El 15 de mayo en todo el mundo se conmemora el 75 aniversario de la Nakba (“catástrofe”) palestina, que invariablemente nos remonta a la fundación del Estado de Israel y su prematuro expansionismo a costa de reprimir con crudeza a la población palestina, en un accionar sostenido en el tiempo que ha cobrado cientos de miles de muertos y desplazados en el mundo árabe.
Para adentrarnos en el origen de la Nakba, su desenvolvimiento en el tiempo así como en la actualidad del conflicto palestino-israelí, hablamos con el embajador de Palestina en Bolivia, Mahmoud El Alwani.
¿Cuál es el origen de la Nakba y cuáles han sido sus consecuencias?
A comienzos del siglo XX Palestina estaba bajo la ocupación del Imperio otomano, turco. Previo al estallido de la Primera Guerra Mundial el Imperio británico tenía el plan de desplazar a los judíos europeos hacia Palestina para ponerlos al servicio del imperio de turno.
¿Pero qué pasó durante la primera mitad de ese siglo? ¿Cuál era el plan inglés y cómo se canalizó?
El razonamiento de Inglaterra era el siguiente: “Si nosotros [ingleses] ocupamos el Oriente Medio debemos dejarlo en función de nuestro servicio y nuestra riqueza”. Hay que recordar que su economía estaba débil y necesitaban la energía de la región para la industria europea.
Así fue que, desde antes de la Primera Guerra Mundial, empezó el planteamiento de crear el Estado de Israel en territorio palestino.
Fíjense que ya en 1897 se celebra el Primer Congreso Sionista en Basilea, Suiza, donde se planea crear un Estado israelí en la Argentina.
¿Y por qué se redirige luego a Palestina?
Porque los ingleses les obligaron a cambiar el planteamiento, a objeto de que fueran una base militar avanzada al servicio de su Imperio, ofreciendo a cambio protección, armamentos, dinero y cobertura política. De allí viene la estrategia inglesa de crear el Estado de Israel.
¿Y cuál era la situación, en cuanto a población judía, en Palestina?
A principios de siglo en Palestina solo un 4% de la población era judía, pero ciudadanos palestinos.
¿Qué pasó después?
Al terminar la Primera Guerra Mundial comienzan a preparar aquel proyecto. Apuntalados en la promesa del primer ministro británico, Arthur Balfour, quien prometió a los judíos fundar su Estado en Palestina. Hablo del año 1917.
En 1920 se toma la resolución bajo el gobierno inglés, porque Palestina quedó bajo su ocupación.
¿Cómo se da ese proceso –comprendiendo que Palestina estaba habitada–?
Efectivamente estaba el pueblo palestino, por lo que los británicos concluyen que mientras hubiera un 4% de la población judía era imposible crear el Estado, y por lo tanto necesitaban fomentar la migración judía de Europa hacia la zona.
Eso fue visto como el momento propicio para llevar a cabo el antisemitismo europeo, para “limpiar” a Europa de judíos al despacharlos a Palestina y, de paso, usarlos en un proyecto en beneficio de los europeos. Así comenzó una migración masiva judía a Palestina, apoyada por los ocupantes británicos, su Gobierno y su Ejército.
Cuando llegaron, por supuesto que la gente necesitaba casas, terrenos. Por lo tanto se desató un conflicto inglés-palestino, porque aquellos empujaban a estos fuera de sus hogares y aldeas para cedérselos a los judíos.
Entretanto, el nazismo y la Segunda Guerra Mundial…
Efectivamente, al acabar la Segunda Guerra Mundial la población judía en Palestina ascendía al 33%, proveniente desde Europa, pero igual era insuficiente para crear el Estado de Israel.
El Holocausto perpetrado por Alemania fomentó la migración judía hacia Palestina, quienes procedían principalmente de países de Europa occidental y Europa central, así como de Ucrania, Rumania e incluso de la URSS.
En efecto, para darle justificación al mencionado proyecto, el 29 de noviembre de 1947 en las Naciones Unidas se emitió la Resolución 181, que ordenó dividir Palestina en dos Estados.
