Antonio Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), arribó esta tarde a Egipto, cerca de la frontera con la Franja de Gaza. Esta acción marca uno de los esfuerzos principales de la institución para proporcionar asistencia humanitaria a Palestina, después de que la propuesta brasileña de «pausas humanitarias» para el ingreso de ayuda a Palestina fuese vetada en el seno del Consejo de Seguridad ayer.
En el cruce de Rafah, Guterres, declaró que los convoyes de ayuda son un salvavidas y marcan la diferencia entre la vida y la muerte. Sin embargo, las cifras de partes de guerra y las bajas de civiles palestinos a manos de Israel continúan en aumento, y Gaza sigue en llamas, careciendo de agua y con hospitales bombardeados. Esto sucede en medio de la hostilidad y aparente indiferencia de Occidente, que no ha condenado el bloqueo total israelí que pone en peligro la vida de más de dos millones de personas en Gaza.
La incursión de ayuda es resultado de un acuerdo alcanzado entre Estados Unidos, Israel y Egipto, lo que implica ciertas restricciones, según el propio Secretario General. Guterres compartió en la red social X: “De este lado, estos camiones tienen lo que necesitan. Necesitamos hacer que se muevan, tan pronto como sea posible, tantos como sean necesario”. Esto pone de manifiesto la limitación en la movilidad de los convoyes debido a la necesidad de un alto al fuego que permita a la misión ingresar y entregar la ayuda acordada. Guterres también enfatizó que si Israel no cede, no se debe castigar dos veces al pueblo palestino, primero con la guerra y luego con la falta de suministros, como expresó en su discurso en Rafah.
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Correo del Alba