CPI: el falso crimen de lesa humanidad

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¿Por qué un organismo como la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, que aun presentándose como tal no es de ninguna manera independiente (ni mucho menos de izquierda, como seguramente saldrán algunos a afirmar ahora), declara en una resolución oficial que en Venezuela no hay prueba alguna de la existencia de crímenes de lesa humanidad, como lo ha sostenido durante años la difamatoria narrativa opositora venezolana con su infame tesis de la “crisis humanitaria” que supuestamente padecería el país?

En primer lugar, porque tales crímenes, en caso de existir, tendrían que ser debidamente probados con sólidos elementos de convicción que sustenten de manera tangible e irrefutable cualquier aseveración en ese sentido, es decir; que permitan asumir como cierta e innegable tal hipótesis frente al tribunal. Algo que la oposición venezolana no ha podido presentar ni frente a ese, ni frente a ningún otro organismo nacional o internacional, sencillamente porque tales pruebas no existen sino en su calumnioso discurso.

Como lo ha sostenido desde siempre el gobierno del presidente Nicolás Maduro, lo que ha llevado al país a padecer la penuria de una de las más severas crisis económicas de su historia, no es de ninguna manera el resultado de políticas erradas o mal ejecutadas por la revolución, sino que son una derivación directa e inequívoca del brutal y criminal asedio al que ha estado sometida nuestra economía, lo que inevitablemente llevaría a la Corte de La Haya a tener que asumir que, en todo caso, si hubiese en Venezuela algún crimen de lesa humanidad, sería únicamente el cometido por el imperio norteamericano contra nuestro pueblo, víctima como ha sido durante todos estos años de la más flagrante y sistemática violación del derecho internacional y de los derechos humanos de las venezolanas y los venezolanos.

Algo impensable de aceptar para un organismo que, como decimos, no es de ninguna manera independiente, sino que existe precisamente para garantizar la preservación del modelo neoliberal capitalista que lo crea.

En segundo lugar, está el bochornoso fenómeno de la evidencia en la que ha ido quedando ante el mundo la desvergonzada e irresponsable oposición venezolana, que fue quien intentó utilizar a dicho organismo para llevar a cabo sus planes de hacerse del poder en Venezuela por las vías no democráticas que siempre ha utilizado. Tal como es ya una verdad incontestable para el mundo entero, la derecha en nuestro país no se ruboriza en lo más mínimo a la hora de inventar falsas realidades (de palabra solamente, pero jamás con pruebas) para engañar a todo aquel incauto que pueda convertir en víctima de sus mentiras y de sus espectáculos de dramaturgia barata con los que no se cansan de intentar desprestigiar a nuestro país a nivel internacional como si en la ruina de Venezuela estuviera el logro del poder que ellos tanto anhelan.

Para el mundo es hoy una verdad innegable que Venezuela es víctima de un asedio arbitrario, ilegal y criminal por parte del imperio norteamericano, como lo es también una verdad incontrovertible que nuestro país, gracias al esfuerzo y la tenacidad de su pueblo en procura de superar las dificultades y recuperar definitivamente su economía, es otro muy distinto al tétrico escenario que irresponsablemente dibuja la perfidia opositora. Y eso es lo que está quedando cada vez más al descubierto para la mirada de la opinión pública internacional.

Por supuesto que, aun celebrando esta nueva victoria de la revolución sobre las fuerzas del mal que encarnan la derecha y su amo del norte, no hay que bajar la guardia bajo ninguna circunstancia. La Corte Penal Internacional sigue y seguirá siendo un organismo que tratará siempre de imponer la visión que más se ajuste a los intereses del gran capital.

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Alberto Aranguibel B. Venezolano, comunicador social

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

1 COMENTARIO

  1. No es posible aplicar al estado nació de la República Bolivariana de Venezuela tal, infundados cargos de crímenes de lesa humanidad.Por cuánto la República solo se defiende de los accedió, a los que está siendo sometida por intereses internos y externos para someternos por una falsa justicia . Teniendo como instrumento a la corte penal internacional.Que en definitiva está cumpliendo un mandato, que no está ajustado al derecho internacional.Por capricho de un imperio en decadencia.El mundo entero está enterado de toda esta manipulaciones jurídico mediático.

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