Muchísimas gracias, presidente Nicolás Maduro. Un gran saludo y abrazo a todas las hermanas y hermanos, jefas, jefes de Estado y Gobierno de los países miembros de la Alianza Bolivariana por los Pueblos de Nuestra América, Tratado de Comercio de los Pueblos.
Acudimos en esta ocasión a esta reunión extraordinaria, hoy 3 de febrero, como lo mencionaba el compañero presidente de Venezuela, cuando conmemoramos 230 años de natalicio de Antonio José de Sucre, uno de los mejores hijos de América, primer presidente de Bolivia y redentor de los Hijos del Sol, como le bautizara el Libertador Simón Bolívar. Siguiendo el ejemplo del Gran Mariscal de Ayacucho, sus ideales de justicia, su respeto por la vida y la dignidad humana, nos reunimos hoy para debatir temas medulares para el mantenimiento de la libertad y la estabilidad de la Alianza como mecanismo de integración solidaria y cooperación genuina entre nuestros pueblos.
La coyuntura histórica actual en nuestra región marca la complejización de varios desafíos y problemas que necesitan respuestas también integrales y colectivas. Nuestra América está en la mira de una superpotencia que pretende evitar a través de la fuerza el tránsito hacia otro orden mundial. La migración es una manifestación de ello. Nuestros estados ya han reconocido la necesidad de implementar estrategias que promuevan una integración segura, ordenada y regular, de acuerdo a los compromisos adoptados en el Pacto Mundial sobre Migración de 2018. Sin embargo, más allá de los acuerdos internacionales, el verdadero desafío radica en evitar cualquier intento de criminalización de la migración. Debemos garantizar un trato digno a cada persona en movilidad, protegiendo sus derechos humanos y los de sus familias. Es más, debíamos como Alianza ser los impulsores en el ámbito multilateral para que Naciones Unidas declare la migración como un derecho humano. La migración es un proceso inherente a la historia de la humanidad. Ha habido muchos migrantes de Inglaterra hacia Estados Unidos y responde a factores económicos, políticos, sociales, demográficos y ambientales.
En nuestro continente los flujos migratorios son complejos y demandan cooperación entre los países de origen tránsito, destino y retorno. En este marco Bolivia ratifica su compromiso con los instrumentos internacionales, como la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963, que orientan la protección de nuestras comunidades en el exterior. Al mismo tiempo, reconocemos la riqueza de la diversidad y acogemos con solidaridad a las hermanas y hermanos de distintas nacionalidades que han elegido Bolivia como su hogar.
Desafortunadamente, en los últimos días, hemos observado con indignación escenas de deportación desde Estados Unidos de hombres y mujeres encadenados y esposados, que revive en la memoria la esclavitud, una de las etapas más vergonzosas de la historia de la humanidad. No podemos admitir estas violaciones de los derechos de los migrantes. Cada país tiene derecho a definir su política migratoria, pero ninguno puede ignorar los tratados y acuerdos internacionales que regulan la movilidad humana y protegen la seguridad y dignidad de los migrantes.
Desde la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, debemos rechazar estas medidas y exigir un tratamiento respetuoso y justo para nuestros connacionales. Desde Bolivia nos oponemos a las políticas securitistas que ignoran el derecho humano a la libre circulación reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El mundo no puede ser sólo un espacio en el que circula libremente el capital, sino también los seres humanos.
Condenamos la propagación de discursos de odio y xenofobia contra quienes han contribuido al desarrollo económico y social en muchos países. En este contexto nos unimos a la protesta de nuestros hermanos de Cuba ante el anuncio de la administración Trump de convertir el territorio ilegalmente ocupado de la base naval de Guantánamo en un centro de detención para migrantes ilegales. No podemos olvidar que Estados Unidos tiene una influencia notable en el comportamiento de los flujos migratorios del continente como resultado de sus políticas injerencistas y sus sanciones arbitrarias unilaterales y coercitivas contra nuestros pueblos.
Los migrantes juegan un papel fundamental para el desarrollo de los países y la mayor parte de las veces entregan beneficios al país de sector como mano de obra y también al país de origen a través de las remesas que envían a sus familiares.
Al mismo tiempo nos toca recordar que somos pueblos libres, soberanos y que no permitiremos que traten a nuestros connacionales como delincuentes. Exigimos un trato digno y humano. Consideramos que tratándose de un tema tan delicado como lo es la vida de las personas, todos los países deben hacer uso de los instrumentos ya establecidos en materia migratoria. El diálogo pacífico es la vía para la construcción de políticas migratorias con soluciones regionales conjuntas. Estamos comprometidos con la paz, la estabilidad, el progreso y la felicidad de nuestros pueblos para vivir bien.