¿Cómo quedaba configurada tal partición?
Una parte importante, el 56% del territorio, se destinó a crear el Estado de Israel. Asimismo, la zona de Jerusalén, el 2%, quedó bajo la protección de las Naciones Unidas, y el resto para el Estado de Palestina.
Seis meses más tarde, no conforme con ese 56%, Israel lanzó una ofensiva militar, cometiendo más masacres contra la población palestina, borrando 534 aldeas enteras, asesinando a más de 15 mil personas y expulsando al 60% de la población palestina por la fuerza, obligándoles a refugiarse en los países vecinos.
Paso seguido, declararon la Independencia de Israel el 15 de mayo de 1948, expulsando a más de la mitad de nuestra población y ocupando más del 78% del territorio para crear su Estado.
“Muchas veces los sionistas ejercen la retención de cadáveres de prisioneros palestinos”
¿Mientras ellos celebran el 15 de mayo como el Día de Independencia ustedes conmemoran la Nakba?
Sí, este día para nosotros es el primero de la Nakba palestina. Esto porque hemos sufrido matanzas, liquidación de aldeas y ciudades y expulsión de más del 60% de la población.
En concreto, ¿a dónde se dirigió la población expulsada?
Los palestinos expulsados por la presión militar israelí se fueron a Siria, Líbano, Jordania, Egipto y los alrededores, donde los metieron en campamentos de refugiados.
Posteriormente en las Naciones Unidas se estableció una agencia llamada Unrwa, encargada hasta ahora de gestionar la vida cotidiana de los refugiados palestinos. Y es que, lamentablemente, hoy día los refugiados palestinos son casi siete millones, los más antiguos del mundo, van cuatro generaciones: Mi abuelo, mi padre, yo y mi hijo.
Quisiéramos traerlo a la actualidad, ¿cómo se conmemorará este 15 de mayo en su país los 75 años de la Nakba?
Por primera vez en la historia, en estas más de siete décadas, se va a conmemorar este aniversario en la Asamblea General de las Naciones Unidas, reconociendo la comunidad internacional el crimen cometido contra el pueblo palestino.
Nuestro presidente, Mahmoud Abbás, va a asistir a los actos en Nueva York y pronunciará un discurso para que el mundo conozca la narrativa palestina y no la falsa narrativa sionista apoyada por Occidente.
Paralelamente, a nivel internacional, en todas las embajadas palestinas, en coordinación con los gobiernos de los países donde se ubiquen, van a conmemorar la Nakba para remover la conciencia humana respecto al sufrimiento de nuestro pueblo. En Bolivia, por ejemplo, haremos un acto en el Hall de la Vicepresidencia, al cual hemos invitado a organizaciones sociales, cuerpos diplomáticos y al vicepresidente, David Choquehuanca, quien dirá las palabras centrales.
¿Cómo se conmemora en las familias palestinas, en las escuelas, ciudades…?
No solo en Palestina se va conmemorar la Nakba, igual se hará en los campos de refugiados en el Líbano, Siria, Jordania y Egipto, donde muchos llevan todavía las llaves de las casas que les fueron arrebatadas.
Dentro de Palestina habrá manifestaciones y protestas para que el mundo sepa que existe un pueblo que lleva 75 años luchando, mientras la comunidad internacional, con su doble moral, mira hacia otro lado o ignora nuestro sufrimiento.
Precisamente, uno de esos sufrimientos lo estamos vivimos en estos días que Israel bombardea la Franja de Gaza dejando un saldo de más de 20 muertos, entre los cuales hay cuatro niños, y más de 50 heridos. ¿Qué quiere decir esto? Que la represión sionista no se acabó en 1948, sino que perduró en el tiempo con invasiones, bombardeos a campamentos de refugiados hasta hoy, incluso asesinaron a refugiados fuera de territorio palestino, como vimos que ocurrió en 1982 en las masacres de Sabra y Shatila, campamentos ubicados en el Líbano, a órdenes del entonces ministro de Defensa israelí, Ariel Sharón.
