I
Está claro lo que se viene en el plano económico y ambiental. Lo que es más complejo es la decisión política. ¿Triunfará allí la estrategia de equilibrios promocionada por Kissinger, de obtener algún acuerdo que impida la escalada? O, por el contrario, ¿se impondrá , como hasta ahora, la política de los halcones, dirigida por Dzerzinsky, de buscar el desequilibrio ruso, incluso a costa del desquilibrio de Europa y de los mercados?
Hace unos días Putin anexionó cuatro provincias de habla rusa en Ucrania, y las bolsas y otros mercados empiezan a caer en caída libre.
Es difícil saber a qué ritmo marchan los diversos procesos, pero, dentro de los que mantienen sus cauces, las cosas se han acelerado.
Llama la atención que al Consejo de Seguridad entren quienes se han separado de la senda elegida por Washington, ya que no está sólo China, sino también la India y Brasil.
Es evidente que en el plano geopolítico las cosas se mueven no por las apariencias, ni por los personajes, sino por estrategias y enfoques más profundos.
II
No es malo solicitar moderación… hasta Jeffrey Sachs lo dice.
Es imprescindible, en su criterio, congelar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) e impedir la imprudente ofensiva del Aukus sobre el Mar de China.
Este lunes se ha salvado, al borde del abismo, el Credit Suisse, uno de los bancos más grandes del mundo, mientras el Gobierno inglés retrocede ante el visible fracaso de su plan de reactivación.
Veremos cómo sigue el juego financiero esta semana, así como el temporal que ahora avanza por Baja California…
¿Cómo establecer un compromiso con una caída mundial de riqueza de tres mil billones de dòlares? Suma a la que habría que agregar al menos tres mil billones en armas y la parálisis económica de los Estados Unidos y Europa.
Lo anterior con una deuda global que multiplica por cuatro veces esas cifras, una inflación desbocada, y una recesión industrial y escalada militar en ciernes. Es indudable que la racionalidad se fue de viaje…
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Rafael Kries Chileno, economista
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