Otro desafío que debemos enfrentar juntos es la crisis alimentaria que atraviesa hoy la humanidad y celebramos, celebramos la propuesta de hacer esta agricultura regenerativa, celebramos también la propuesta de que el Banco del ALBA pueda generar un fondo de préstamos para migrantes para que puedan reinstalarse en nuestro país y volver a sus países de origen.
Estamos de acuerdo también en lo que ha ocurrido en la propuesta que hacía el presidente Maduro de sancionar dramáticamente a organizaciones criminales dedicadas al tráfico de seres humanos, trata de personas como los coyotes, celebramos esas iniciativas y por supuesto el gobierno nacional, el gobierno boliviano apoya y seguirá apoyando esas iniciativas que van por una parte a precautelar el regreso de nuestros migrantes, generar mayor producción de alimentos y por supuesto sancionar a quienes efectúan este delito de la trata de personas.
Asimismo en un mundo donde la tecnología avanza a pasos acelerados, como podemos considerar lo que pasa con la inteligencia artificial, que coincidimos con el hermano presidente de Cuba, cuando señalaba que esto atenta al empleo, atenta también al uso de energía limpia y otros productos que son incorporados, coincidimos también en que tenemos que tener un centro de investigaciones a nivel del ALBA para el tema de inteligencia artificial que tiene además de las connotaciones que hoy se le está dando en muchos rubros a la inteligencia artificial de ahorrar tiempo en el trabajo y otro tipo de beneficios que sí los tiene, pero dirigirlos estos hacia lo positivo que debe tener un país que es la construcción de lo productivo, del saber científico, tecnológico y del intercientífico e intercultural, promoviendo así de esta manera todo lo que en nuestros países se requiere para incorporar la ciencia y la tecnología al servicio del ser humano, al servicio de la producción, al servicio de mejorar la calidad de vida y dirigirnos rumbo al vivir bien.
En ese entendido no es mala la inteligencia artificial pero evidentemente tenemos que organizarnos para darle un adecuado uso desde las unidades educativas desde primaria, secundaria donde hoy por hoy no podemos negar el avance tecnológico, hoy nuestros niños, nuestros jóvenes ya utilizan la tecnología como parte de su propia estructura física, no existen ya jóvenes que no tengan un celular en la mano, no existe ya ningún ser humano que trate de evitar la tecnología, lo que sí tenemos que hacer es que la utilización, el uso que se le dé a esa tecnología sea dirigido a beneficio de la población, de su propia educación, de su formación, del desarrollo, de la salud, entre otros, de manera que nuestras sociedades puedan contar con las capacidades necesarias para insertarnos en este nuevo contexto mundial.
Por eso creemos nosotros que las propuestas que se han presentado están en línea con lo que debemos hacer como países miembros del ALBA. Hay mucho por hacer y, sobre todo, como lo estamos viendo en países como la China, quienes están desarrollando su propia inteligencia artificial. Y ahí nosotros, como ALBA, deberíamos también procurar tener la capacidad de generar nuestras propias herramientas de inteligencia artificial que se dirija a beneficiar a la población, que nos genere todos los beneficios y que no sea utilizado como una herramienta, un arma, de generar información para otro tipo de objetivos de las transnacionales. Que no sea utilizada esa inteligencia artificial para adelantarse y poder anticiparse a las demandas, a las necesidades que tiene la población y que las empresas, las transnacionales, la van a utilizar para hacer negocios. Aquí la inteligencia artificial tiene que referirse básicamente para dar el bien a la sociedad y no generar este tipo de herramientas que utiliza el capitalismo para aumentar la riqueza y, por supuesto, también la generación de mayor plusvalía por parte de los trabajadores.
Yo simplemente, esa expresión, estamos muy claros que nuestra región, que ha resistido a saqueos, imposiciones y fronteras artificiales creadas para dividir lo indivisible, tiene hoy la oportunidad de demostrar que la unidad no es una utopía. Que estos ataques, en realidad, nos van a provocar que toda la región, que todos los países afectados, que todos los países que están siendo discriminados en este momento puedan, de verdad, unirse y formar esta América Latina, esta patria grande que necesitamos. Esta unidad no es una utopía, es una realidad que tenemos que construirla; como países comprometidos con la dignidad y la soberanía, también debemos fortalecer nuestra voz colectiva para transformar la diversidad en fortaleza y reafirmar ante el mundo, como muchas veces lo hemos hecho, que la solidaridad es un principio fundamental de nuestra integración.
En este momento nunca más válida la resolución de los países del ALBA, que aprobamos en el 2014 al declarar a América Latina y el Caribe como zona de paz. ¡Que viva el ALBA! ¡Que viva la solidaridad y complementariedad entre nuestros pueblos! Muchas gracias.
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Correo del Alba