Lo que deseo expresar es que hay una ideología sionista para exterminar al pueblo palestino, porque es el único pueblo que reclama derechos sobre su territorio y deslegitima la ocupación israelí, dando testimonios de que Palestina sigue siendo una tierra ocupada; con una población que continúa reclamando el retorno a sus casas y sus bienes.
Israel y la comunidad internacional deben dar una solución pacífica y política para que retornen los refugiados, porque el problema no es humanitario, sino político en tanto se trata de los derechos humanitarios de una nación.
Hace unos días nos encontramos con la noticia de que el palestino Khader Adnan murió tras 87 días en huelga de hambre, ¿qué nos puede comentar al respecto?
El hermano Khader Adnan llevaba 87 días en una huelga de hambre que comenzó por la falta de atención médica, ya que estando recluido padecía cáncer y no lo han querido llevar al hospital. Digamos que protestó por el respeto a sus propios Derechos Humanos.
¿Cómo es la relación que subsiste entre cárceles israelíes y privados de libertad palestinos?
Habría que partir señalando que Israel practica una misma ideología contra el pueblo palestino, se encuentre este encarcelado o en libertad.
Por ejemplo, la política dirigida a quienes están fuera de la cárcel se basa en vaciar de población palestina los territorios ocupados.
¿Cómo?
El actual Gobierno israelí, de extrema derecha, nos ha dado tres “soluciones”: 1) Debemos exiliarnos y dejar nuestros territorios y familias, para lo cual facilita la salida; 2) Quedarnos bajo la ocupación israelí, sin soberanía y como extranjeros en nuestra propia tierra; con residencia, pero sin nacionalidad, pagando impuestos a su gobierno; o 3) Se ocupará de nosotros el Ejército, siendo detenidos o asesinados.
Volvamos al tema de los detenidos palestinos en cárceles de Israel…
La detención en las cárceles es una historia larga, porque alrededor de la mitad de la población palestina pasó por alguna prisión israelí desde el 15 de mayo de 1948.
Pero la política carcelaria sionista es distinta. Por ejemplo, ellos hacen una “detención administrativa”.
“Lo que los sionistas han aprendido de los nazis, lo han sofisticado para perpetrar un nuevo holocausto en contra del pueblo palestino”
¿Qué es eso y en qué se traduce?
Primero, que pueden detener a cualquier persona sin ninguna causa, detención que puede durar de tres a seis años, con carácter renovable; segundo, que dentro de las cárceles no dan ningún tipo de atención médica ni respetan los Derechos Humanos, sometiendo a los detenidos a brutales torturas. En ocasiones han asesinado a privados de libertad al interior de las cárceles; de hecho casi 87 palestinos fueron asesinados de bala en centros de reclusión israelíes.
Actualmente hay más de cuatro mil 900 palestinos detenidos en cárceles israelíes, de los cuales alrededor de 200 están enfermos, algunos graves, con cáncer, y sin atención médica.
También tenemos cerca de 30 niños palestinos en cárceles israelíes, que no debieran ser juzgados por su edad y condición de niños, pero que Israel igual los detiene. Hablo de niños yendo a su colegio, protestando contra algún soldado o lanzando una piedra a algún tanque… los detienen y ya.
Además de esas flagrantes violaciones a los Derechos Humanos nos hemos enterado de algo aberrante como es la custodia de los cadáveres de privados de libertad palestinos, ¿en qué consiste ese método?
Ciertamente muchas veces los sionistas ejercen la retención de cadáveres de prisioneros palestinos. Por ejemplo, un detenido está en la cárcel, se muere y lo llevan a refrigeración para completar su condena, es decir, no entregan su cadáver a la familia.
¿Cuál es el propósito de esa acción?
Primero, humillar a las familias; y segundo, como saben que en nuestra cultura enterrar dignamente al muerto es obligación, buscan causar un sufrimiento a la madre y la familia completa, para luego chantajearlas a ellas, a nuestro pueblo y obligar en el futuro al Gobierno palestino a negociar políticamente bajo presión.
