Noviembre es un mes muy importante en las luchas de resistencia y emancipación de nuestros pueblos de Latinoamérica y el Caribe, así como la conmemoración del sexto aniversario del viaje a la inmortalidad de comandante Fidel Castro Ruz.
El grupo de trabajo de Puebla se reunió en Santa Marta, Colombia, con importantes resoluciones que repudian y condenan la injerencia recurrente de los Estados Unidos en la Región y, fundamentalmente, en contra de los pueblos con libre autodeterminación como : Cuba, Nicaragua y Venezuela bolivariana, que resisten el bloqueo calificado de genocidio en donde por más de seis décadas niegan a Cuba el disfrute pleno del derecho a vivir en paz, al que se suman las medidas coercitivas unilaterales y órdenes ejecutivas que pretenden asfixiar el derecho soberano a desarrollarse.
Concomitante, este pasado fin de semana el Foro de São Paulo mantuvo su reunión de trabajo en Caracas, Venezuela, con una declaración que condena la nefasta intervención imperialista y que niega a Cuba su libre autodeterminación.
Los Estados Unidos vienen actuando perversamente, en contexto de la pandemia, y no permitieron a Cuba el abastecimiento de insumos médicos y medicinas para atender a su pueblo. Sin embargo, la Isla desarrolló tres vacunas que permitieron inmunizar a los cubanos y llevarlas a otros pueblos del mundo global. Los participantes y miembros del grupo de Puebla y Foro de São Paulo han expresado que es fundamental la unidad en la diversidad, el respeto a la libre determinación de los pueblos, la ratificación adoptada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) de que Latinoamérica es una región de paz. Concomitante, el fortalecimiento de las formas de integración como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la apuesta a la integración, sustentada en la solidaridad, cooperación y solución de controversias acudiendo al diálogo.
Reconocieron que la Región se encuentra en una segunda oleada progresista, exaltaron los triunfos de Gustavo Petro en Colombia y Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil.
Destacaron la implementación de la agenda de la paz total, por el presidente Petro, la reanudación de relaciones diplomáticas integrales con Venezuela bolivariana, las que fueron roturadas por regímenes neofascistas y autoritarios que generaron terribles violaciones a los Derechos Humanos, con el fatal desenlace de miles de víctimas mortales de líderes sociales y defensores de derechos.
Desde las bases militares norteamericanas asentadas en Colombia se realizaron operaciones frustradas con mercenarios que cometieron intento de magnicidio al presidente Nicolás Maduro Moros.
Luiz Inácio Lula da Silva, presidente electo en Brasil, abre el camino y un horizonte de justicia social para el pueblo brasileño.
Lula es una voz muy importante de liderazgo en el concierto y comunidad internacional, ya lo hizo en la COP27, enfocando la defensa de la Amazonía, el combate a la deforestación, a las actividades extractivas y respeto a las otredades socioculturales diversas, pueblos originarios, afrodescendientes, juventud, ambientalistas, feministas y sexo genéricas, excluidas de la participación en la vida política de Brasil, es decir, inclusión con participación.
La solidaridad con Cuba fue plasmada en las declaraciones de Puebla y São Paulo.
Por trigésima vez Asamblea General de las Naciones Unidas resolvió condenar el bloqueo en contra de Cuba y los daños sociales, económicos, comerciales, financieros, culturales ocasionados a la mayor de las Antillas, que no ha dejado de llevar su solidaridad al mundo a través de sus misiones científicas, educativas y sus brigadas médicas que salvan la vida de la humanidad.
No ha cesado el enracimado del bigdata y la dictadura del algoritmo que agita puntas de lanza de injerencia desde las gusaneras de Miami y La Florida, que está penetrando de manera cognitiva la mente de la adolescencia y juventud a través de las redes sociales, las que mediante una encriptada narrativa perversa difunde mentiras de la Revolución cubana.
