Por Correo del Alba
El presidente Martín Vizcarra fue destituido el día de ayer por el Congreso peruano, a menos de dos meses de un primer intento de impeachment. Los parlamentarios lo acusaron de «Vacancia, incapacidad moral permanente», una figura jurídica ambigua que deja un amplio margen de interpretación. Además de ello se le acusa de corrupción y recibir sobornos cuando ejerció el cargo de gobernador regional en el período 2011-2014. Estas acusaciones están basadas en algunos testimonios que todavía están siendo examinados por las autoridades judiciales, pero que para un Congreso en abierta confrontación con el Jefe de Estado fue suficiente para destituirlo de su cargo.
La moción para la destitución del presidente Vizcarra obtuvo 105 votos a favor, de los 130 miembros del Congreso unicameral superando con creces los 87 necesarios; solo 19 votaron para salvar al Ppresidente, y hubo cuatro abstenciones. Este es un resultado inesperado para la prensa local ya que no había certeza de que se lograrían los 87 votos, pero nadie esperaba un resultado tan abrumador. Los partidos que habían anunciado su voto en contra de la destitución del presidente terminaron haciéndolo a favor. Vizcarra asumió el cargo en marzo de 2018, después de que su predecesor, Pedro Pablo Kuczynski, hubiera dimitido acusado de corrupción. Una de las acciones más osadas de Vizcarra fue la disolución del Congreso elegido por una mayoría fujimorista, sin embargo, el nuevo Parlamento es el que ahora lo ha destituido, acusándolo de corrupción.
Con la salida de Vizcarra, asumirá la Presidencia de la República el presidente del Parlamento, Manuel Merino, miembro del Partido de Acción Popular, de centro derecha, el grupo con mayor número de congresistas, con 24 diputados. Durante el primer intento frustrado de destituir a Vizcarra, Merino, un político poco conocido hasta que asumió la presidencia del Legislativo, llamó sin éxito a los militares para que asumieran el poder.
Acusaciones, sobornos, corrupción
El presidente Vizcarra está acusado de recibir sobornos de dos empresas constructoras por 2.3 millones de soles (unos 660 mil dólares) cuando era gobernador de la pequeña región de Moquegua, entre 2011 y 2014. Se alega que los sobornos fueron entregados para las obras de construcción de un hospital.
Tres empresarios de dos empresas de construcción que están siendo procesados en el caso del llamado «club de la construcción», un cártel de empresas que distribuyeron obras públicas mediante el pago de sobornos, como parte de un acuerdo con la Fiscalía que presta su testimonio a cambio de una reducción de la pena, afirman haber pagado sobornos a Vizcarra para obtener contratos para esas obras.
Un exministro del gobierno de Kuczynski, José Hernández, viejo amigo de Vizcarra desde antes de ser gobernador, dijo a las autoridades que había sido un intermediario para el pago de estos sobornos: «Aquí estoy, no estoy huyendo», con estas palabras Vizcarra comenzó su defensa de 51 minutos ante el Congreso. Subrayó que, en este momento de crisis debido a la pandemia, a una economía gravemente afectada y a las elecciones ya convocadas, su eliminación generaría inestabilidad solo para complicar la grave crisis sanitaria y económica. En cuanto a las acusaciones en su contra, las calificó de «falsas» y las atribuyó a una supuesta venganza de los empresarios del «club de la construcción» por cortar sus beneficios ilegales cuando llegó al gobierno. «Estos son hechos no probados. ¿Se puede destituir a un presidente solo por declaraciones infundadas?», preguntó Vizcarra. La votación parlamentaria dijo que era posible. Después de la votación, la autoridad declaró: «Me voy a casa, no voy a apelar». Ahora Vizcarra debe enfrentar el proceso judicial en la corte, el mismo destino de todos los presidentes peruanos en el poder desde 1985.