Basta de tanta masacre

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Las palabras son esquivas cuando el sentimiento me desborda, el pincel no fluye cuando la rabia se apodera de mí. Necesito que mi ajayu se aquiete para la poesía y la ira, se transforme en dolor que fortalece. Así me siento después de estos días terribles que se han vivido en Perú y en una jornada violenta e inédita en Brasil el pasado domingo 8.

Pienso en el pueblo hermano del Perú, el del sur, el indígena originario, descendientes de Manco Cápac y Mama Ocllo, la pareja que el Tata Inti, el sol, envió para alivianar las cosas en este lado del mundo. Emergieron majestuosos, como el Illimani, de las profundidades del lago Titicaca y se encaminaron hacia el norte para fundar la ciudad del Cusco, y la gran senda que recorrieron, para llegar hasta allí, fue denominada como el Camino del Inka.

Duele Juliaca, vecina de Bolivia, era una sola tierra que fue dividida por intereses ajenos a las gentes que estaban aquí antes de que llegaran los usurpadores. Juliaca sufrió esta semana el horror del Estado peruano, copado por clases privilegiadas que mandaron a reprimir y matar al pueblo del sur, al olvidado por la capital desde siempre. Hoy, ese pueblo de Puno, del lago, hermano de Bolivia, es el protagonista de la historia que ha de señalar este tiempo como el del cambio para el país.

Las balas asesinas han sido disparadas por los policías que tiene el mismo origen, la misma piel que las víctimas, pero que han sido adiestrados para defender los intereses de otros, de aquellos que no se manchan -directamente- las manos con la sangre de sus hermanos, hermanas. Hasta el momento son 42 vidas segadas, cientos de personas heridas, otras más perseguidas, entre ellas periodistas que cubren a riesgo de su integridad física, los hechos e informan la verdad.

Por otro lado, el horror de una prensa para la cual no tengo adjetivos, sino vergüenza, hombres y mujeres fatuos que repiten matrices falaces, manipulan los hechos, los datos, son las reinas y reyes de las fake news, es decir de las “noticias falsas o noticias falseadas, un tipo de bulo que consiste en un contenido seudoperiodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales y cuyo objetivo es la desinformación”, dice Wikipedia y lo confirma la realidad.

Todo lo que ha pasado en Perú y Brasil, estos primeros días de 2023, ¿acaso es casual? No. Por supuesto que no, sabemos de dónde viene y a qué responde. Más claro está cuando vemos que quieren mellar la imagen del expresidente Evo Morales y otros hermanos y hermanas bolivianas que llevaron a cabo el Proceso de Cambio. El cambio que pidió el pueblo de Bolivia hace 20 años, en 2003, cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) quiso imponer sus políticas económicas y la gente se alzó y logró recuperar sus riquezas naturales y redactar una nueva Carta Magna.

Las clases dominantes peruanas, coloniales, nunca entenderán la fuerza que se hereda  cuando la madre y el padre han emergido del lago Titicaca.

Jallala pueblo peruano.

Cris González Directora

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