Ergo, un enracimado de oenegés con el auspicio de la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que son el brazo del golpe blando de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de refuncionalización del Plan Cóndor 2.0, así como de la Doctrina Monroe, que camina al bicentenario de nefasto accionar en la región latinoamericana, no deja de mirar a Cuba como una amenaza a los filo-fascistas intereses del gobierno federal norteamericano y el lobby sionista, que sigue exterminando al pueblo de Palestina. El presidente demócrata Joe Biden ratificó la resolución de considerar a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional, que fue implementada por Trump.
El gobierno federal norteamericano cumple a raja tabla la agenda de la oligarquía mundial del capital asentada en Washington, orquestada por una enorme telaraña de oenegés, que ejecutan los libretos y manuales desestabilizantes.
Demócratas y republicanos son una misma moneda intervencionista desde el gobierno federal estadounidense que vive de los complejos militares, industriales, financieros, tutelados por el lobby sionista, que además es el encargado del manejo y diplomacia internacional de las Naciones Unidas.
En el ajedrez político, geopolítico, geoestratégico y geoeconómico, la subversión política e ideológica que viene anclada a lo que fue la Guerra Fría, se ha mimetizado y al parecer continúa. Ha variado el libreto, pero no el manual y agenda estratégica que construyen sus tanques de pensamiento y que se encargan de ejecutar sus operadores políticos, diseminados en organizaciones que aparentemente defienden Derechos Humanos, de la naturaleza, democracia, libertad, etcétera.
Empero, por ello es importante conmemorar el sexto año de viaje a la inmortalidad y oriente eterno del comandante Fidel, que siempre tuvo desconfianza del imperialismo norteamericano e internacional, por su doble rasero, doble estándar, que hoy mantiene agitada a Europa del Este, con el conflicto entre la Federación de Rusia y Ucrania, además secunda el exterminio del pueblo de Palestina, un apartheid nacido en el siglo XX y continuado en el siglo XXI, con el silencio cómplice de la comunidad internacional y el sistema de Naciones Unidas, tutelada por el imperialismo anglosajón y lobby sionista, que no detiene la maquinaria de exterminio, ocupación en Cisjordania y la Franja de Gaza.
Tiene clavadas sus miradas y fijación en Latinoamérica, a la que considera su gran patio trasero, con la diferencia sustancial y fundamental en donde su mapa geopolítico está tejido de una segunda oleada progresista.
Cuántos centenares de veces, comandante Fidel, pretendió el imperialismo norteamericano silenciar tu vida y la voz de defensa de la libre autodeterminación de los pueblos.
El comandante Fidel llegó a convertirse en un referente mundial de la resistencia antihegemónica y antiimperialista.
Son legendarias y proféticas sus declaraciones respecto al calentamiento global: “Hay que cambiar el modelo capitalista generador de injusticia e inequidad”.
En el sexto aniversario de su partida a la eternidad, su ideario revolucionario permanece enarbolando la defensa de la paz.
No pudieron ni podrán destruir el legado humanista y solidario de Cuba, porque hay un pueblo convertido en la Revolución cubana que ama la vida y la paz en abundancia.
Cómo les duele a estos imperialistas que la dignidad y soberanía de Cuba jamás se someterá a la tortuosa hegemonía de la muerte.
Son más de seis décadas de un bloqueo injusto, insensible e inhumano, que conculca y pisotea derechos fundamentales del pueblo cubano mediante la guerra de quinta generación.
Estados Unidos e Israel no acatan e incumplen la trigésima resolución de Naciones Unidas de levantar el bloqueo. Hacen caso omiso y continúan vulnerando su cumplimiento.
Bien dice el estribillo de una canción: “Y a los Yankee ¿quién los eligió?”.
Ellos son los gendarmes del mundo y no solo disparan misiles, sino también con su subversión política e ideológica recrudecen la aplicación de las MCU.
