Las democracias hipócritas del mundo reunidas en el G-7, conformada por Italia, Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia y Canadá calificaron, el pasado martes 26 de noviembre, a Venezuela como un estado violador de los derechos humanos, de la oposición política, y la sociedad civil con detenciones arbitrarias y graves restricciones a las libertades fundamentales. Luego de las elecciones del 28 de julio, son los mismos que han dado un irrestricto apoyo a Israel para la ejecución del genocidio contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza, donde las cifras -al menos- alcanzan a 44 mil 382 palestinos muertos y 105 mil 142 heridos desde el 7 de octubre de 2023.
Los países miembros del G-7 suscribieron una declaración oficial, dentro de los parámetros establecidos por el Departamento de Estado. Se reunieron en Italia para dar lecciones de democracia, en un mundo donde ellos mismos han propiciado golpes de Estado contra naciones débiles. Con una característica hegemónica, en su condición de potencias que asumen el arbitraje de la democracia global, pero que tienen en su historial sus propios fracasos políticos, económicos y morales, estimulando la propagación de la ideología nazi y fascista en Europa y el mundo.
En este merecumbé, como siempre, surge María Corina Machado quien declaró -a través de sus cancilleres- que el G7 ha reafirmado que Venezuela avance hacia una transición democrática, producto de los facsímiles preparados por Súmate y colgados en una página web que ha pretendido sustituir al Consejo Nacional Electoral, órgano supraconstitucional y legítimo arbitro de las elecciones del 28 de julio, que dio como resultado la proclamación de Nicolás Maduro, legítimo presidente de la patria de Simón Bolívar. Machado, en una postura de un liderazgo ficticio agradece a esta dirigencia, con las manos manchadas de sangre palestina, su apoyo a la lucha por la democracia en Venezuela y haber proclamado a Edmundo González, como presidente electo, cuando todos saben que es solo el excandidato presidencial de la oposición fascista y radical.
Con su posición supremacista, el G-7 se identifica como las siete democracias más industrializadas del mundo. Pero, son incapaces de expresar que son los principales violadores de los derechos humanos de aquellos países que fueron parte de su coloniaje, donde aún persiste la acción punitiva de que sobre ellos no hay nadie. Son seis países que, con una condición: arrodillarse ante el Imperio gringo, utilizan el bloqueo, la sanción, la violencia, el engaño, la intimidación, las amenazas, su superioridad económica, para someter a esos países entre ellos la República Bolivariana de Venezuela.
Definitivamente, si hacemos una revisión del comportamiento de algunos países del G-7 y su vinculación al sionismo, es demostrable que no tienen la catadura para cuestionar a Venezuela: Estados Unidos ha gastado 17 mil 900 millones de dólares en ayuda militar a Israel entre octubre de 2023 y octubre de 2024, en transferencia de armas, envío de buques de guerra y aviones militares. Aparte de rechazar la decisión de la Corte Penal Internacional de emitir una orden de arresto contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, principal violador de los derechos humanos del pueblo palestino. Pero para ellos, el único violador de los derechos humanos a nivel mundial es el presidente de Venezuela.
Alemania siempre ha apoyado a Israel de forma incondicional y es totalmente cómplice en el genocidio que se está llevando a cabo en Gaza. Alemania le proporcionó al ejército israelí tanques, armas, bombas y muchos otros recursos militares por un valor de unos 300 millones de euros. En Alemania están prohibidas las manifestaciones en apoyo a Palestina, quienes lo hicieren están sujetos a la arremetida policial. Pero -para ellos- las violaciones a los derechos humanos están en Venezuela.
El Primer Ministro británico, Keir Starmer, reafirmó el apoyo del Reino Unido a Israel y su derecho a defenderse tras el ataque masivo con misiles perpetrados por Irán. Francia salió en defensa del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ante la orden de arresto que emitió la Corte Penal Internacional (CPI). El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, declaró, a través de un comunicado, que seguirá trabajando estrechamente con Netanyahu. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dice que su país apoya plenamente el derecho de Israel a defenderse.
Finalmente, los medios hegemónicos esconden informaciones como esta: Centro de Derechos Constitucionales demandó al presidente estadounidense Joe Biden, al secretario de Estado Antony Blinken y al secretario de Defensa Lloyd Austin. La demanda alega que los asesinatos en masa de Israel, los ataques a la infraestructura civil y las expulsiones forzadas constituyen genocidio. Como el aliado más cercano y más fuerte de Israel, siendo su mayor proveedor de asistencia militar, Estados Unidos, tiene los medios disponibles para tener un efecto disuasorio sobre los funcionarios israelíes que ahora llevan a cabo actos genocidas contra el pueblo palestino en Gaza.
El G-7 lo integran los mismos países que en 2019 reconocieron a Juan Guaidó como presidente. Ahora buscan dar lecciones relacionadas con la voluntad popular y los procesos electorales en Venezuela. Por lo tanto, nuestro país es soberano e independiente.
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William Gómez García Venezolano, periodista
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