El instrumentalizar a los hijos también puede darse por parte de las mujeres para agredir al padre, suena cruel, pero sucede en muchos hogares. Estas conductas podrían partir de un alejamiento forzado, donde el padre -en la mayoría de los casos- no tiene acceso a la vida del menor, se le niega visitar a los hijos, dándose una pérdida total o parcial de sus derechos. Estos escenarios se dan más en procesos de separación o de divorcios conflictivos, donde es la madre -en la mayoría de los casos- quien tiene la custodia o guarda de la o el niño y se establece un régimen de visitas al progenitor. Sin embargo, la madre que tiene la custodia, muchas veces entiende que tiene todos los derechos sobre el menor, como si fuera de su pertenencia y esto induce a ideas en la mente de la madre para decidir si “prestar” o no a los hijos, dependiendo si el padre hizo méritos para permitir verlos, de esta manera marca pautas de relación entre el menor y el padre, quedando a la merced de la buena o mala voluntad de la mamá.
Muchas veces el coraje y la venganza que las mujeres esconden a la ex pareja, se transforma en una forma de violencia de manera directa o indirecta hacia los hijos, así como al padre de los menores. Es cierto, lo difícil que es asumir la maternidad sin el apoyo de la pareja, sin embargo, de las conductas como consecuencias desfavorables señaladas, el pediatra Robert E. Fay (1989) ha descrito como “Padrectomia” a vivencias que afectan la paternidad, asimismo el psicólogo Nelson Zicavo Martínez (2006), en su libro Crianza compartida, refiere: “llamaremos Padrectomia al alejamiento forzado del padre, el cese y/o la extirpación del rol paterno y la perdida parcial o total de los derechos parentales y del vínculo físico – afectivo con los hijos, lo cual conduce a vivencia de menoscabo con fuerte impacto negativo para la estabilidad emocional del hombre, sea este o no progenitor”.
Asimismo, la padrectomia va de la mano con lo que se denomina la alienación paternal, la cual consiste en “cualquier tipo de conducta, ya sea consciente o inconsciente, que podría alterar la relación entre la o el niño y el otro padre”, hay una intención maliciosa de dañar la relación entre el padre y los hijos, donde se habla mal de uno de los progenitores para que el menor sienta rechazo. Estas conductas pueden ser mayores cuando existen los litigios por la custodia o guarda del menor, creando una competencia entre los padres que es inevitable muchas veces, el progenitor puede sentir la tentación de influir en el menor para asegurar la tenencia, inclusive algunos factores como el resentimiento, o el modo de ver el conflicto, actitudes machistas o feministas podrían influir para la alienación del otro progenitor.
La alienación parental se centra más en el comportamiento de los padres que en las conductas o comportamiento del menor en la degradación del padre alienado, importante tomar en cuenta que no se esta definido los papeles del padre alienador como “malo”, versus el padre alienado como “bueno”, estos roles pueden girar, cambiar, el mismo padre puede ser el alienador como el alienado, muchas veces el padre alienado puede convertirse en el padre alienador, cuando toma represalias debido a su dolor por los malos tratos o rechazo, asi el otro padre se convierte en víctima, por eso es importante aclarar que la alienación es un proceso, no una persona.
La padrectomia y la alienación parental podría provocar cansancio emocional, ansiedad, depresión, frustración, afectando psicológicamente tanto en el padre demandante como en los hijos, volviéndose en un circulo vicioso de nunca acabar.
¡¡Saludos!!
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Reyna Georgina Cazas Boliviana, psicóloga y abogada
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