Entrevista realizada por la directora de Correo del Alba, Cris González, al profesor de Economía Política en la Universidad Luigi Vanvitelli de Campania de Italia, Francesco Schettino, quien nos entrega un análisis del posible panorama que podría atravesar el país después que en las elecciones realizadas este domingo 25 de septiembre dieran como resultado, el triunfo de la ultraderecha liderada por Giorgia Meloni. Un giro que esta nación europea no experimentaba desde la Segunda Guerra Mundial a la cabeza de Mussolini, de quien Meloni, se declaraba -a sus 19 años de edad- su admiradora.
Según informa la prensa nacional, el resultado de las elecciones en Italia fue sorpresivo para muchas personas ¿dentro del campo político italiano, se visualizaba este escenario de triunfo de la derecha?
En realidad, el resultado era en gran parte predecible. Por primera vez -quizás- las encuestas de opinión se equivocaron por unos cuantos decimales en los cálculos que habían hecho en las semanas inmediatamente anteriores. De hecho, si se suman los votos que ha recogido los Hermanos de Italia (Fdl) con los de los demás partidos de la coalición de derecha, queda bastante claro que su crecimiento es el resultado de una «canibalización» de los votos de los otros. En resumen, la FdI -de hecho- ha recibido los votos de quienes ya no apoyan a Lega y Forza Italia, el partido de Berlusconi. Hay muchas razones, pero la principal es que el partido Hermanos de Italia (Fdl) es el único que estuvo en la oposición durante el gobierno de Draghi apoyado por todos, absolutamente todos los demás partidos presentes en el parlamento. Por ello, por muchos -erróneamente- ha sido percibido como el partido de la alternativa al statu quo cuando, por el contrario, ha participado en la mayoría de los gobiernos desde su fundación.
¿Esta derecha que gobierna con las nuevas y viejas caras, corresponden a lo que Enzo Traverso denomina neofascismo?
Ciertamente el partido Hermanos de Italia es la emanación directa del Movimiento Social Italiano, ese partido explícitamente neofascista que, sin embargo, en los años 90 ya había dado un giro “democrático” al menos de palabra, convirtiéndose en el partido gobernante durante muchas décadas. Gianfranco Fini, histórico secretario de la Alianza Nacional (de donde proviene la FdI) fue vicepresidente del directorio durante muchos años, además de presidente de la Cámara y destacado ministro. En definitiva, ciertamente en los Hermanos de Italia hay muchos nostálgicos del fascismo, pero mirando a los candidatos, surgen figuras que ocuparon cargos de ministros incluso durante los gobiernos de Berlusconi y más allá. Entonces, no parece haber nada particularmente nuevo. Al menos en el fondo, veremos en las formas.
Desafortunadamente, el fascismo es algo que pertenece a las instituciones y toma formas mucho menos visibles que las del partido liderado por Giorgia Meloni. Entonces, escuchar el «peligro fascista» gritado por aquellos que han hecho añicos sustancialmente la Constitución italiana, devastando el mercado laboral a través de leyes cada vez más coercitivas (violación del artículo 1, etc.) reducción de los servicios públicos, persecución de las desigualdades a través de pro ricos, financiarización de los derechos sociales (inclusión de un presupuesto equilibrado en la constitución, artículo 81), irrita. Y uno también se pregunta si esta es la verdadera forma de fascismo en 2022.
Con la situación de guerra y crisis energética que se vislumbra en Europa este invierno, ¿cree usted que la derecha podrá hacer frente a la situación? ¿Quiénes pagarán las consecuencias de esta contingencia poco esperanzadora?
La situación es sumamente compleja y evidentemente empeora cada día. Estamos ante todos los elementos que podrían sugerir una explosión de conflictos sociales. Es claro que quienes gobiernan, se encontrarán en una situación muy compleja. Hay quienes afirman maliciosamente que todos los demás partidos han permitido la victoria de la FdI, para eliminarla políticamente considerando las desastrosas condiciones en las que se encontrará operando. No podemos saber si esta es la realidad: ciertamente estos días es más cómodo estar en la oposición
Cuál es el futuro para los migrantes en Italia, sobre todo los que provienen de África, dentro de este nuevo escenario político.
Difícilmente será peor que lo que garantiza el bestial acuerdo firmado por el entonces ministro PD Minniti, con el que Bergoglio, se negó a reunirse precisamente por sus fechorías con Libia, que ha creado campos de concentración, como dijo nuevamente Bergoglio, en las costas africanas. Donde los inmigrantes son torturados, e injustamente detenidos, a veces hasta la muerte, pero están lejos de los ojos europeos. Es poco probable que se puedan tomar medidas más vejatorias que los decretos de seguridad #1 y #2 aprobados por el entonces ministro Salvini -secretario de la Liga- y votados por el Movimiento 5 estrellas.
La hipótesis de un bloqueo naval propuesta por la FdI, durante la campaña electoral choca con todo el marco normativo internacional. Italia está en Europa y, por lo tanto, no puede salir de ella. Obviamente, es solo propaganda.
También es probable que -en este clima- las pandillas callejeras se sientan empoderadas y cubiertas políticamente para atacar a los migrantes. Y esto es algo que no debemos permitir.
¿Cuáles son los mayores problemas, aparte de los mencionados, y que son para toda Europa, que ha de enfrentar este nuevo gobierno italiano?
En primer lugar, el control de los posibles conflictos sociales, porque cuando en poco tiempo se entienda que la FdI, seguirá exactamente la agenda del capital europeo (esa que vulgarmente es la agenda Draghi) se pasará de la ilusión a la realidad. Entonces, en un clima de general y rápido empobrecimiento, muchos podrían decidir rebelarse. Dudo que la situación dentro de dos meses sea tan tranquila como la que vemos ahora.
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Cris González Directora