Moreno viajó a Washington y allí se diseñó el plan macabro, de claras improntas imperialistas, para impedir en segunda vuelta el triunfo del binomio de la esperanza de Andrés Arauz y Carlos Rabascall, luego del fallido libreto injerencista en contra de Venezuela bolivariana y que la Relatora del capítulo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su informe preliminar construido durante 12 días en Venezuela, concluyera que las medidas coercitivas de carácter unilateral impuestas por Estados Unidos, Portugal, Reino Unido, han producido profundos impactos en los Derechos Humanos del pueblo venezolano, lo que derrumba el trillado discurso oligárquico neoliberal de que no queremos ser otra Venezuela.
Agotada esa vía, en el segundo acto se vuelve a retomar las fake news salpicadas por la revista Semana con la alianza mediática ecuatoriana, para volver a reincidir que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia presuntamente aportó 80 mil dólares a la campaña del binomio de la Unión por la Esperanza (UNES).
Tamaña zoquetada que ya fue desmentida por mismo ELN y el candidato ganador de la primera vuelta electoral presidencial, Andrés Arauz. Volvieron los discos duros de computadoras y grabaciones al estilo de Angostura, cargados de sandeces y mentiras.
El expresidente de Colombia, Ernesto Samper, acaba de manifestar y expresar que aquella es una infamia de las más perversas, al igual que la Internacional Progresista.
Presumimos que es una estrategia del régimen de Iván Duque, uribista de convicción, para congraciarse con la actual administración de la Casa Blanca, presidida por Joe Biden, después de haber apoyado la campaña del expresidente Trump, doble moral de rasero.
Surge en el acto el Fiscal General de Colombia, al que decimos preocúpese de investigar, de indagar los miles de exterminios de líderes/as sociales cometidos desde que se firmó el Acuerdo de Paz en La Habana; de las nueve Bases Militares norteamericanas, que no terminan de amenazar la libre determinación de Venezuela bolivariana y fraguar intentos de magnicidio al legítimo presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros; de responder a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por 29 años de impunidad y el exterminio selectivo de líderes de la organización política Unión Patriótica, clave sus ojos en el régimen de Duque, que no ha parado de cometer injerencia con una total ineptitud en el manejo de la pandemia de la Covid-19. Pregunte cómo ha hecho Venezuela para tener uno de los más bajos ratios de letalidad y mortalidad del virus, a pesar del asedio, injerencia, bloqueo del imperialismo internacional.
En el tercer acto Yaku, que empezó a lanzar lodo con ventilador pigmentando y manchando de presunto fraude el proceso de conteo de votos, sin ningún sustento jurídico y pruebas que determinen sus apresuradas y descabelladas declaraciones, firma un acuerdo con el banquero Lasso para revisar y abrir urnas electorales en dos tercios de las provincias, que violentan el debido proceso electoral, sin observadores internacionales, con observación de la Organización de Estados Americanos (OEA y Almagro, en la que para nada confiamos debido al nefasto procedimiento en Bolivia plurinacional, que
abrió paso a una dictadura sangrienta; se está excluyendo a las 14 organizaciones políticas de ese acuerdo, que tienen el legítimo derecho a participar con sus delegados y observadores, de conformidad al Código Orgánico de la Democracia. Al parecer miramos que no son más que distractores que pretenden invisibilizar el amplio triunfo de la Revolución Ciudadana, a la que no han podido contaminar y vaciar la decisión soberana del pueblo expresada en las urnas el domingo 7 de febrero. A sabiendas que el Consejo Nacional Electoral (CNE) es una hechura del Consejo de Participación Ciudadana Transitorio, herencia del difunto Julio César Trujillo, que evidenció y desnudó una abierto odio con persecución política a Rafael Correa y su gobierno de una década, que terminó destruyendo el Estado de Derecho y colocando en bandeja, para que el régimen de Moreno ejecute el programa de gobierno del banquero Lasso, sumadas las violaciones de Derechos Humanos de octubre del 2019, como anillo al dedo les llegó la pandemia de la Covid-19 para ahondar la precarización de derechos fundamentales, reparto de hospitales, encubiertos en el discurso de la corrupción; por el contrario, la han profundizado, socavando
la vida y derechos del pueblo, concomitante, el trucho negociado de raciones alimenticias, con
sobreprecios, colapso total del sistema de salud y hospitalario.
Aún flotan en los barrios marginales de Guayaquil los miles de muertos recogidos en las calles y que sus familiares no dejan de llorarlos, como resultado de 29 años del desastroso manejo oligárquico del PSC, sumado al negociado de las fundas y cajas de cartón, las dosis de vacunas para agnados y cognados del régimen, el entorno familiar de un nefasto e insensible Ministro de Salud, que dice no ser político, que presuntamente cometió uno de los delitos de la administración pública al beneficiarse de las vacunas, cuando existen profesionales de salud que están en primera línea como postgradistas que no han recibido la vacuna.
Empero, mientras ello acontece, al mismo tiempo volvemos a rotular en el cuarto acto la presencia del Fiscal General de Colombia (eso se llama abierta injerencia, precisamente en pleno contexto electoral; ¿se acordaría de los cinco asesinatos cometidos en la frontera norte de Esmeraldas, sector de Mataje, hasta ahora ensombrecidos por la más absoluta impunidad?), en claro contubernio con la Fiscal General del Ecuador, para presentar evidencias del presunto aporte de dinero del ELN a la candidatura de Arauz-Rabascall, el perverso fin en mente. Mientras continúa el proceso y conteo de inconsistencias de actas impugnadas, rezagadas, estamos sometidos al Código Orgánico de la Democracia, pero no está descartado que al acuerdo firmado entre Guillermo Lasso y Yaku Pérez Guartambel, subyace un libreto
construido por tanques de pensamiento que quieren continuar erosionando la democracia en Ecuador y, con una resolución entre gallos y medianoche, el CNE pueda virar el tablero electoral.
El CNE no tiene competencias para eliminar del balotaje electoral del 11 de abril al binomio de Andrés Arauz y Carlos Rabascall, esa es facultad del TCE Tribunal Contencioso Electoral, tamaña pretensión viciada de ética y juricidad electoral, abonar, retrasar el balotaje, para dejar una cancha electoral oligárquico neoliberal que tape los nefastos cuatro años del régimen cogobernado por Moreno, Lasso y Nebot, al que no terminan de brotar las ventosas de corrupción, telarañas de vandalismo y saqueo del dinero del pueblo ecuatoriano.
Quinto acto, si no estamos atentos/as podemos despertar con una macabra pesadilla que nos habrá extinguido la democracia y colocado en Carondelet al banquero del feriado y gran beneficiario de este filofascista cogobierno que no termina de empeñar las Empresas Públicas Estratégicas del Estado, así como la privatización del Banco Central del Ecuador.
No podemos permitir que vengan a robarnos el Buen Vivir y el espíritu constitucional de Montecristi, plasmado en la Constitución del 2008; déjennos disfrutar del derecho a vivir en paz, en plena armonía con la propuesta del binomio progresista que abraza la plurinacionalidad, la justicia social, la diversidad, la diferencia, para que Ecuador vuelva a seguir amando la vida.
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Luis Ernesto Guerra Analista político y activista de Derechos Humanos
