El primer ministro iraquí, Mustafa al-Kadhimi, inició una gira oficial a Irán este 12 de septiembre, donde mantuvo conversaciones con el presidente iraní, Ebrahim Raisi. Según se informa, ambos discutieron una serie de asuntos de interés mutuo y acordaron cancelar los visados de entrada entre Irak e Irán, con el fin de fomentar el flujo de más visitantes entre los dos países.
Esta concesión también cubrirá a los peregrinos iraníes que viajen a los lugares sagrados chiítas de Irak a finales de este mes, con motivo del Arbaeen, aniversario que marca el final del periodo de luto de 40 días por el Imán Hussein, nieto del Profeta Mahoma. Al-Kadhimi es el primer funcionario extranjero de alto nivel que visita Irán desde que Raisi asumió en Irán como primer mandatario.
Según informan las agencias, el primer ministro y la delegación irakí discutieron temas de interés mutuo con Teherán, con el objetivo final de fortalecer los lazos de cooperación entre ambas naciones, basados en motivos históricos, políticos y culturales. Raisi, por su parte, calificó de “buena noticia” la cancelación del visado y dijo que las relaciones entre Irán e Irak “van más allá de las relaciones de buena vecindad”. Se trata de vínculos profundos, establecidos “entre los dos pueblos, los dos países y los dos gobiernos”.
Bagdad intenta posicionarse cada vez más como un actor clave para llevar la seguridad a nivel regional y abrir canales de diálogo entre los diferentes actores, como se demostró en la cumbre celebrada el 28 de agosto. A la luz de esto, algunos sostienen que existen tendencias dentro de los líderes iraníes para apoyar al gobierno y al pueblo de Irak, y esto podría tener consecuencias positivas para posibles asociaciones económicas, políticas, culturales y de seguridad.
El país ha visto en ocasiones cómo su soberanía ha sido violada por actores externos, como atestiguan las tensiones entre Washington y Teherán, cuyo clímax se alcanzó el 3 de enero de 2020, con el asesinato del general iraní al mando de la Fuerza Quds, Qassem Soleimani, que murió tras una redada ordenada por el ex jefe de la Casa Blanca, Donald Trump.
Frágil seguridad en Irak
Por otra parte, Bagdad continúa afrontando graves problemas en cuanto a la seguridad y a la presencia de grupos terroristas. Este lunes 13 de septiembre, en el este de Irak se produjo un atentando en contra del convoy en el que viajaba el candidato a las elecciones presidenciales de octubre, Mohammed al-Dayni.
Fuentes de seguridad locales informaron que un vehículo, cargado de explosivos, fue detonado al paso del convoy del exdiputado al-Dayni, cuando circulaba por una de las carreteras de Kanaan, pueblo de Baquba, en el centro de la gobernación de Diyala. Hasta ahora tres miembros de la escolta del candidato resultaron heridos, resultando ileso al-Dayni. Este ataque se lleva a cabo en un momento en que el gobierno irakí sigue reiterando su compromiso de garantizar un entorno seguro para los candidatos, el electorado y los observadores locales e internacionales.
El triángulo de la muerte
Diyala, Salah al-Din y Kirkuk son las tres regiones incluidas en el llamado “Triángulo de la Muerte”, donde, según los informes, siguen activas células del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS). A pesar de que el gobierno de Bagdad anunció la victoria sobre el ISIS el 9 de diciembre de 2017, Irak no puede afirmar que esté a salvo de la amenaza terrorista. Como declaró el primer ministro iraquí, Mustafa al-Kadhimi, el 26 de enero, el terrorismo ha vuelto a amenazar al país, probablemente con el objetivo de socavar el camino hacia la democracia, antes de las elecciones previstas para el 10 de octubre.
El domingo 12 de septiembre, un doble ataque del Estado Islámico golpeó puestos militares en el distrito de al-Azim, a 60 kilómetros al norte de Baquba, y en la aldea de al-Tala’a, causando un total de tres muertos y un soldado iraquí herido. El Índice Global de Terrorismo 2020 sitúa a Irak en segundo lugar, después de Afganistán, entre los 163 países más afectados por la amenaza terrorista, aunque se ha producido un descenso del 46% en el número de víctimas del terrorismo en el país durante 2019.
Al mismo tiempo, tal y como se informa en los Informes por Países sobre Terrorismo de 2019, Irak es un miembro clave de la coalición internacional contra el ISIS y participa en todos los diferentes grupos de trabajo relacionados con ella, incluyendo Combatientes Terroristas Extranjeros, Grupo de Financiación contra el ISIS, Estabilización y Comunicaciones. Según el mismo informe, la campaña dirigida por el ISIS pretende restablecer el llamado califato, objetivo que se persigue aprovechando el apoyo de las poblaciones de Nínive, Kirkuk, Diyala, Salah al-Din y Anbar.