Ese tipo de violaciones de los Derechos Humanos solamente existe en Israel, llamado «país democrático, porque sus leyes permiten la tortura de los detenidos palestinos.
Pero lo peor no es eso. En 1997 el señor Benjamín Netanyahu sacó la Ley de la Identidad del Estado. Con ello señaló que la identidad del Estado de Israel es judía, por tanto cualquier ciudadano no judío no es un ciudadano de plenos derechos. Paso seguido, lanzó una ofensiva para llenar de asentamientos a Cisjordania, porque ellos consideran que es territorio israelí y no palestino.
En efecto, hizo por primera vez una ley, aprobada por el parlamento judío (Knesset), que buscaba materializar la desconexión de fronteras entre Israel –la llamada “línea verde»–, Cisjordania y Gaza, anexándose estas últimas. Claro, les falta la aprobación de la comunidad internacional para la legalización de este crimen que remataría con la expulsión total de los palestinos de su tierra, completando así otra Nakba.
Al mirar el mapa de Palestina uno identifica con claridad Cisjordania, la Franja de Gaza, Jerusalén… ¿cómo es eso de que les está prohibido a los palestinos transitar por estos territorios, que son suyos? ¿Están conectados o desconectados?
Están totalmente desconectados. Incluso dentro de Cisjordania los pueblos y aldeas están desconectados entre sí.
Cuando hablamos de la Palestina histórica nos referimos al territorio cuya superficie es de 27.500km², o sea, más pequeño que Oruro. De igual manera, cuando hablamos de Gaza debemos pensar en una superficie como la de Spocoachi hasta Achumani, habitada por más de dos millones de personas; es la zona de mayor densidad poblacional en el mundo, en la que no hay servicios ni agua, donde sufren 15 años de un bloqueo terrestre, marítimo y aéreo y cuya conexión se da a través del paso que une Gaza con Egipto, bajo el control del Ejercito israelí, quienes lo cierran y abren a su antojo.
En ese marco, ¿cómo se alimenta o sobrevive la población en la Franja de Gaza?
Con la única mercancía permitida por Israel: Alimentos y medicamentos internados por la Cruz Roja. Hablo de más de dos millones de personas que habitan en apenas 365km².
¿Y cuál es la situación en Cisjordania?
La situación allí es peor, porque está totalmente cercada. Por un lado, tiene una salida a Jordania, bajo el control militar del Ejército de Israel; y por otro, dentro de Cisjordania hay casi 684 controles militares israelíes, que desconectan las aldeas y ciudades, por lo que la población no puede ir de una aldea a otra a visitar a su padre o madre o a cualquier familiar sin permiso del Ejército ocupante.
Veamos, ¿si nosotros quisiéramos ir de La Paz a Yungas encontraríamos un punto de control?
No, a Yungas no. Si se encuentran en San Miguel, como lo estamos ahora, y desearan ir a Achumani tendrían un control; para ir a Obrajes o Irpavi otros controles. Por eso muchos de los niños palestinos no pueden pasar de un sitio a otro para ir al colegio, porque hay controles militares de Israel.
Cuando estaba Sharón de primer ministro construyó en Cisjordania un muro de ocho metros de altura, separando barrios, casas, familias; hay casas divididas por el muro, donde una habitación quedó de un lado y otra del otro. Lo que los sionistas han aprendido de los nazis, lo han sofisticado para perpetrar un nuevo holocausto en contra del pueblo palestino.
¿Algún mensaje final que desearía transmitir a nuestras lectoras y nuestros lectores?
Que estoy seguro de que la comunidad internacional despertará algún día de esta pesadilla de 75 años, a fin de imponer justicia, porque necesitamos justicia, paz y seguridad.
Israel es la quinta potencia militar en el mundo, con armamento nuclear y con una protección infinita de los Estados Unidos y los países occidentales. Esperamos que estos países y sus gobiernos reaccionen por respeto al Derecho Internacional, a los Derechos Humanos y, por lo menos, que se conmuevan e impidan que el pueblo palestino sea sacrificado y padezca más masacres y se desangre.
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Javier Larraín Jefe editorial