Por Correo del Alba
La ruta productiva entre Santa Cruz y Cochabamba se alzó en protestas en contra del uso de semillas transgénicas que ponen en riesgo los cultivos en Bolivia. Productores bloquearon este 3 de septiembre varias arterias viales que conectan dichos sectores. Asimismo activistas y agricultores interpusieron una demanda ante la Sala Civil del Departamento de Justicia de Santa Cruz, el día de ayer, en vísperas del fallo que autoriza o no el uso de biotecnología, empero la sala constitucional decidió aplazar la audiencia para el próximo 25 de este mes.
En mayo 2020, la presidenta de facto Jeanine aprobó el Decreto Supremo 4232, que autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad “establecer procedimientos abreviados para la evaluación del maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, genéticamente modificados en sus diferentes eventos, destinados al abastecimiento del consumo interno y comercialización externa», lo que significa que Bolivia accede al libre tránsito de transgénicos y queda sin efecto el decreto anterior que regulaba este tipo de insumos en el territorio, tanto para la siembra como para alimentos procesados o alimentos crudos importados, los cuales debían ir identificados con etiquetas para conocimiento de las y los consumidores.
En 2015 el entonces presidente constitucional Evo Morales aprobó el Decreto Supremo 2452, que define “competencias exclusivas del nivel Central del Estado, los recursos genéticos y biogenéticos, así como la sanidad e inocuidad agropecuaria, respectivamente”. Este estipuló una amplia reglamentación para el uso de transgénicos en el país, así como la investigación y aprobación previa del Gobierno. En el “el numeral 3 del Artículo 15 de la Ley Nº 144, de 26 de junio de 2011, de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria, establece que todo producto destinado al consumo humano de manera directa o indirecta, que sea, contenga o derive de organismos genéticamente modificados, obligatoriamente deberá estar debidamente identificado e indicar esa condición”.
Sin embargo y pese a que ambas disposiciones legales contradicen la Constitución Política del Estado , promulgada por Evo Morales, que en el Artículo 255 N 8 dice que la “seguridad y soberanía alimentaria para toda la población; prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente”, vale destacar que los transgénicos usados en Bolivia fueron aprobados durante el gobierno de Carlos Mesa por Resolución Multiministerial N° 1 en abril de 2005, que aprobaba la “la producción agrícola de semillas, procesamiento, comercialización interna y externa de soya genéticamente modificada resistente a glifosato (40-3-2) y sus derivados” y que luego de la renuncia este, el expresidente Eduardo Rodríguez le otorgó categoría de Decreto Supremo 28225, en julio de 2005.
Morales fue un defensor de las semillas originales y de los derechos de la Madre Tierra, en esa línea promulgó la Ley N° 300 “Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien”, también impulsó encuentros internacionales contra el cambio climático y por la tierra, entendido desde el punto de vista de protección de la siembra, de los recursos naturales y de la agresión que significa el uso de tecnología que modifique la genética natural de los cultivos ya que Bolivia es un país con tradición de siembra, parte del legado indígena y patrimonio cultural.