Con las confesiones del exconsejero de Seguridad Nacional del Gobierno de Estados Unidos, reconociendo en vivo en la cadena de noticias CNN, que su Administración trató de derrocar regímenes extranjeros, pero que no fue lo bastante “competente” muchos y muchas personas y organismos como la misma Naciones Unidas, (ONU), han mostrado su sorpresa y rechazo. ¡Por favor! tenía que venir John Bolton a una entrevista con uno de los periodistas “estrella” de CNN para demostrar que lo que viene denunciando el Gobierno venezolano hace muchos años, con pruebas irrefutables, de que es víctima de una conspiración para derrotar al presidente Nicolás Maduro, así como lo quisieron hacer con el presidente Hugo Chávez, en 2002, es real y no parte de la imaginación ni invento de nadie.
No me cansaré de citar la infamia: el periodista de CNN le dice: “Uno no tiene que ser brillante para intentar un golpe”. Y John Bolton, le responde presuntuoso, pedante, jactándose con una risita que encierra su maldad: “No estoy de acuerdo. Como alguien que ha ayudado a planear golpes de Estado (es decir él), no aquí, sino en otros países (Venezuela, entre otros), puedo decir que requiere de mucho trabajo”.
Sus declaraciones desfachatadas provocaron de inmediato reacciones de la injerencia que tiene EEUU en la política interna de países soberanos como es Venezuela, país al que se refería y que confesó también que le fallaron los planes.
¿Qué más necesita le mundo para terminar con tanta aberración y maldad que emana de órdenes del Gobierno estadounidense?
La historia contemporánea desde la independencia hasta nuestros días está plagada de las injerencias de Estados Unidos en la región y el mundo. Muchas de ellas han sido oficializados y reconocidas por la Central de Inteligencia Americana, CIA, en documentos desclasificados, como el caso del cruento golpe de Estado que perpetraron en Chile para derrocar al presidente socialista, electo democráticamente, el 11 de septiembre de 1973 junto con la derecha local y sus militares que terminó con la muerte del presidente Allende y la imposición de un régimen sanguinario que duró 17 años. La dictadura cumplió el objetivo de implementar el neoliberalismo salvaje en el país y en la región a punta de crímenes, pero no pudieron derrotar a los comunistas ni a la izquierda que hoy gobierna el país, después del “estallido social” de noviembre de 2019 que, además, logró instaurar una Convención Constituyente, para cambiar la Carta Magna del 80 amañada por Pinochet. Este 4 de septiembre el pueblo chileno definirá si se aprueba o rechaza la nueva Constitución Política. Estamos expectantes.
Ningún arduo trabajo, (yo agrego: de mentes perversas) como confesará arrogantemente John Bolton podrá derrotar a un pueblo digno y organizado como el venezolano, el tema no está agotado, hay que seguir hablando de las confesiones de Bolton y ahora sí muchos habrán de creer porque lo dijo en CNN.
_______________________________________________
Cris González Directora de Correo del Alba
