En México, el miércoles 1 de septiembre un grupo de 200 migrantes salió de la ciudad de Tapachula con dirección hacia el norte del país a pesar de la gran presencia de tropas de la Guardia Nacional y agentes de inmigración. El presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que “no se han violado los derechos humanos de los migrantes” agregando que “el caso excepcional de hace varios días, en el que dos funcionarios de inmigración patearon a un ciudadano haitiano, ha sido objeto de seguimiento. Ambos funcionarios fueron entregados al órgano de control interno correspondiente”.
De acuerdo con lo informado por distintas agencias de noticias, la mayoría de los migrantes que han salido de Tapachula en los últimos días son haitianos, pero también hay muchos cubanos, centroamericanos y africanos cuyo objetivo es llegar al norte de México desde allí cruzar a Estados Unidos y pedir asilo. El plan “B” para los migrantes que no tienen documentos es Panamá, cuya puerta de entrada a los Estados Unidos es la selva del Darién, pero allí como en otras fronteras están expuestos a traficantes y ladrones. Para algunos, México es una tierra de paso, pero muchos últimamente están optando por quedarse, porque la economía está creciendo, tanto que ahora, más que del “sueño americano”, se empieza a hablar del “sueño mexicano”.
El secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, declaró el 27 de agosto que la misión de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional mexicana es “contener a los migrantes en el sur del país latinoamericano” y “controlar las fronteras norte y sur”.
Niñas y niños los más vulnerables
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expresó su preocupación por la seguridad y el bienestar de los miles de niños y adolescentes que viajan desde el sur de México hacia la frontera con Estados Unidos. Los que consiguen escapar de las operaciones de seguridad tienden a refugiarse en comunidades de la zona, donde se asientan temporalmente y luego intentan avanzar de nuevo.
Bajo las críticas de grupos de derechos humanos y organizaciones internacionales, el Instituto Nacional de Migración de México dijo que estaba trabajando con agencias de la ONU y la Iglesia Católica “para establecer un campamento humanitario en el estado de Chiapas donde principalmente la población migrante haitiana pueda recibir atención”. No obstante, desde mediados de agosto de este año se conoce del envío de migrantes desde el norte de México hacia el sur. Organizaciones no gubernamentales han señalado que el gobierno mexicano ha conducido ya a unas 13 mil personas desde ciudades norteñas a la frontera sur, a través de un centenar de vuelos gestionados por la presión del gobierno norteamericano. Al respecto el Instituto Nacional de Migración del país declinó hacer comentarios.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores mexicano dio a conocer a través de un comunicado, que apoya un sistema de inmigración humanitaria que respete las leyes nacionales e internacionales y que está trabajando con Washington para resolver los problemas de los extranjeros en suelo nacional.
Biden y la inmigración
Desde la llegada del demócrata Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, el número de migrantes, muchos de ellos menores, que intentan cruzar ilegalmente desde México ha aumentado considerablemente. Por ello, el gobierno mexicano ha desplegado más de 27 mil miembros de las fuerzas armadas en sus fronteras sur y norte para contener la migración ilegal.
El senador republicano Ted Cruz dijo que “esta crisis ha sido creada por la administración Biden y sus propias políticas» y afirmó que el jefe de Estado estadounidense, al desmantelar las políticas de su predecesor, ha dado nuevos incentivos a miles de migrantes que intentan entrar en Estados Unidos. Por su parte, Nancy Patricia Pelosi, presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, afirmó que el creciente flujo de migrantes no se debe a las medidas de Biden, sino a las condiciones meteorológicas favorables, y señaló que el presidente estadounidense está tratando de gestionarlo de forma “mucho más humana que antes”. Varios funcionarios de seguridad estadounidenses se reunieron el martes 10 de agosto con sus homólogos de México para debatir cómo hacer frente a la migración ilegal en Estados Unidos. La Secretaría de Relaciones Exteriores de México dijo, tras las reuniones, que ambas partes habían analizado los recientes flujos migratorios y acordaron ampliar la cooperación con el objetivo de garantizar una migración ordenada y segura.