las tensiones geopolíticas, están en un punto máximo. Las razones son muchas y van desde el control de los recursos naturales y de los espacios geopolíticos, hasta las desigualdades y las demandas sociales y políticas. Sería interminable el inventario de los conflictos, pero algunos han tenido un mayor impacto en el ámbito regional y mundial.

Las contradicciones de Estados Unidos con China han ido más allá de la guerra comercial, también han conllevado a una mayor presencia militar de Washington en el este de Asia y una participación más activa de este último en el conflicto del mar meridional de China[1]. Washington ha promovido permanentemente “operaciones de libre navegación” e incursiones aéreas sobre la región en disputa, mientras que ha declarado que las reclamaciones marítimas de China en esa área son “completamente ilegales”. Paralelamente, a pesar del diálogo entre Kim Jong Un y Donald Trump, los progresos fueron escasos:  la “crisis de la península coreana” se mantiene[2].

En Afganistán, después de casi 20 años de guerra, con independencia del diálogo con los talibanes y el anuncio de la retirada de tropas de Estados Unidsos hasta dejarlas en dos mil 500 efectivos el 15 de enerode 2021, se mantienen los enfrentamientos y la violencia, a lo que se suma la presencia de grupos terroristas que, además, se extienden a Asia Central. Mientras, el conflicto de Cachemira entre India y Pakistán no se resuelve.

En Medio Oriente, el conflicto palestino-israelí se inclinó a favor de Israel. Estados Unidos trasladó su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, aceptó la política de asentamientos y presentó el denominado “Plan del Siglo”. La posición de Israel en el mundo árabe tiende a fortalecerse con la normalización de relaciones con los Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán.

En Yemen continúa la guerra, y en Siria aún hay territorios donde se lucha por expulsar a los terroristas y Estados Unidos mantiene sus bases militares. El conflicto entre estadounidenses e iraníes ha tenido varios momentos de crisis, pero sobresalen dos: el asesinato de Soleimani en enero de este año y el de Mohsen Fakhrizadeh en diciembre. Eventualmente, la tensión entre ambos países pudiese bajar, y con ella las de la zona, si Biden retoma el acuerdo nuclear que abandonó Trump en 2018.

En el norte de África, Libia continúa en medio del caos y la inestabilidad. Asimismo, muchos países de la línea del Sahel participan en múltiples conflictos armados donde confluyen intereses geopolíticos, luchas étnicas y fragilidad de los Estados: el conflicto de Mali, las acciones de Boko Haram en Níger, Chad, Camerún y Nigeria; el de la República Centroafricana. En el cuerno africano se mantienen los de Etiopía y Somalia.  En Sudán del sur la guerra desatada desde 2013 parece no tener fin. Los picos de violencia tienen efectos devastadores para su población.

En otro sentido, países cercanos a Rusia están envueltos en conflictos con los casos de Armenia y Azerbaiyán por la disputa del territorio de Nagorno Karabaj, que volvió a estallar y se logró un acuerdo, pero no resuelve las diferencias que se han manifestado intermitentemente entre ambas naciones desde la década del 90; Ucrania, al que se le ha sumado Bielorrusia, con una situación de inestabilidad interna.

Ningún continente escapa a la realidad de la violencia. En América Latina se han mantenido las manifestaciones en contra de los gobiernos: en Chile, Colombia, Brasil. Enfrente de ello, destacan la política agresiva hacia los procesos de izquierda (Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Venezuela y Cuba). De forma general, todas las acciones de la derecha y de las élites encuentran el soporte de Estados Unidos, apoyado en algunos casos por los países de la Unión Europea (UE) y de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El propio Washington ha enfrentado una situación de inestabilidad, protestas y levantamiento civil. No se quedan atrás las naciones europeas, donde los ciudadanos, a pesar de los contagios del Covid-19, salen a las calles en contra de las medidas de confinamiento y otras, sobre todo por la situación económica que deben enfrentar.

Los conflictos reflejan las realidades y contradicciones de su época: el 2021 no será la excepción. La herencia que recibe el próximo año es crítica, en medio del impacto del coronavirus y la crisis económica, las afectaciones al interior de los países tenderán a aumentar; mientras las crisis, conflictos y guerras que no se detuvieron en el 2020, a pesar de la pandemia, sino que sufrieron sus efectos, no parecen tener pronósticos halagüeños, los intereses de las élites y las contradicciones geopolíticas a nivel mundial están presenten y reflejan las circunstancias de un mundo en transición intersistémica.

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María Elena Álvarez Acosta Doctora en Ciencias Históricas


[1] Por este estratégico mar circula el 30% del comercio global y alberga el 12% de los caladeros mundiales, además de yacimientos de petróleo y gas.

El conflicto se despliega en medio de reclamos territoriales superpuestos entre China y Filipinas, Vietnam, Malasia, Taiwán y Brunei.

[2] En Asia oriental existen otros focos conflictuales: entre Japón, China y Taiwán (Islas Senkaku para Japón, Diaoyu para China y Diaoyutai para Taiwán), entre Corea del Sur y Japón, (Islas Dokdo para Corea del Sur y Takeshima para Japón) y Kuriles entre Japón y Rusia. Además de movimientos separatistas y territoriales en Indonesia, Filipinas, entre otros.

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