Es necesario denunciar al Gobierno de Israel, sin caer en la trampa de creer que todos los israelíes son judíos (el 30% de ellos son árabes y en su mayoría cristianos). Tampoco creer que todos los judíos son nacionalistas israelienses (sionistas). La mayoría no lo son, sin ser enemigos del Estado de Israel, como lo son los hipócritas antisemitas, que piensan que estos problemas se iniciaron ayer o hace algunas décadas.
Justifican a Hamas sin recordar sus crímenes contra Al Fatah o israelïes judíos y árabes. Allí en Israel se reproducen los conflictos de la lucha entre dos pueblos por un mismo territorio. Eso sucede en muchas partes, pero con distinto origen y trasfondo de juicios y prejuicios ideológicos.
Hace 150 años el Estado chileno firmó el Tratado de Tapihue con el pueblo mapuche, por el cual reconocía como frontera al río Bíobio, donde está la ciudad de Concepción. Eso nunca lo cumplió y es el origen de permanentes masacres y conflictos, pues allí se han establecido otras gigantescas ciudades chilenas modernas. ¿Cómo ir resolviendo eso y proporcionar gobernanza a esa Región de la Araucanía, sin presencia militar? Solo Allende al integrarlos a un proyecto socialista y comunitario (kibbutziano) lo logró temporalmente. Nadie más lo ha logrado y día a día empeora. Son miles y miles de muertos desde que llegó España y la “pacificación” fue aumentada por el Estado y sucesivos gobiernos chilenos.
Bajo el Gobierno de Gabriel Boric eso ha continuado, sin modificaciones. Hoy se cumplen 59 días de huelga de hambre de sus líderes. Suma y sigue de choques y conflictos con sus muertos de lado y lado. La represión es feroz, sin que nadie pueda decir que los mapuche hayan usado el terrorismo como política, sino su oposición y sabotaje al Estado chileno huinca, ladrón y pillo.
¿Cuál de los movimientos de izquierda de América Latina les dedica cinco minutos de atención a esa huelga de hambre o a esos muertos en su gran mayoría mapuche? Prefieren hacerlo a lo que interesa a la sociedad cristiana europea.
En tiempos de crisis, cuando no se encuentra un camino hacia adelante, las sociedades de clase prefieren orientar el malestar hacia un chivo expiatorio o problema interno o externo. No veo que este plano de odios y conflictos en diversas latitudes vaya a disminuir… por ahora.
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Rafael Kries Chileno, ingeniero
Qué quiso decir este comentario??
Complicada situación pretender bajarle el perfil a la criminalidad del estado israelí.
Acá en Chile también hay sectores acusando a los combatientes weichafes de criminales.