En un ambiente vibrante y cargado de simbolismo, Venezuela, cuna de los Libertadores, celebró los 200 años de independencia de Bolivia con un ciclo de eventos que incluyó conferencias, presentaciones editoriales y una inauguración emblemática.
Durante los días 4, 5 y 6 de agosto, el Centro de Estudios Rómulo Gallegos (Celarg), junto a la Comisión Presidencial para la Conmemoración del Bicentenario y el Centro de Estudios Simón Bolívar, acogió el Seminario Internacional “Bicentenario de Bolivia 1825-2025”. Más de 30 historiadores de Venezuela, Colombia, España, México, Cuba y Bolivia debatieron sobre el pensamiento bolivariano, los procesos constituyentes y la integración latinoamericana.
En la apertura, los asistentes recibieron el libro Bolivia, la Hija Predilecta de Bolívar, que reúne las reflexiones y aportes de figuras como Luis Britto, Solange Zalles, y Omar Hurtado. El martes se presentaron además obras destacadas como El Retorno del Rey (Justo Cuño, España), Ayacucho y la República de Bolívar (Orlando Rafael Rincones, Venezuela), la revista Libertador Ocho Estrellas, y los textos Bolívar, él es la Revolución» Sergio Guerra, Cuba) y Pardos infidentes e insurgentes en Venezuela (1790-1812)(Rocío Castellanos, Colombia).
Reunidos historiadores, escritores, investigadores y especialistas, se reflexionó sobre los orígenes de Bolivia como república independiente en 1825; su resistencia frente al saqueo, su identidad y diversidad cultural, sus vastos recursos naturales, su búsqueda de justicia y paz, y su orgullo por ser la hija predilecta de El Libertador y del Gran Mariscal Antonio José de Sucre.
El seminario abordó la historia de insurgencia y rebeldía del pueblo boliviano, sus luchas por la tierra, la soberanía y los derechos humanos, así como el proyecto bolivariano de autodeterminación y Patria Grande. Se recordó que la Constitución para la República de Bolivia, entregada por Bolívar el 25 de mayo de 1826, concentraba su pensamiento político y sus reformas sociales más profundas: la abolición de la esclavitud —a la que consideraba “[…] negación de toda ley, un atentado contra la dignidad humana y una violación de la doctrina sagrada de la igualdad”—, la eliminación del tributo indígena y la devolución de tierras a sus poseedores históricos.
El pueblo del Alto Perú había demostrado su vocación de libertad y reafirmado su identidad tras dieciséis años de guerra. Las guerrillas y las republiquetas crearon las condiciones para la independencia del territorio, que luego se llamaría Bolivia.
El 26 de octubre de 1826, Bolívar, ascendió al Cerro Rico de Potosí, acompañado por Sucre y su Estado Mayor. Ante las banderas de Colombia, Perú y el Río de la Plata, proclamó:
“Venimos venciendo desde las costas del Atlántico y en quince años de lucha de gigantes hemos derrocado el edificio de la tiranía […] Yo estimo en nada esta opulencia cuando la comparo con la gloria de haber traído victorioso el estandarte de la libertad, desde las playas ardientes del Orinoco, para fijarlo aquí, en el pico de esta montaña, cuyo seno es el asombro y la envidia del universo”.
En la clausura, el presidente Nicolás Maduro hizo un llamado apasionado: “Los historiadores deben convertirse en guerreros de la verdad”, convocándolos a mantener viva la historia insurgente, como herramienta de emancipación .
Plaza Bolivia
Como parte de la conmemoración, el 6 de agosto fue inaugurada la Plaza Bolivia, “la hija predilecta del Libertador”, en el bulevar de Catia, Caracas. El acto simbólico, acompañado de música y danzas típicas, fue presidido por la alcaldesa Carmen Meléndez, quien resaltó que el espacio público —construido en apenas 23 días— simboliza la fraternidad histórica entre Venezuela y Bolivia.
Bolivia, bajo el lema “un sueño de libertad y justicia que trasciende en el tiempo”, sigue siendo fuente de reflexión, identidad y unidad. Desde los libros presentados hasta la plaza levantada, el legado bolivariano se reafirma con vigor en la memoria colectiva de América.
Al final, en dos palabras quedaron las recompensas de una vida de gloria y amarguras: Libertador y Bolivia. La independencia del Alto Perú fue quizá la proclamación política más esperada en Sudamérica después de la victoria de Ayacucho en diciembre de 1824.
A dos siglos de su independencia, Bolivia continúa luchando por consolidarse como una república libre, igualitaria e inclusiva, fiel al legado de sus libertadores y libertadoras.
“¿Qué es Bolivia para mí? Un amor desenfrenado de libertad”. —Simón Bolívar
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Correo del Alba








