Que Venezuela ocupe el primer lugar como el país con la mayor inflación del mundo, no representa ninguna sorpresa. Todos sabemos que es una campaña que la mediática nacional e internacional ha trazado contra este país. La tarea, presentarlo como un territorio incontrolable económica y financieramente. Por supuesto, no pretendemos esconder que la nación venezolana atraviesa una difícil situación, producto del aberrante aumento de los precios, no solo de la cesta básica, sino también de bienes y servicios.
Para quienes, como periodistas, hemos cubierto la fuente de economía, sabemos que la inflación es el aumento general de los precios, no solo de manera individual, lo que origina una disminución del poder adquisitivo. La inflación reduce el valor de la moneda con el tiempo. También hay que establecer que existen diferentes tipos de inflación, entre ellas la inducida, que se genera a través de lo que se ha dado por llamar “guerra económica”, producto de acciones conspirativas, para afectar el presupuesto familiar. Con ello, generar un estado de zozobra en la población, con el fin de construir una campaña negativa contra el gobierno. Como brazo armado de esa conspiración, se encuentra el dólar paralelo, el cual es promocionado y apoyado por los medios de comunicación, entre ellos, la televisión venezolana, la cual, y por mampuesto, reseña el dólar oficial, de acuerdo a la tasa del Banco Central de Venezuela, pero poniendo énfasis en el criminal Dólar Today.
Sin embargo, existe una organización que presenta una constante medición de los índices inflacionarios de Venezuela. Se trata del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), que se hace llamar ente independiente, pero que en el pasado reciente estuvo alineado con la Asamblea Nacional, presidida por Juan Guaidó. Sino veamos el foro que realizaron el 30 de septiembre de 2020, conjuntamente con la comisión de finanzas de ese inexistente órgano legislativo. Esto evidencia la manipulación que la oposición radical ha tenido para, inclusive, presentar a Venezuela en un definitivo default. Ese mismo Observatorio Venezolano de Finanzas sugiere que la economía venezolana se encuentra en una fase de fuerte aceleración de la inflación, producto de la inestabilidad macroeconómica. Para el OVF, Venezuela tendrá una inflación de cuatro mil por ciento al cierre de 2023, por supuesto, con la connivencia de Fedecámaras, Consecomercio y otros sectores monopólicos y oligopólicos que mantienen el control de los productos de la cesta básica, bienes y servicios. Para ellos, las ventas en los comercios de Venezuela cayeron entre un 25 % y un 35 % en enero de este año respecto al mismo mes de 2022, como consecuencia de una aceleración de la inflación, que redujo el consumo. Ese es el paradigma de la inducción de esa guerra económica que el gobierno debe combatir.
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William Gómez García Venezolano, periodista
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