La añeja doctrina de James Monroe camina a los 200 años, que ha retornado más refuncionalizada para intentar asfixiar al bravo y solidario pueblo cubano. La solidaridad internacional no se detiene, sigue manifestándose y condena el bloqueo. La bandera de Cuba flamea en los pueblos de Latinoamérica, el Caribe, Europa, África, Asia, que devuelven con reciprocidad y solidaridad lo que las misiones y brigadas médicas de batas blancas han llevado para salvar la vida de la humanidad.
Esto configura un atropello a algunos principios de la Carta de las Naciones Unidas, el Derecho Internacional e instrumentos de Derechos Humanos.
El mundo aboga por el levantamiento del bloqueo y a los Estados Unidos le importa un bledo.
Cuba no está sola, su revolución socialista es irreversible y nada ni nadie la detiene, porque es el corazón revolucionario de su pueblo inmensamente solidario con la humanidad.
Ya lo dijo el comandante Ernesto Guevara de la Serna: “La solidaridad es la ternura de los pueblos”. En el sexto aniversario del comandante Fidel su legado revolucionario sigue firme.
Estados Unidos de Norteamérica no declina en su tortuosa y decadente neocolonialidad, su mirada geopolítica de la opresión recibe como respuesta la geopolítica de la emancipación, de defensa de la paz, de la vida, de la cooperación e integración que se ha convertido en el camino de Cuba.
El presidente Miguel Díaz-Canel se encuentra cumpliendo una importante gira internacional, estuvo en Argelia, en la Federación de Rusia, con valiosos logros, en donde condenó las sanciones y medidas coercitivas unilaterales impuestas a Rusia y Cuba respectivamente. También presenció el develamiento de un monumento al comandante Fidel. Actualmente se encuentra en Turquía.
La injerencia tiene un nombre e identidad concreta y específica: imperialismo norteamericano. Fuerzas neoconservadoras internacionales se rasgan las vestiduras hablando de Derechos Humanos, cuando desnudan a Estados Unidos como el país que mayores violaciones comete, se ha criminalizado la migración de miles de seres humanos, aún flota en Afganistán su nefasto accionar bélico, expresado en crisis alimentaria. Pretende acudir a Haití con la trillada ayuda humanitaria, que en la práctica significa ocupación para conculcar el derecho soberano de Haití a decidir democráticamente su presente y futuro.
En América Latina y el Caribe han encriptado el perverso libreto del castrochavismo, que por cierto no es el culpable de la terrible brecha de inequidad e injusticia, de desigualdades, de exclusiones y negación del ejercicio pleno de derechos, sino de un neoliberalismo que maximiza y concentra la riqueza del capital financiero en castas corporativas de poder y que mantiene viva la lucha de clases.
Solo un presidente como Miguel Díaz-Canel, que piensa y construye el poder popular con su pueblo, puede levantar la voz a los cuatro puntos cardinales y decir que jamás se arrodillarán ante el filofascista enemigo de la vida los Estados Unidos, porque el comandante Fidel se convirtió en todo un pueblo que no declinará ante el asedio y recurrente injerencia que intenta penetrar, alienar y aculturar la mente de los adolescentes y jóvenes.
La paz, que amó el comandante Fidel en Cuba, se ve expresada en la salud, educación, ciencia, cultura, donde el ser humano es la columna vertebral de la Revolución, al servicio del pueblo cubano y de la humanidad.
Así es Cuba, la hermana mayor de las Antillas, inmensamente humana, humanista, solidaria, en donde el legado del comandante Fidel sigue vivo y vigente.
En Cuba manda el pueblo y no el hegemón norteamericano.
Mejor Cuba con solidaridad y sin bloqueo genocidio de lesa humanidad.
El comandante Fidel se fue físicamente pero su recuerdo, su ejemplo, sus enseñanzas, han quedado grabadas en la mente y corazón de América Latina, que nació para ser libre y antiimperialista.
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Luis Ernesto Guerra Ecuatoriano, analista político y activista de Derechos Humanos
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