El Canciller alemán, Olaf Scholz, el pasado 28 de enero inició su gira por Sudamérica, visitó y mantuvo encuentros con los presidentes de Argentina, Chile y Brasil. En esta gira por la región, el principal interés planteado en la agenda de Scholz, es estrechar lazos económicos con estos países.
Sin embargo, como latinoamericanos se debe tener en cuenta tres factores que permiten comprender el real motivo de esta visita, que ocurre seis años después de la última vez, que un jefe de gobierno del país europeo visitara suelo sudamericano, con la gira de Angela Merkel a México y a Argentina en el 2017 en el contexto previo a la Cumbre del G20.
Crisis de suministros energéticos
A raíz del inicio de la Operación Especial de Rusia en territorio ucraniano, las potencias de Occidente y sus países aliados, impulsaron exacerbadas políticas y medidas económicas-comerciales sancionatorias contra Rusia, produciendo esto un efecto rebote que ha dado paso a la profundización de distintas situaciones que acontecían. Es el caso del sector energético, donde los altos costos han generado un malestar general en Europa; Alemania mantiene la infraestructura de gasoductos más importante de Europa por donde se exportaba el gas ruso al continente, por lo que este país es uno de los más afectados por el mencionado conflicto. La crisis energética ha retraído el crecimiento económico en toda Europa, y en Alemania, el aumento de los precios de la energía frenó la producción industrial, afectando los índices inflacionarios, alcanzando en el 2022 el 7,9%, cifra récord desde los tiempos posguerra, lo que se tradujo durante todo el año en constantes protestas en el territorio germano.
Otras fuentes de suministro
Ante la crisis energética y la búsqueda irracional de sustituir el gas ruso, la perspectiva europea de las últimas décadas sobre África sufrió un viraje; los principales líderes europeos, entre esos el Canciller alemán, buscaron “estrechar los lazos de cooperación” con este continente. Incluso, bajo esta perspectiva, Alemania accedió a la construcción de un gasoducto que conecta España con Francia (MidCat) para la transportación del gas proveniente desde África, proyecto del cual siempre habían manifestado importantes reticencias a causa de la pérdida del monopolio que ostentaba Alemania gracias al Nord Stream 1. No obstante, durante la última década del olvido del viejo continente a África, Rusia y China han posicionado sus relaciones estratégicas con los países africanos.
Por otro lado, en esta búsqueda europea por obtener nuevas fuentes de energía, Europa ha tornado su dirección hacia la región sudamericana que es ampliamente reconocida por sus riquezas en recursos minerales, entiéndase litio, coltán, uranio, torio, fosforita, así como importantes hidrocarburos como lo son, el petróleo y el gas, recursos altamente demandados por Europa, tanto como para el sector energético, como para otros sectores como el agrícola y el tecnológico.
América Latina, importante aliado político y comercial
Con los vientos de las rojas auroras resoplando por Latinoamérica, se ha reimpulsado el proceso de integración latinoamericana, que había sufrido un fuerte retroceso luego de importantes cambios neoliberales en los gobiernos de los países de la región y las manos de la CIA perturbando la estabilidad regional, forjando ahora este camino de integración a través del reimpulso de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y Petrocaribe como los principales centros de concertación política y crecimiento económico.
La llegada del Presidente Lula al gigante sudamericano, la posible inclusión de Argentina al Brics, el liderazgo e influencia del Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y la consolidación del proceso Bolivariano en Venezuela, a manos del Presidente Nicolás Maduro, afianzan este proceso y proyectan a la región como factor determinante para la definición del nuevo orden mundial multipolar y pluricéntrico que ahora, ante la coyuntura en Europa, alcanza una posición ventajosa en la correlación de fuerzas para la negociación con la vieja y decadente Europa.
Finalmente, nos encontramos con líderes europeos que responden y obedecen a los intereses estadounidenses, el doble rasero de Borrell y Von der Leyen; Macron y su necesidad por volver a relucir como líder en el panorama internacional, pero con la creciente inestabilidad nacional y la reaparición de los chalecos amarillos; Olaf Scholz, que no logra ser el líder fuerte que se espera de un país como Alemania; altos funcionarios de la Unión Europea involucrados en delitos de corrupción; protestas a lo largo de todo el continente por la incapacidad de sus líderes de tomar decisiones y generar políticas que beneficien a sus pueblos en lugar de estar mandando armamento y financiamientos a los nazis de Ucrania. País que anteriormente era catalogado por estos mismos europeos como el más corrupto de Europa; y la aún persistente crisis del gobierno británico, resquebrajan social, política y económicamente la región, todo esto aunado al viraje que ha implementado Rusia en su política exterior, dejando de lado los países de Occidente y concentrándose en el Oriente Medio, África y América Latina, en consonancia con los Brics, han generado la incapacidad de Europa de reposicionarse en el tablero internacional, ante el inminente mundo multipolar que se está forjando, e incluso se asoma al escenario el detrimento de la Unión Europea como organización regional capaz de afrontar los problemas que acontecen como bloque.
Por ello, impera la necesidad europea en formar nuevos lazos de cooperación con la región sudamericana, por lo que se esperan en los próximos meses, mayor afluencia en las visitas de determinadas personalidades y funcionarios de gobiernos de los países europeos, así como de la Unión Europea en la región sudamericana. No obstante, se debe comprender que Sudamérica también está signada por distintas problemáticas políticas y sociales, la crisis democrática en Perú, la deuda argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), revueltas sociales en Chile, convulsiones políticas en el Ecuador y pretensiones golpistas bolsonaritas en Brasil.
Por lo que se debe entender que esta nueva posición favorecedora de Sudamérica es circunstancial debido al conflicto en Ucrania, y se debe tomar como una oportunidad para realzar la integración regional en favor de los pueblos y del crecimiento económico y afianzar este acercamiento con Europa a través de la Celac, tomando las decisiones en bloque y reiniciando nuevamente todos los acuerdos que los países latinoamericanos mantienen con Europa, para así formar una postura común e incluso estar en la capacidad de negociar para comercializar dejando de lado el dólar o el euro como monedas principales para el intercambio comercial.
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Loana Salcedo Soto Venezolana, analista política internacional