No pudieron apagar y eclipsar el triunfo legítimo del profesor Pedro Castillo Terrones, de Perú Libre, quien ha sido proclamado oficialmente por el Jurado Nacional de Elecciones JNE como presidente de la República Constitucional del Perú, después del resultado electoral conseguido el domingo 06 de junio del 2021, tras un tortuoso y lento reconteo de votos.
Un proceso electoral al que la excandidata Keiko Fujimori, de Cambio Perú, intentó salpicarlo de un sinnúmero de actas con aparentes irregularidades, que fueron descartadas y desechadas por el JNE por no tener el debido sustento jurídico en materia electoral.
Se permitió tocar las puertas de los cuarteles, invocando fraude electoral.
Empero, ese libreto de impronta oligárquico-imperialista no tuvo eco, por el contrario, las Fuerzas Armadas emitieron un pronunciamiento al respecto, diciendo que no son deliberantes en derecho electoral, que son obedientes respetuosas de la Constitución, marco legal y del pronunciamiento legítimo del pueblo expresado en las urnas.
No faltaron los comuneros ronderos que asistieron a Lima desde Ayacucho, Cuzco y otras circunscripciones geográficas del altiplano peruano y la amazonia, en movilizaciones pacíficas para custodiar, defender, las urnas, los votos, la decisión soberana de un pueblo, plasmada por la recuperación de la democracia y construcción de un Perú en el umbral del siglo 21 con justicia social, derechos, que extirpe las asimetrías e inequidades que empobrecen al pueblo.
Un Perú plurinacional, intercultural, plurilingüe, incluyente, diverso, soberano, que construya y edifique desde el Perú profundo lleno de injusticias, de abundantes datas insensibles e inhumanas, que había generado la polarización de una ciudad capital de Lima con concentración de riqueza en castas corporativas, oligopólicas y familiares en detrimento de millones de peruanos y peruanas empobrecidos/as, de la ciudad y un mundo rural de los altos andes peruanos, excluido, discriminado , que ha permanecido al margen del ejercicio de derechos fundamentales.
Las corifeas massmediáticas de una estructura corporativa, siempre han invisibilizado el Perú originario, que sólo ha servido para engrandecer el ego de un novelista de clara identidad antiderechos y anti-justicia social.
El lápiz del profesor Pedro Castillo le ganó a la pluma cargada de odio y xenofobia de Mario Vargas Llosa, de intolerancia a las otredades socioculturales originarias convertidas únicamente en fetiches en cada proceso electoral.
Hasta la “OEALMAGRO” reconoce el legítimo triunfo del profesor Castillo, que llega al Palacio de Gobierno en Lima con un programa de gobierno para el pueblo y desde pueblo, que tendrá que convocar a una Asamblea Constituyente de conformidad, al programa de campaña electoral, mismo que deberá viabilizar la construcción de una Constitución del tamaño de los sueños del pueblo peruano, que excave las inmensas grietas de la corrupción y aterrice en una economía popular con enfoque de desarrollo industrial soberano.
El presidente Castillo abriga los sueños y esperanza de un gobierno progresista de izquierda que devuelva derechos al pueblo y gobierne para los millones de peruanos y peruanas que sueñan y anhelan un Perú de dignidad, de justicia social, de derechos, soberano e integrado, en paz y armonía con la vida.
Otro Perú es viable y posible.
Por ahora esperamos la posesión oficial el 28 de julio en el Congreso Nacional del Perú.
Ganó el Perú, Perú Libre, la democracia, Latinoamérica que vuelve a despertar libre y soberana, desde el germen fecundo de nuestras sociedades originarias, de esta maravillosa tierra del Abya-Yala, que ama la paz, la vida en abundancia. Buen viento, buena mar Presidente Pedro Castillo.
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Luis Ernesto Guerra Analista político y activista de Derechos Humanos
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