Este miércoles, 6 de octubre, el presidente peruano, Pedro Castillo, decidió reestructurar su gabinete ministerial retirando a los ministros más cercanos al partido Perú Libre. Los cambios implican la sustitución del primer ministro Guido Bellido, por la activista medioambiental y defensora de los derechos humanos Mirtha Vásquez, de 46 años, miembro del partido Frente Amplio quien había sido nombrada el año pasado por el presidente interino, Francisco Sagasti, como presidenta del Congreso. Los restantes cambios en el gobierno implican a los ministerios de: Trabajo, Interior, Educación, Producción, y Energía y Minas.
El ministro del trabajo Iber Maravi, quien fue atacado por la justicia y la oposición por supuestos vínculos con terroristas, fue reemplazado por Bettsy Chávez. En el Ministerio del Interior, Luis Barrenzuela ocupará el lugar de Juan Carrasco; en Educación, Carlos Gallardo sustituye a Juan Cadillo, en Producción, Iván Quispe reemplaza a José Incio. Al frente del Ministerio de Energía, Iván Merino sustituye a Eduardo González, mientras que, en Cultura, Gisela Ortiz reemplaza a Ciro Gálvez.
Al comentar la actual fase política, Castillo dijo, a través de la red social Twitter que “la nueva etapa en el gobierno del pueblo busca fomentar el diálogo, la gobernabilidad y el trabajo en equipo. Nuestro gran objetivo es luchar por los más vulnerables y vamos a lograrlo”.
El líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, dijo que el grupo parlamentario del partido se niega a apoyar al nuevo gabinete. La formación interpretó el paso de Castillo como una “traición” y criticó la escasa representación en el nuevo gobierno. Cerrón respondió a través de Twitter que “Cambio de gabinete debe excluir a derechistas, caviares y traidores. Es momento que Perú Libre exija su cuota de poder, garantizando su presencia real o la bancada tomar posición firme. Nuevo Perú y Frente Amplio ya fueron servidos”. Este comentario de Cerrón puede ser interpretado como una posible ruptura con el Ejecutivo, o al menos como una etapa de tensiones entre ambos actores políticos.
Presiones desde el ala opositora
La reestructuración del gabinete, llevada a cabo el miércoles, se produce tras la persistente presión de la oposición, que amenazó con presentar mociones de impugnación contra varios ministros. En apenas dos meses de ejercicio en sus funciones, los ministros salientes habían vivido numerosas polémicas vinculadas tanto a las investigaciones judiciales abiertas contra algunos de ellos, así como también a la difícil convivencia entre el ala radical del partido Perú Libre y el presidente Castillo, que buscaba una base de consenso más amplia. La primera ministra Mirtha Vásquez fue nombrada durante una ceremonia en el Palacio de Gobierno de Lima, transmitida por la televisión estatal. Según lo estipulado por la Constitución de Perú, la nueva jefa de gabinete tendrá un mes para ir al Congreso a presentar su plan de trabajo y buscar la confianza de los legisladores.
Castillo había nombrado a Bellido tras su victoria presidencial en julio, y el Congreso había asegurado la confianza en la nueva administración en agosto. El ex primer ministro era poco conocido en los círculos políticos antes de llegar al poder, pero su estilo espontáneo había escandalizado al Congreso y además de causar preocupación a los inversores abiertamente capitalistas.
Tanto Castillo como Bellido proceden del partido socialista, Perú Libre, pero este último había adoptado posiciones más extremas, enfrentándose a la oposición por sugerir la nacionalización del sector del gas natural. El mes pasado, su gabinete había entregado una carta a la empresa argentina Pluspetrol, la mayor operadora de gas natural de Perú, pidiéndole que renegociara el contrato de la compañía para pagar mayores impuestos.
En una entrevista a la prensa tras tomar posesión del cargo, Bellido había subrayado su intención de que el Estado se implicara directamente en áreas económicas claves asegurando: “nuestro sentimiento es que los sectores estratégicos deben estar en manos del gobierno” añadiendo “en mi opinión, el gas natural es un recurso estratégico y debe tener participación del gobierno en los nuevos proyectos hidroeléctricos a gran escala”. Por ahora se deberá esperar para saber con certeza qué camino tomará el Perú bajo el gobierno de Pedro Castillo, que ha demostrado no ser tan libre como el nombre del partido que lo apoyó electoralmente.








