En la comunidad de Nueva Generación, ubicada en Beni, 22 viviendas fueron consumidas por un voraz incendio, mientras que, en Blanca Flor, Pando, los vecinos luchaban incansablemente por evitar que el fuego llegara a sus casas. Sin embargo, en este último lugar, una fuerte lluvia, atribuida a una oración colectiva, logró sofocar los primeros focos del incendio, así informa el periódico El Mamoré del Beni, en su edición 452 del 7 de octubre, que difundimos en este artículo.
Desesperación en Nueva Generación: el fuego devora 22 viviendas en cuestión de minutos
El jueves por la tarde, el cielo sobre la comunidad de Nueva Generación, en Riberalta, se tornó de un gris inquietante mientras un incendio arrasaba 22 viviendas, dejando a varias familias sin hogar. El fuego, impulsado por los vientos y la sequedad del bosque, avanzó con tal rapidez que los intentos de apagarlo resultaron inútiles.
Lo que comenzó como una pequeña chispa se convirtió rápidamente en un monstruo imparable. Las llamas brincaban de una casa a otra, reduciendo en minutos el esfuerzo de toda una vida a cenizas. Los videos que circulaban en las redes mostraban la angustia de los vecinos que formaban cadenas humanas para intentar controlar el fuego con baldes de agua, pero el viento alimentaba las llamas a un ritmo incontrolable.
Ciriaco Rodríguez, alcalde de Riberalta, expresó su consternación, señalando que los fuertes vientos fueron los responsables de que el incendio se saliera de control. A pesar de los esfuerzos de ocho bomberos y los vecinos, la tragedia avanzó rápidamente, y el fuego obligó a las familias a sacar lo poco que podían antes de que sus casas quedaran destruidas. El bosque, que alguna vez fue su aliado, se convirtió en un enemigo que empujaba las llamas hacia la comunidad.
Aunque no hubo víctimas fatales, la catástrofe dejó a la comunidad en una situación de gran vulnerabilidad, con viviendas construidas en materiales inflamables que facilitan la propagación de incendios. El ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, anunció que el gobierno reconstruirá las viviendas afectadas, pero el proceso de recuperación será largo y arduo. Este suceso reveló la necesidad de mejorar la respuesta ante desastres en zonas rurales, especialmente ante incendios que se ven exacerbados por el cambio climático.
Milagro en Blanca Flor: una comunidad salva sus hogares a través de la fe
En Blanca Flor, Pando, los incendios también acechaban, pero en un acto de fe, los vecinos se reunieron para orar por lluvia. Inesperadamente, el cielo se abrió y una intensa lluvia cayó sobre la región, deteniendo el avance de las llamas que ya se acercaban peligrosamente a sus hogares. Para los habitantes, la repentina tormenta fue un milagro que evitó una tragedia mayor.
Pese a la calma momentánea que trajo la lluvia, los incendios continúan amenazando otras áreas del departamento, y las autoridades instan a la implementación de medidas más efectivas para controlar la situación.
Refuerzos internacionales: Venezuela, España y Chile apoyan en la lucha contra el fuego
En medio de esta crisis, un segundo grupo de bomberos venezolanos llegó a Bolivia para reforzar las tareas de extinción de incendios. El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, agradeció este gesto de solidaridad, destacando que Bolivia también retribuirá esta ayuda cuando sea necesario. Además, España envió expertos en planificación que se sumarán al Centro de Monitoreo contra Incendios para mejorar la organización de las operaciones, mientras que Chile cubrió los costos operativos del helicóptero Airbus que participa en la lucha aérea contra los incendios. Con estas colaboraciones internacionales, Bolivia enfrenta una de las peores temporadas de incendios en años, donde las condiciones climáticas adversas han dificultado las labores de extinción. A pesar de la devastación, los esfuerzos conjuntos de bomberos, voluntarios y gobiernos extranjeros ofrecen un rayo de esperanza en la lucha por preservar la Amazonia.
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Correo del Alba
