Los anuncios de una posible visita de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a Taiwán, genera tensión diplomática entre la República Popular China y ese país que afirma, a través de su máximo líder, que responderá ante las amenazas a la integridad.
El presidente Xi Jinping, fue contundente al expresar este jueves la posición de la milenaria Nación, de defensa firme de la soberanía: “No toleraremos injerencismo extranjero, ni intentos de separatismo en Taiwan (…) China mantendrá la defensa e integridad de este territorio”. También advirtió que “quien juegue con fuego se quemará”.
Desde que se anunció la visita de Pelosi a Taipey, no han cesado las provocaciones de algunos actores estadounidenses, caldeando los ánimos entre las relaciones China-Taiwan. Frente a esta situación es posible que el gigante asiático tome, como medida de presión, el aumento de la presencia militar china en las costas. El domingo pasado el ministro de Defensa chino, general Wei Fenghe, denunció las intenciones separatistas apoyada por los Estados Unidos.
Esta es una de las tantas acciones de la política exterior estadounidense, para tratar de mantener esa sensación de fortaleza y estabilidad, cuando la realidad les golpea de frente con un escándalo político y económico ante la recesión técnica que se vive desde este jueves.
Por otro lado, se intenta violentar los Diálogos de Shangri-La, que han sido el espacio natural de discusión sobre la seguridad de Asia, retomados en junio luego de dos años de ausencia por pandemia. En este encuentro la posición China es clara, cuenta con medios y disposición para luchar ante cualquier eventualidad.
Joe Biden publicó en twitter, que se comunicó con el mandatario chino para tratar asuntos comunes: “Hoy hablé con el presidente Xi Jinping de la República Popular China como parte de nuestros esfuerzos para profundizar las líneas de comunicación, manejar responsablemente nuestras diferencias y abordar temas de interés mutuo”. El estadounidense afirmó hace unos días que consideraba que el “viaje de Pelosi no era una buena idea”.
