El pasado miércoles en la reunión de cancilleres del Grupo de los Siete (G7) los representantes emitieron un comunicado en el cual respaldan a Estados Unidos en asumir que China debe garantizar la paz en el estrecho de Taiwán, aún sobre la provocación de ese país de enviar una alta funcionaria a Taipéi, sabiendo la inconformidad manifiesta por parte de la nación asiática.
La visita de Nancy Pelosi, desestabilizó las cordiales relaciones entre China-Taiwán y conllevaron al gigante asiático a tomar una serie de medidas económicas y militares a fin de que exista un precedente ante la afrenta a su soberanía y seguridad, violentada por la presencia de la diplomática estadounidense. El G7 justifica como algo «normal que los legisladores, hagan viajes internacionales» y en ese sentido acusan a China de incrementar la tensión y argumentan que no había razón para que una visita provocara ejercicios militares, por lo cual incitan a que no cambie el «statu quo y que los conflictos se resuelvan de forma pacífica con comunicación abierta».
A raíz de estas declaraciones China suspendió una reunión prevista para el jueves, entre el canciller nipón Wan Yi y el canciller japonés Yoshimasa Hayashi en el marco del encuentro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) que se celebró en Camboya, además que Japón recibió a Nancy Pelosi, como último destino de la visita que levantó el conflicto en la zona del estrecho taiwanés.
La portavoz de la cancillería china Hua Chunying calificó las declaraciones del G7 como «irresponsables». Posteriormente, el ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi, afirmó que Estados Unidos inició la agresión, conflictuó y escaló sobre esa crisis», que la declaración del G7 confunde y tergiversa, por lo cual no es correcta. El alto diplomático insistió que «la flagrante provocación de Estados Unidos estableció un precedente atroz, que debe ser corregido y contrarrestado» que no se debe actuar desde la injerencia por lo cual preguntó ¿Existe el principio de no injerencia en los asuntos internos o seguirá sosteniéndose el Derecho Internacional? (Xinhua). Enfatizó que la República Popular China es soberana en cuanto a las decisiones sobre la seguridad y estabilidad de su territorio, cuestionando la defensa del violador y las agresiones a los defensores, el canciller habló de la indignación de su pueblo ante estos hechos y sostuvo que nunca más será violentada la nación que había logrado consolidarse luego de muchas guerras y batallas, logrando ser un pueblo digno, libre y soberano sobre sus decisiones y forma de defensa, advirtió a la comunidad internacional de reaccionar y oponerse a «cualquier intento hegemónico por desafiar la estabilidad regional».
