Por Yoselina Guevara López
El 15 de junio de 1926 nació en la Isla de Margarita, Venezuela, la compositora Modesta Bor; su existencia estuvo signada por una lucha constante y el triunfo sobre las adversidades que tuvo que enfrentar. Siendo muy joven inició sus estudios musicales y ya para en 1942 decidió trasladarse a Caracas, donde pasó a formar parte de la generación de grandes músicos nacionalistas bajo la guía del maestro Vicente Emilio Sojo, en la Escuela de Santa Capilla.
En 1951 un halo fatal del destino le impidió cumplir su sueño de ser pianista solista; sufrió el síndrome Guillain-Barré, que le produjo una parálisis generalizada que deformó sus manos. Pese a esto, logró superar la enfermedad con tenacidad y desarrollar una carrera como compositora que le condujo a ser la primera latinoamericana en graduarse con honores en el Conservatorio Tchaikowsky, Moscú, en la antigua Unión Soviética, de la mano de Aram Jachaturián, el célebre compositor de la Danza del sable. Una anécdota acerca de este último músico señala que no aceptaba a mujeres en sus clases, pero quedó impactado por el talento de Bor al escucharla interpretar en el piano la obra de su autoría: Concierto para viola y orquesta.
La exclusión de la derecha
En 1962 regresó a Venezuela, siendo una militante activa y comprometida del Partido Comunista. La llamada élite cultural local inició una artimaña de exclusión laboral y artística en su contra, cerrándole puertas a su expansión profesional. En 1965, bajo la presión ejercida por Vicente Emilio Sojo, ingresó como docente en la Escuela de Música Juan Manuel Olivares. En 1971 obtuvo en Caracas el Premio Municipal de Música por su obra la Mañana ajena. A comienzos de los 80 participó en el primer y segundo Festival Internacional de Música Contemporánea de La Habana”, donde interpretan su Concierto para piano y orquesta. Ante su extraordinario talento y la alta calidad de sus composiciones, el Concejo Nacional de la Cultura de Venezuela le otorgó finalmente en 1986 el Premio Nacional de Composición José Ángel Montero por su obra Son venezolano, con texto de Nicolás Guillén.
En 1990 se trasladó a la quietud de los Andes venezolanos, a la ciudad de Mérida, donde dio continuidad a su labor como docente y compositora hasta el final de sus días.
Una obra musical ecléctica
La obra musical de Modesta Bor está enmarcada en la fusión de sus raíces latinoamericanas, mestizas y la compleja técnica de la música académica occidental. En sus composiciones se recrea la identidad y el sentido de pertenencia a la tierra donde están sembrados sus antepasados, a este barro del cual estamos hechos, llenos de la materia ígnea los colores y sonidos telúricos, incandescentes, que habitan en este continente mágico e incomprensible.
Por muchos años Bor y su obra sinfónica fue silenciada por los representantes de la derecha misógina. Con todo, sus composiciones corales, llenas del gentilicio venezolano, nutren el repertorio musical de cientos de agrupaciones corales de Venezuela y el mundo.
Genocidio y el Mar Caribe
Son tantas las composicones musicales de Modesta Bor que pueden ser comentadas, pero una de las más emblemáticas es el poema sinfónico Genocidio, escrito para gran orquesta. Obra musical con trazos impresionistas que posee una paleta de colores intensos, la cual cuenta la historia justo antes de que los invasores llegaran a esta tierra, cuando los almirantes de este mar interior eran los originarios caribes, dueños y señores de sus cielos, sus tierras y sus aguas. Escuchamos al inicio el sonido de las guaruras dando las señales de que los extraños se aproximan en sus carabelas. Se siente el tema del mar, que siempre acompañó a Modesta, azul marino, turquesa, cristalino con espuma blanca trepidante y ruidosamente sorda, pero que en el tema fluye en nuestros oídos y nos hace llegar sobre sus olas a la apacible y cálida arena de la siempre segura orilla materna. Aquí está nuestra profundidad e inmensidad, como ha dicho Luis Britto García, “el Caribe: nombre secreto de la felicidad”, es el mismo mar antiguo y musical de la nuestra por siempre Modesta Bor.
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia
VIDEO Documental «Modesta», por Paola Marquinez y Stephanie Bor.
