Después de 10 años de su partida física Hugo Chávez sigue siendo un hombre difamado, satanizado, mitificado, porque sus ideas y legado tienen un potencial subversivo y transformador.
Las producciones sobre Chávez son pocas frente a toda la mentira de la maquinaria cultural capitalista que se viene orquestando desde aquel 4 de febrero de 1992. Es común la representación de Chávez como corrupto, narcotraficante, asesino, resentido, agresor de mujeres, mentiroso, manipulador, narcisista, cobarde, autoritario y demás obscenidades en noticias, reportajes, libros, documentales, series, entre otras.
En el año 2011 un pequeño grupo de productores integrales en ViVe TV decidimos hacer una serie documental biográfica llamada Comandante Chávez, con el propósito de aportar en la preservación de la memoria de una época luminosa en la que el pueblo venezolano comenzó a tejer su verdadera independencia.
Estando Chávez enfermo iniciamos esta tarea con pocos recursos, pero con mucha pasión y compromiso en hacer que la verdad prevalezca. Entrevistamos a sus familiares y a algunas personas cercanas. Nunca tuvimos el privilegio de dialogar con él, pero escuchamos sus discursos y seleccionamos los audios en los que contaba su vida para editarlos cronológicamente.
Grabamos en Sabaneta de Barinas y voluntariamente la gente del pueblo nos colaboró hasta el punto de actuar para escenificar algunas cosas de la infancia; Raúl Padilla, uno de los productores, consiguió un muchachito igualito a Chávez que se convirtió en la sensación del pueblo por su picardía.
Fue una creación colectiva, porque la gente daba información, ideas y opiniones. Lo mismo ocurrió en la Academia Militar, con jóvenes oficiales y cadetes que participaron entusiasmados. También varios oficiales protagonistas del 4 de febrero apoyaron, entre ellos José Adelino Ornelas, quien para entonces era jefe de la Casa Militar y literalmente en los espacios en los que no cuidaba a Chávez se escapaba para grabar con nosotros.
¡Filmamos en los propios lugares donde ocurrieron los acontecimientos!
Para la campaña electoral de 2012 tuvimos listos los primeros tres capítulos, que narraban en múltiples voces (incluida la voz del propio Chávez) la historia desde su nacimiento hasta la insurrección militar del 4 de febrero de 1992. Pero estos no fueron transmitidos. Alegaban que Chávez debía verlos y autorizarlos, y parecía imposible que la directiva de ViVe TV, que hasta ahí nos había apoyado bastante, se los hiciera llegar. La verdad es que era complicado que en plena campaña electoral Chávez se sentara a verlos… Al final estábamos entrampados con burócratas que prefirieron engavetar ese lindo trabajo.
VIDEO │ Serie «Comandante Chávez»
Terminó la campaña, me dijeron que no podía continuar la producción de la serie porque había otras tareas, lo que me pareció insólito. Faltaban 20 años por contar, el tiempo en el que justamente se concretó la Revolución bolivariana. Discutí, traté de que me dejaran retomar, insistí, mostré los guiones, peleé (asumo que desplegué mi mal carácter), pero se negaron a que continuáramos. El equipo se dispersó y con la rabia terminé pidiendo una comisión de servicio. Meses después murió Chávez y no soportaba la tristeza: tenía gran despecho y sabía que la manera de superarlo era acabar ese trabajo, así que volví a intentarlo.
Presenté ante una nueva directiva la propuesta para hacer otros siete capítulos y concluir de narrar la vida de Chávez. Aprobaron aunque no había recursos, pero no me importaba: decidí hacer lo que faltaba solamente con la voz de Chávez narrando (lo cual era más potente) y las imágenes de archivo tomadas de los lugares y hechos reales, exceptuando los que no quedaron registrados del golpe de abril de 2002 en el Fuerte Tiuna, en Turiamo y La Orchila, que los escenificamos con el apoyo de militares que logré comprometer contándoles la idea. Hasta movieron un barco, facilitaron helicópteros, todo el entusiasmo y la inventadera.
Éramos menos, quedamos de productores mi querida Josefina Arabia, Henry Linares y yo. Grabamos rápido y luego me senté a editar. Pasé por lo menos unas 400 horas escuchando a Chávez, seleccionando y ordenando en una línea de tiempo. Mi cubículo de edición se convirtió en una burbuja en la que lo veía, me ponía a hablar sola, con él, reclamándole que no se cuidó, riéndome de sus ocurrencias, anotando sus principales planteamientos –los cuales no podía poner completos por lo extensos–. Así pasé mi duelo.
Narrar la vida de Chávez es sumamente emocionante; él recoge todos los elementos que cualquier guionista necesita para contar historias conmovedoras. Los ingredientes de la dramaturgia están condensados en una vida que trascendió de lo particular para constituirse en acción colectiva: Ilusiones, sueños, traiciones, peligro de muerte, secuestro, angustias, triunfos, esperanzas, alegrías, logros, reflexiones, tensiones, asedio, agresiones, tristeza, enfermedad y más victorias.
En esta labor sentía que estaba asumiendo la responsabilidad y el privilegio de haber vivido en la misma época de Chávez y no podía permitir que otros vinieran a mal narrar lo que una misma presenció.
Finalicé y después la serie fue transmitida varias veces en el Sistema Nacional de Medios Públicos. Agradezco los apoyos y complicidades que hubo para lograr eso. Ahora la veo y pienso que hay cosas que haría mejor, pero es la versión que pudimos dar con el conocimiento y recursos disponibles, y me siento alegre porque no le faltó amor, ni rigor.
Considero que en Chávez hay una infinita fuente de posibilidades creadoras para seguir haciendo producciones que nos permitan dar a conocer a las próximas generaciones lo que hicimos, lo que falta y lo que debemos hacer.
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Thaís Rodríguez Venezolana, documentalista