
Se presentó un día de julio de 2006 en las viejas oficinas del edificio Illimani, en la ciudad de La Paz, muy joven, estudiante aun de la Universidad Mayor de San Andrés, estudiaba sociología y estaba por concluir la carrera de periodismo. Con él y dos camaradas más, instalamos el área de prensa y análisis político que, a poco andar, se convertiría en un espacio de los movimientos sociales, de intelectuales y artistas. Venía de la militancia en las Juventudes Comunistas boliviana. Fue recomendado y enviado por Marco Domic y Nacho Mendoza, pensaron en él cuando les dije que necesitaba un ayudante que fuera conocedor de la realidad cultural, social y política de Bolivia.
Al conocerle me pareció, y demostró ser, un joven disciplinado. Aprendió pronto, bajo el rigor de unas enseñanzas que, sobre la marcha, nos obligaban a saber, a crear y a explicar cuestiones que recién descubríamos. Los años pasaron tan de prisa que no nos dimos cuenta de que aquel joven estudiante aymara, había formado un familia, con su compañera tuvieron una hija y un hijo. Habíamos crecido todos juntos como un tropel, y nos había separado el golpe en el 2019. Sin embargo, nos seguimos encontrando en el trabajo intelectual en la trinchera de la revista Correo de Alba, en las universidades, en cátedras y charlas en todo el país. Estuvimos acompañados o coordinados por Edwin, siempre discreto, en silencio, sin estridencias como el gran operador político y analista en el que se convirtió, arduo defensor y militante del proceso de cambio.
Pero esta pandemia del 20 al 21, que ha traído tanta incertidumbre y miedo, no termina ni con la vacuna, no perdona edades, ni territorios…no perdona. Hoy se cobra la vida de nuestro compañero y lo lamentamos, hemos llorado desde ayer, que nos avisaron que podría pasar lo peor, y aun así nos resistíamos a creerlo. Rendimos este sencillo, pero sincero homenaje a quien fue uno de nuestros articulistas y voceadores más entusiastas. Nuestra solidaridad y amor infinito a su familia y compañeros, a su hijo Nilo y a su hija Claudia, a su compañera de vida Patricia, a todos y todas quienes compartieron la vida de este hermano bueno, consecuente, honesto, sencillo y solidario.
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Cris González Directora